ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




29 de agosto de 2008

LAS DOS CARA DE LA MONEDA, ¿EURO O PESETA?

Es cierto que, como cualquier otra persona, tengo reacciones no esperadas. A pesar de todo no soy una persona que se indigne por muchas de las cosas que ve a lo largo del día; llegó un momento en que todo me parecía perfectamente factible, pocas cosas pueden asombrarme con respecto a mi entorno. El truco es esperarse todo de todo el mundo, creo que por ello cuando alguien tiene un gesto bueno hacia mí me asombra tanto. Por suerte no son pocos.

Pero muchas veces no puedo evitar que me hierva la sangre, ¿por qué? Pues simplemente porque no me cabe en la cabeza que en pleno siglo XXI, sigan pasando estas cosas. Yo sigo con mi vida normal, por supuesto continúo mis enseñanzas y no opino respecto a nada que no me incumba. Pero escucho y vigilo todo lo que pasa a mi alrededor, como escritora tengo que sacar las ideas de algún sitio, por muy ridículo que sea.

Pero ese no era el tema. Lo cierto es que, por muy adelantado que digamos que estamos, muy igualitarios que seamos y se diga hipócritamente que las mujeres somos iguales que los hombres. Esto es mentira. Lo afirmo rotundamente, y nosotras somos las principales culpables, aunque a ellos tampoco les indulto respecto al tema.

Pocas veces me quema la sangre de tal manera, bien porque me haya pasado a mi (por lo que actúo en el consecuencia, en ese mismo momento. Si no haberte quedado calladito o calladita) o porque lo haya visto como mera espectadora.

Puede que no os lo creáis pero, las frases que voy a poner y desguazar a continuación, han salido de las bocas de personas, por decirlo de alguna manera (aclaración: si ellos no consideran personas a sus iguales, sean como sean, yo tampoco puedo considerarlo a ellos) de edades comprendidas entre los 14 y los 33 años. Si lo hubiera dicho mi abuela lo podría medio entender, pero viniendo de ellos, casi me produjeron un shock mental.

· Saber limpiar me da puntos delante de un hombre. – Los puntos del supermercado para sacar una vajilla a trozos o esos vasos tan monos decorados ¿no?

· Me paso toda la tarde viendo la tele. A un hombre no le gusta que las mujeres sepan más que ellos. (En esta me quedé como Homer Simpsons, cuando ve una chuleta y se le dobla el cuello mientras babea.) – ¿Qué tipo de hombre estás buscando, alma de cántaro? Es verdad que si lees algo más que las instrucciones de cómo se pone un tampax, puedes parecer una empollona. ¡Eso no mola!

· Si yo le doy permiso para que salga con las amigas. (un novio a su novia) – ¡Vamos a ver!, ¿permiso para qué? Si mi padre no me lo prohíbe porque ya tengo edad para salir. ¿De qué vas? (creo que esta frase admite todo tipo de comentarios.)

· Si mi mujer con diez minutos está contenta. – Ahora entiendo el aumento de alquileres de película porno durante horas laborales y la venta tan descomunal de consoladores.

· Los hombres no decís que sois más fuertes. ¡Ala! Te toca llevar esto. – Después quieres que te miren de la misma forma. Desde luego que te has lucido, machista.

· Esa tía es una guarra porque se tira a todo lo que pilla. – Y tu eres un perfecto macho y un tipo digno de admiración porque haces lo mismo. No perdona, tú eres un cabrón con todas las letras. Lo de guarra a ella tampoco se lo disculpo, pero también digo que le quiten lo bailao.

· Otro como yo no te aguanta. – Y lo que yo tengo que aguantarte a ti, ¿qué eres? La hermanita de los pobres.

Podría aburrirme de poner miles y miles de frases por el estilo. Todas son reales, algunas no las he puesto porque son demasiado surrealistas como para que sean creíbles, por lo que he decidido eliminarlas de la lista. Parece mentira que en pleno siglo XXI sigamos así. Una última frase (va por vosotros.)

· Hija que va con su madre a mirar una cosa para la casa:

- No se si llevármela. – Dice la hija mirando a su madre. – Tengo que hablar con mi novio para ver si le gusta.

- Antes los hombres no se metían en estas cosas. – Le dice muy enfadada. – Eso son cosas de mujeres. Los hombres no entienden de decoración.

Es que eso no es cosa de hombres. Ya sabéis no tenéis derecho a elegir cómo queréis que esté decorada vuestra casa, porque la casa es de las mujeres. Y queremos cambiar las cosas y eliminar el término de mujer florero. Por favor, ¡qué adelantados estamos!

Si las primeras que se plantan en una igualdad de conveniencia somos nostras, ¿cómo queréis que demos un paso hacia a delante, si vamos para atrás como los cangrejos?


Por suerte no todos los hombres son iguales, ni todas las mujeres tienen esa doble moral. Ciertamente hay varones que ayudan, te apoyan, puedes contar con ellos y no sueltan esas patochadas. También contribuyen a cambiar las mentes de las mujeres jóvenes y retrógradas que he descrito. En esto nosotras tenemos mucho que ver, ¿qué les vas a enseñar a tus hijos? El emparejamiento no es una obligación, sino un gusto que nosotros mismo nos damos. No vale la pena aguantar carros y carretones. Los tiempos han cambiado, pero veo que demasiado rápido para que ciertas mentes evolucionen.

¿Has escuchado alguna frase de estas alguna vez? Dímelas, las colecciono.

24 de agosto de 2008

PARA ÚLTIMA HORA

Volvemos otra vez a los motivos de trabajo, estoy desbordada. Entre eso y algunos compromisos fiesteros de la semana y uno futuro, no podré publicar nada esta semana. Como ya habréis notado voy un poco por debajo de mi ritmo normal y no es por gusto precisamente.

Nos vemos a principios de mes, sino antes.

20 de agosto de 2008

ARMAS DE SEDUCCIÓN MASIVA.

¡Bruja! Más que bruja.

Palabra que según el diccionario de la lengua española es:

1. Mujer que, según la opinión vulgar, tienen un pacto con el diablo y, por lo tanto, poderes extraordinarios.
2. Lechuza o ave rapaz.
3. En cuentos infantiles la mala del cuento.
4. Mujer, fea y malvada.
5. En Cuba, tatagua (mariposa nocturna de gran tamaño y color oscuro [negro, en mi tierra.])

De todos los significados que se le atribuyen el más común es el número uno (mujer que tiene un pacto con el diablo y con poderes extraordinarios.) ¡No es maravilloso!, junta el desprecio que nos ha hecho nuestra propia creencia religiosa con la fantasía pura y dura. A parte de ello, es un insulto muy común; este surge cuando la fémina o el hombre, que te lo esputa, tiene tanto miedo que, recurre a sus ideas infantiles y a sus creencias más paganas para ver si puede remover tu ira.

Supuestamente una bruja era una mujer que trataba con el rey del averno, por ello podía volar en escobas, beber caldos muy indigestos, provocar catástrofes de todo tipo, comer bebés, incitar a la lujuria, sangraba todos los meses (parece que no pero influye), se transformaba en seres miserables (lobo, gato, serpiente, murciélago,…; el caso es que fuera de color negro.) El tema es que siempre éramos nosotras, un brujo era completamente respetable. ¡Qué casualidad!, como siempre salimos perdiendo.

Una mujer siempre ha sido algo demoníaco, ya los primeros textos bíblicos nos ponen de ingenuas tratando con una serpiente. Hemos sido despreciadas por nuestra propia naturaleza (texto bíblico puesto en el post doctora Jekil y missis Jide), creían que tenían derecho a maltratarnos, a humillarnos y, por propias costumbres, teníamos que ser educadas de una forma muy sumisa para poder contentar a nuestros maridos. Lo malo es que siempre fuimos demasiado listas para ello.

Prefiero a un hombre retrógrado que a una mujer machista.

Por supuesto nuestras peores críticas, y fomentadoras del machismo puro, han sido las propias mujeres. Ellas tenían que mostrarte qué era ser una “mujer de su casa”, cómo tenías que comportarte, vestirte,… Esto quedaba muy bonito de cara a una galería masculina. Cierto es que había que mantener a tu hombre a tu lado, que debías de tenerlo contento y mantener todo en orden para cuando él llegara.

La verdad que la juventud de esas hijas, junto con un mundo que evolucionaba con cada generación, estaba a nuestro alcance y, aquella comunidad de conservadoras, creó las mujeres del hoy y del mañana. Sólo que ahora si sabemos lo que estamos haciendo.

Puede que sea un mito, quizás una simple leyenda. Pero dicen que todas las mujeres poseen una bruja en su interior, el porqué, ni siquiera me lo he preguntado y seguro que vosotras tampoco. Son secretos que pasan de generación en generación y de mujer a mujer. Nunca han sido expuestos en un libro, sólo algunos de ellos son conocidos mundialmente:

- Cortar medio centímetro de los tacones para tener un contoneo llamativo.

- Utilizar sujetadores de menor talla para realzar el pecho.

- Coserse botones en el interior de las blusas.

Algunos de ellos, el hombre cree que lo inventó para modificarnos a su forma, un gran ejemplo de esto fueron los primeros rellenos comerciales. Porqué se hicieron, simple, gustaban las tetonas. Años antes nosotras nos aumentábamos el sostén con bolsas de arroz; estas daban una forma y contoneo completamente natural, lo cierto es que costaban menos. Para que veáis que ellos no inventaron nada nuevo, sacaron beneficio, una vez más, del ingenio de las mujeres.

Puede que:

· Las mujeres con este comportamiento se degraden a ellas mismas (dicen las feministas más radicales)

· Una mujer tiene que ser de una forma más calmadita para no parecer una calentorra (Palabras textuales de mujeres que predican con la palabra; esto no se atreve a decírmelo si llego a ser un tío. Igualmente se arrepintió de ello)

· Una señorita no tiene que ser tan descarada (mujeres machistas)


· Seamos la reencarnación del diablo que incitamos a la lujuria (lo he leído por internet)

Pero bueno, soy una bruja. Si eso es lo que desean oír, me niego a discutir con cabezas huecas.

Ahora vamos por partes.

Una vez aclarado todo esto vamos a indicar todas las armas de seducción masiva, su uso o desuso es lo que nos ha llevado a muchas cosas. Recordar que muchas guerras y desgracias las ha provocado una mujer. ¡Será porque los embrujamos!


1. El maquillaje: una forma de tapar las imperfecciones y dar más color y forma a la cara, realzar la mirada, aumentar el tamaño de las pestañas, parecer más hermosa. Verte y que te vean bonita, pero sobre todo para agradar a tu pareja.


2. La ropa interior: sexy y cómoda, algo que ha evolucionado a lo largo de los siglos y que, de muchas de las prendas masculinas, nos adueñamos por el simple echo que servía para poder conseguir los propósitos que deseemos en la alcoba. También se puede conseguir hablando, pero así es más divertido.

3. La ropa: ajustada, corta, larga, con escote, ancha, insinuante, descubridora,… Da igual el caso es sentirte cómoda y elegante con ella.

4. Los complementos.

5. Los zapatos: aquellos que nos hacen crecer o encoger, tener unas piernas más altas, más torneadas, más bonitas,… más, más, más. Un fetiche perfecto.

Lo cierto es que esos no son nuestros secretos, ni siquiera el que tengas o no más o menos pecho, la talla que uses, los kilos que peses. Son un conjunto muy grande de factores (a que esperabais que iba a decir la personalidad ¿verdad?, pues os vais a quedar con las ganas) Simplemente son aliños que utilizamos en el día a día.

El libro no escrito.

Existe en la mente de toda mujer, algo que se ha ido llenando día a día, que ha pasado de generación en generación, y que nos ha hecho odiarnos y envidiarnos entre nosotras mismas. Como en todos los sitios, hay mejores estudiantes que otras y algunas son listas por naturaleza, no les han hecho falta muchas clases prácticas para entender (la teoría sólo te la explican una vez), pero hay como todo.
Algunas han juntado ciertos conocimientos para transformar a las personas, son malas y manipulativas. Ciertamente hay que saber manejarlas, aunque mi mejor consejo es que no os acerquéis mucho a ellas, nunca sabes por dónde puede venir. Eso sí nunca la pierdas de vista.

Nacimos así, un poco brujas, pero para poder sobrevivir en un mundo donde nadie nos hacía caso, y un perro tenía más derecho que nosotras. Algo teníamos que hacer. Y lo hicimos, desde la sombra, atacando el sistema desde adentro, como un virus que se multiplica silenciosamente en las células y que cuando se detecta en un organismo vivo, es ya demasiado tarde, la infección se ha extendido tanto que no queda más remedio que hacerle caso. Por supuesto con nosotras no sirven las vacunas ni los antibióticos, nuestra cepa siempre ha sido resistente a ello, bueno algunas. Siempre hay excepciones, por desgracia, más de las que pensábamos.

Como muchos de los conjuros que se ven en las películas, las madres siempre han dejado un legado no escrito a sus hijas. No puedo negar la existencia de miles de libros publicados sobre el tema, documentales, películas, estudios,…. La verdad es, que eso ya lo sabíamos de mucho antes que un cerebrito callera en el tema, parece que nos están descubriendo; la podríamos entender como un intento más por vislumbrar la feminidad.

Nosotras también nos esforzamos por entenderos, no creáis que sois un libro abierto para nosotras (vosotros tampoco traéis libro de instrucciones de uso.) Unas por complicadas y otros por sencillos, somos un enigma los unos para los otros. Seguro que vosotros también tenéis algo de brujos. ¡Ahora decidme! ¿Cuáles son vuestros secretos?

18 de agosto de 2008

Selene. Capítulo XXXIII.

CAPÍTULO XXIII: VOLVIENDO SOBRE MIS PASOS

>> Por ¿dónde empiezo?.... Bueno lo que somos es muy difícil de explicar, ya que toda creencia que pueda explicarlo murió hace mucho tiempo. Digamos que somos unas brujas, si eso, por muy mal que te suene.

Hemos estado viviendo con vosotros desde antes que empezara la humanidad a existir en la tierra, tal y como vosotros la conocéis. Solo que debido a la ciencia y sus múltiples teorías sobre el funcionamiento de ciertos fenómenos, y su insistencia por querer darle explicación a todo, hemos ido quedando en un segundo plano.

- Espera. – Interrumpe Luis a Selene. – Me estás diciendo que estáis aquí desde hace millones de años.

- Si y no. – Le responde Yu. – Como te he dicho antes, morimos como los humanos, aunque vivimos más tiempo, pero años después nos reencarnamos en otro ser.

>> Este cuerpo a penas dura unos siglos, después hay que abandonarlo, es decir, que nos morimos, y años después volvemos a nacer. Entonces durante los primeros años de vida, somos niños normales, sin a penas recuerdos del pasado. Cuando somos lo suficientemente mayores, nuestras esencias desbloquean, los recuerdos del pasado y recuperamos la mitad de nuestros poderes, algunos de ellos los hemos adquirido en vidas posteriores.

- ¿Y la otra mitad? – Vuelve a interrumpir Luis.

- Los expresamos desde que tenemos pocos meses de vida. – Responde Selene a su pregunta. – Eso es lo que nos hace identificativos de nuestro origen, quizás nacimos así, ya no puedo recordarlo. Pero lo cierto es que a mi me gustaba hacer estallar las cosas cuando me enfadaba.

- Tu madre no ganaba para biberones. – Comenta burlonamente mientras le coge la cara y la besa.

>> Al igual que nuestros poderes y recuerdos, las características físicas también son las mismas. Por lo que alguna escultura o cuadro de épocas lejanas, puede hacerte recordar a una persona ya que la exactitud de sus rasgos es escalofriantemente similar; lo cierto es que siempre ha sido la misma persona.

Debido al abandono de las creencias y que ya no hacíamos falta, entre otras muchas cosas horribles que pudo hacer contra nosotros la propia humanidad.

- La quema de brujas. – Añade Yu.

- Quedamos relegados a un segundo plano. Por lo que ocupamos las altas esferas de la sociedad, todos los hombres y mujeres de poder pertenecen a ella, tienen recursos para evitar que nadie se cruce en su camino y las influencias necesarias para manejar el futuro a su antojo.

>> Los únicos que no mantenéis vuestros recuerdos sois los no brujos, por así decirlo, – un gesto de paréntesis con los dedos -, a pesar de vuestras múltiples vidas. Llegáis una y otra vez a este mundo sin saber lo que fuisteis en un pasado. Eso pasa con todos, no hay excepciones. – Selene mira firmemente a su novio tras esta afirmación.

- Bueno, bueno. – Se levanta Luis para dejar la taza en la mesita de noche. – Vale ya de tanta historia por un día. Ahora explícame que es lo que ha pasado hace un rato.

- Ya te lo ha dicho magia. – Le contesta Yu. – Sois tan cuadriculados que no podéis verla cuando se os presenta. – Lo mira sonriendo. - Para eso no hace falta explicación. Simplemente es eso, magia. ¡Tú también puedes aprender algo!

- Si eso ya me lo ha dicho Selene. – Contesta Luis. – ¿Una cerveza?

- Mira que eres pesado. – Selene se levanta para dirigirse a la cocina.

- ¡Espera! – Levanta la mano para detener a su compañera. - Yo se la traigo, tú sigue explicándoles, a ver si entiende algo.

Yu sale en dirección a la cocina, a ver si el angelito se calla. Parece un bebé reclamando su biberón de leche.

- Ahora dime qué es eso de “mi prometida”. – Dice con sarna.

- Víctor y yo estuvimos saliendo un tiempo, el suficiente para que conociera a mis padres. Al ser uno de nosotros, estaba en una buena posición social.

>> A mi padre, no le parecía un mal muchacho. Pero el verdadero peligro de todo esto es mi madre. No te ofendas, pero no quiere que me case con nadie del pueblo. – Baja la cabeza avergonzada. – Mi padre es un hombre que se ha hecho así mismo, pertenece a las altas esferas desde hacer relativamente pocos años antes de nacer yo, pero mi madre es otra historia. Ella ya estaba ahí cuando él llegó.

- Por lo tanto tu madre. – Le dice Luis. – Es uno de vosotros.

- Al igual que Víctor. – Lo mira fijamente a los ojos. – Para ella es el yerno perfecto. Imagina la cara que puso cuando comenzamos a salir juntos.

>> No consiguió nada y la relación se fue al traste, si es que a eso se le podía llamar relación. Había muchos intereses económicos por la espalda y una promesa de matrimonio amañado por mi madre. Eso todavía se estila en las altas esferas, aunque no puedas creértelo, por lo que yo para él soy solo un capricho con intereses añadidos.

- ¿Qué hacías con ese gilipollas? – Le dice Luis.

- Era lo que me convenía. – Responde Selene en tono sumiso. – No preguntes. – Le dice al ver la cara de su novio. – Ese fue uno de los motivos por los que me fui.

- Entre otros muchos. – Le responde Yu. – Recuerda que yo me largué antes que tú y ya estabas un poco harta. – Le da una calada a un cigarrillo y le entrega la cerveza a Luis – Lo cierto es que no se cómo aguantaste tanto.

- Tú allí no tenías a nadie. – Le contesta.

- Bueno, bueno. – Da un buche a la cerveza. - ¡Está caliente! – Mira la sonrisa de Yu. – Ante las circunstancias nos vamos a ir todos a cenar y a tomarnos unas copas. Muy frías. – Remarca mirando a la compañera de Selene. - ¿Quién se apunta?

- En una hora estamos listas. – Responde Selene.

Los tres salen hacia el restaurante de comida basura más cercano que encuentran. Luis camina abrazado a las dos mujeres, van contentos, como si nada hubiera pasado y dispuestos a pasárselo bien. Desde la esquina del piso una figura sigue sus pasos en la distancia.

15 de agosto de 2008

ESTO PODRÍA TENER MEJOR ASPECTO CON… AHORA SÓLO FALTA UN BONITO COLGANTE.

Lo cortés no quita lo valiente.

A pesar de su aspecto, como en todos los grupos de gente normal, los accesorios forman una parte parcialmente importante de sus vidas. Y digo parcialmente porque, al igual que cualquier persona, hombre o mujer, les gusta usar complementos, ya sean colgantes, pendientes, joyas, y miles de cosas más que utilizamos para mejorar la imagen (lo que cada uno entienda por imagen ¡claro!)

Quizás porque siempre me he fijado más en ellos, de las múltiples tribus urbanas que he podido identificar, los góticos, entre otros grupos de similares características, son aquellos que más adornos corporales utilizan en su complementación diaria.

Por lo tanto, son coquetos, por supuesto a su manera, pero ¡quién no lo es! Que tus gustos estéticos no sean los mismos que los tuyos o no los compartas, no quiere decir que no les guste verse guapas y guapos cuando se arreglan. Quizás el maquillaje es demasiado blanco para ti, la barra de labios sea muy oscura y los ojos sean demasiado recargados, para lo que tu entiendes como aceptable. Pero así son las cosas.

El tamaño no importa.

Como era de esperar existen los típicos tópicos en cuanto a la bisutería que utilizan. Algunas de esas joyas son verdaderas obras de arte y, por supuesto, el que pueda permitírselo, se las comprará en plata, su metal favorito; lo raro se paga muy caro.
Estas baratijas (como dice mi madre) son relativamente fáciles de encontrar, ya que ciertas modas las pusieron en auge hace algún tiempo, otras no serán vistas jamás en tiendas normales; si por causalidad encontraras alguna de ellas en estos comercios habituales, será en la última columna, colgada tras un montón de colgantes relativamente difíciles de ver (hay gustos para todo.)

Lo que se usan son:

· Los camafeos: si son de la época mejor. Seguro que la abuela tiene uno de ellos. Lo cierto es que el año pasado se pusieron de moda, pero no tuvieron tanto éxito como llevar un rosario de plástico colgado al cuello (¿por qué será?)

· Las cruces al estilo victoriano recargadas, grandes y pequeñas, llenas de incrustaciones y pedrería. También se llevan las simples, sin muchos adornos, pero son las menos. La que también tiene relativo éxito es la egipcia o cruz de la vida.

· Cruces invertidas, que invocan los pensamientos de todo el que se cruza con ellos. Lo primero que piensan es en lo que significa ese símbolo, sin pararse a pensar que muchos la llevan simplemente por provocar. (Es más fácil llevarse por la superstición que por un pensamiento lógico; realmente, es más simple no mover el músculo intracraneal.)


· Las estrellas de cinco puntas, la mayoría creen que son una invocación al diablo, como todas las personas no pertenecientes a una subcultura o los miles y miles de niñatos que las llevan.

Muchos creen que es un símbolo de satanismo, pero ¡mirémoslas mejor! Fijémonos que punta o puntas miran hacia arriba. Incluso algunos que se creen pertenecientes a esta “forma de vida” ni siquiera saben su significado (aunque tampoco saben lo que es vivir así)


Si hay dos puntas que miran hacia el cielo, efectivamente es el símbolo del diablo ya que representa a un macho cabrío, pero esas son las que menos se ven, si es que se ven. En cambio si, como es costumbre, lleva una sola punta mirando al cielo, significa el símbolo de la vida infinita, la estrella de David, el nacimiento y resurgimiento eterno de la vida. Bonito verdad, un mismo signo para dos cosas, al igual que la cruz, uno es más visible y con el otro hay que tener un mayor coco para saber lo que estás portando; sólo hay que saber dónde mirar.




Busca las diferencias

· Los collares, pulseras y cinturones de cuero con pinchos. Estos pueden ser romos, cortos, afilados, largos, finos, gruesos, de una o varias filas… No hay límite para el excentricismo. El caso es que te gusten y si lo adornas con una cadena mejor. Esta prenda ha sido tomada de otros movimientos anteriores, y adoptada por lo políticamente social de la estética para vestir ciertas prendas. (Es que hasta que los “normales” no lo hacen suyo no está bien visto.) Mientras que no supere los cinco centímetros no son de mal gusto. Los de los góticos pueden alcanzar hasta los 10.

· Anillos. No son de cualquier tipo, como siempre el estereotipo de las cruces y las calaveras encabezan la lista junto a dragones y hadas. También signos extraños que ni el mismo dueño sabe que son. (Como el signo de contaminación biológica, muchos ignoran lo que es, pero lo llevan incluso tatuado, ¡es que la forma mola! ¿Para qué pensar más?)

· Guantes. De rejilla, con los dedos al aire y hasta el codo, preferentemente. Algunos son como los que te pusieron en tu primera comunión. Pero hay verdaderas preciosidades.

· Pendientes. De calaveras, arañas, cruces, negros, con circonitas, en plata vieja. ¡Ah! En cualquier parte del cuerpo, a ellos también les mola el piercing, ¡pero no a todos!

· Por supuesto no podían faltar las joyas de la corona. Las garras y dedales. Diferencia, una es más grande que otra, la primera es un dedo articulado que va desde el final de la uña hasta el nudillo; la otra es como un dedal de forma afilada y que se pone en el mismo sitio. Los dedos donde se use son indiferentes y gusto del portador. Las hay de plata y materiales metálicos usados para forjar bisutería.

Los labrados son diferentes, desde los más clásicos hasta el más complicado. Se han usado en diversos videoclip y películas. Así Mago de Oz la usó en uno de sus videos, (disco Gaia), o en Entrevista con el vampiro. Por decir uno de los múltiples ejemplos que podemos encontrarnos.

Para gustos los colores.

Y es cierto, pero ellos prefieren el negro, ahora el tamaño, la cantidad que usen de una misma vez o la colección que posean, depende de cada persona. Como ya he dicho antes, no todos son maníacos, satánicos, no saben porqué son góticos, no sólo les gusta la estética, no todos usan piercing ni tattoos, o corresponden al típico estereotipo que vemos en las películas. Recordad que eso son solo ficciones exageradas de una realidad que la supera día a día.

14 de agosto de 2008

Selene. Capítulo XXII.

CAPÍTULO XXII: TE QUIERO BRUJA.
Ambos titanes cruzaban miradas de furia, Víctor cerraba los puños y echaba los hombros hacia atrás. Luis, por su parte, estaba quieto, rígido, con las manos cerradas y apuntando hacia el suelo. Lo escudriñaba rápidamente, quería saber quién había roto su velada con Selene, aquella dulzura oculta que había embargado su corazón y a quien le regalaba su alma una y otra vez.

Selene se encontraba en medio de ambos, parecían diablos enzarzados en una lucha de honor, pero nada iba más lejos de la realidad. Sospechaba porqué había venido a buscarla y sabía que, a pesar de no conocer a su enamorado, no tendría su bendición. Los motivos estaban claros para ella, a pesar de ello, le costaría miles de explicaciones para poder aclarar todo esto.

- Retírate de mi prometida. – Dice Víctor muy enfadado y refunfuñando.

- Creo que no va a ser posible. – Le responde Luis fríamente. Mira a Selene y dice incrédulo. – Su prometida.

Yu hace un gesto con las manos y provoca que su burbuja la lleve hasta la habitación contigua, atraviesa la pared como si de un fantasma se tratara. Mira al suelo y ve cómo ambos contendientes permanecen rígidos, en sus posturas iníciales, desafiándose el uno al otro con la mirada. No hay respuesta por parte de ninguno de los dos, el silencio es abismal y la tensión podría ser cortada con una sierra mecánica, no sin evitar que ambos salieran despedidos como gomas en direcciones opuestas.

- ¡Apártate! – Dice por fin el infiltrado. – Tengo que hablar con Selene.

- Eso no va a ser posible. – Le desafía Luis. – Ella sin mi no se queda a solas contigo.

- Creo que Mi novio, - dice la afectada con retintín. – tiene razón. ¡Vete por donde has venido!, ya te he dicho que no quiero hablar contigo.

- ¡Oh! dulce Selene. – Dice Víctor relajando la postura y acercándose a ella. – No sabes lo que te conviene. ¡Vuelve conmigo al paraíso! – Le acaricia el mentón.

La respuesta no se hace esperar, Luís le aparta la mano bruscamente obteniendo como respuesta un puñetazo. La jugada ha sido fallida ya que Yu, desde lo alto de su burbuja, lo eleva hasta ella en un abrir y cerrar de ojos.

- Si no tuvieras la ayuda de esa bruja sabrías lo que es meterse conmigo. – Le grita el agresor.

- Tu si que no sabes lo que es meterse conmigo. – Dice una voz que no procede de este mundo.

Víctor mantiene la compostura, pero no puede evitar que se le ericen los pelos del cogote. Mira a Selene, no es capaz de reconocerla. Miles de llamas cubren su cuerpo y su pelo, negro como las noches sin luna, se eleva hasta el infinito. Levanta su blanquecino brazo y le muestra la palma de su mano a aquel indeseado.

- Te advertí que te fueras. – Le dice aquel demonio iracundo.

- ¿Esto es otro de tus caprichos? – Desafía la visita a la dueña de la casa. – No puedes conmigo, y lo sabes.

- Quizás en otros tiempos. - Le muestra unos colmillos vampíricos en una sonrisa burlona. - Te doy una última oportunidad. ¡Vete de mi casa!

Luis lo contempla todo desde lo alto, junto a la compañera de piso de Selene. Está asombrado, donde cualquiera hubiera salido corriendo despavorido, aquel individuo remilgado la sigue desafiando. Suda mucho, las gotas le caen por la punta de la nariz. Mira a Yu, pero esta simplemente se encoje de hombros y lo mira con cara de circunstancias.

- ¿No querías conocer nuestro mundo? – Se dirige a él tímidamente. – Pues mira.- Señala en suelo en un gesto violento.

- Vosotras no sois humanas ¿verdad? – Dice después de rascarse los ojos.

- Algo así, lo cierto es que podemos morir como cualquier otro humano, pero tenemos una especie de don. – Le responde ella como si fuera una niña pequeña.

- ¿Dónde está Selene?

- Ahí abajo, ¿no la ves? – Le señala al suelo. – Es que está un poco enfadada.

- Recuérdame que nunca la contradiga. – Responde. – ¡Sería terrible! Creo que ningún seguro nos cubriría los destrozos.

Fue casi imperceptible, pero así fue como ocurrió. Un gran estruendo llenó la habitación provocando una ola expansiva. Lo único que hubo que lamentar fue que el visitante saliera tan rápido como un rayo; sus pies a penas tocaban el suelo, un grito iracundo pasó a convertirse en un leve murmullo que se iba apagando más y más. Tras él la puerta se cerró de un portazo y todo volvió a la normalidad.

Mientras los dos ángeles sin alas decidían tocar tierra, la figura de Selene iba cobrando su forma original. Su pelo se volvía otra vez terso, sus ojos retomaban su bonito color verde, sus mejillas se sonrojaban de nuevo y el fuego desapareció bajo ella sin dejar rastro.

Ella miró a su espalda para dar la bienvenida a las dos aves.

- Tenía prisa por irse. – Sonríe traviesamente. – Seguro que le ha surgido un asunto de última hora.

- Seguro. – Responde Yu siguiéndole el juego. - ¿Te ha dicho que volvería?

- No. – Se mira el pijama. – Pero seguro que lo hará.

- ¿Alguien puede decirme qué está pasando aquí? – Grita Luis para que le hagan caso. – Acabas de convertirte en un demonio, he volado en una burbuja por el techo con Yu, ese tío ni se ha inmutado al verte. – Señala diferentes partes de la habitación y a ellas dos conforme habla. - ¿Qué sois? ¿Por qué no ha venido nadie al escuchar el estruendo?, esto no está pasando ¿a que no? Todavía estoy dentro de la nevera tapado por una hoja de lechuga.

Ambas se ríen, de la última frase. Pero Selene está muy preocupada por Luis, sabía que el llevarlo a su mundo iba a traer consecuencias graves.

- Lo cierto es que se lo está tomando bastante bien. ¿No crees? – Le dice Yu.

- Parece que si, ¿por qué no preparas un té? y se lo explico todo. – La mira. – Pero del normal, no tengo ganas de que le den más alucinaciones.

La compañera de piso de Selene obedece sin rechistar, se dirige ágilmente a la cocina. Cuando por fin están solos ella se acerca a su amado, aun muy confuso, y le pide que se sienten en la cama.

- Me pediste que te mostrara mi mundo, pues bien este es. – Le responde. – Pero no te di ciertas explicaciones y creo que ahora las necesitas.

- Me parece que lo que necesito una cerveza. – Responde él.

- Escúchame. – Le coge la cara. – Pasaste el portal junto a mí, tomaste de la copa y ahora ves el mundo al que pertenezco. El ruido no ha alertado a nadie porque ha sonado a miles de kilómetros de aquí. ¡Es solo magia! Y Víctor no se ha asustado al verme porque es uno de nosotros. – Traga saliva. – ¿Lo entiendes ahora?

- No. – Mueve la cabeza confuso. - ¿Y ese bicho que supuestamente eres tú?

- Me transformo cuando me enfado, eso es todo.

- Sigo sin entenderlo.

- Es magia, no puedes entenderlo porque tú no formas parte de ella, pero si puedes disfrutarla. – Sigue explicándose ella. – Incluso podrías llegar a aprender algún que otro truco, ¡no es tan difícil!

- El té. – Interrumpe Yu colocando una bandeja sobre un hueco libre el colchón. - ¿Ha entendido algo? – Se dirige a Selene. - ¿Cómo te encuentras?

- Ahora os vais a sentar las dos y me vais a contar ¿de qué va esto? – Invita a la compañera de Selene a introducirse en la explicación. – ¡Comenzar con la historia! – Coge una taza y le da un sorbo. – ¡Buag!, sigo prefiriendo una cerveza, esto no se ve todos los días. – Sonríe y besa a Selene. – Ya estoy mejor.– Le dice dulcemente. - Te quiero.

13 de agosto de 2008

SECRETOS PARA TENER UNA VIDA LLENA DE SUERTE.

· Cuando pasee por la calle vigile a su alrededor, los gatos negros se encuentran por todas partes, esos pequeños diablos o brujillas disfrazadas estarán ahí, acechando a cualquier despistado.

· Cuando haya una gran lluvia, evite abrir su paraguas debajo de cualquier techo, aunque sea un saliente de un bloque, puede traer la desgracia sobre si. Y si, por el contrario, ha llegado a su hogar y necesita secarlo, no lo pulse al botón de abrir bajo ningún concepto, deje que la humedad lo pudra en el paragüero y se agujeree, aquí todos saldremos ganando. Usted evitará la mala suerte y las tiendas se forrarán a base de venderlos.


· Si por casualidad está cocinando, ¡tenga mucho cuidado! Ni la sal y el aceite deben derramarse, traería un tiempo poco próspero a su hogar. Para contrarrestar el efecto de la sal, en el caso que le suceda, eche un poco de esta por encima de su hombro izquierdo. A parte de estar más salado y un poco de apariencia de tener caspa sobre la camiseta, ahuyentará a todo mal espíritu que se aproxime a usted. (Por lo que parece ser, que se derramen estos productos los atrae como las moscas a la miel.)

· Durante las tareas de costura o manualidades, incluida cualquier otra actividad que requiera el uso de las tijeras, no es recomendable dejarlas abiertas sobre una mesa, entre dos personas o que se caigan al suelo. El ruido atrae a los traviesos diablillos que harán de su casa un lugar muy entretenido para vivir una noche de hallowen eterna. (Por lo visto el ruido metálico también les atrae, pero sólo el de unas tijeras bien afiladas.) Tenga también cuidado de no hablar con ellas en la mano, menos todavía si se encuentra alterado, podría provocar una desgracia por cuenta propia.

· El que se rompa un espejo, en su presencia, sobre todo si lo ha provocado su torpeza, puede llevar consecuencias muy extremas. Esto se debe a que siete años pueden caerle de mala suerte. Lo que no se es si son acumulables o si esta vendrá si te reflejas en los fragmentos de metal o cristal pulido; lo único cierto es que tiene que romperse.

· En el caso que encuentres sus uñas demasiado largas, no podrás hacerte la manicura o la pedicura en los días que tengan r. Por lo visto los únicos días que tienes son el sábado y el lunes, porque el domingo es para descansar, así que tampoco puedes hacértela en festivo.

· Evita estornudar a toda costa, si esto sucediera, que alguien inmediatamente te diga “Jesus”. Es la única manera que hay para que el alma no se te escape por la nariz.



Pero nadie te ha comentado que existen las limas, eso no es cortas las uñas.


· Cuando visites a un bebé, NUNCA lo mires a los ojos. Puede que se le escape su alma. Por ese mismo motivo los padres tendrán prohibido sacarlo a la calle hasta el mismo día de su bautizo.

· Si estás pensando en casarte nunca lo hagas en día trece y mucho menos si es martes, el novio no podrá verte 24 horas antes de la boda, no ha de saber nada a cerca del traje, que por supuesto tiene que ser nuevo si no quieres que el matrimonio esté condenado al fracaso. Y, la encantadora futura mujer ha de portar algo azul, algo nuevo, algo prestado y algo viejo, en la ceremonia si quiere traer consigo prosperidad a su matrimonio. Que el novio sea un cabrón o un puñetero machista o que sólo se case por intereses es indiferente, si no haces todo esto no ha sido culpa de incompatibilidades, que te quede bien claro.


· Cuando compres un cupón de lotería o juegues a cualquier otro sorteo de la ONCE, busca desesperadamente a un jorobado o una embarazada, pasa el cupón o resguardo por su tripa o chepa para que te traiga buena suerte, esto no se puede realizar sin antes haber pisado una mierda, evitar que un tuerto te mire o provocar la ira de los espíritus pasando por debajo de una escalera apoyada en una pared.

Pero todo esto, en caso que no puedas evitar que te suceda tiene sus miles y miles formas de arreglarse.
1) En una festividad, celebración íntima o durante la comida. Procura derramar una buena cantidad de vino, si se rompe la copa mejor. Esto provoca la llegada de la buena suerte (qué diferencia, a unos les pirran los ruidos y los aliños para ensalada y a otros el beber.)


2) Busca una herradura con siete agujeros. En estos tiempos es difícil de encontrarse una, pero nada es imposible.


3) Enciende siempre una vela por alguien que esté en apuros o necesite suerte ese día. Recuerda: cuando enciendas una vela para dios, prende dos para el diablo (refrán polaco.)


Las barreras a la mala suerte existen, el buscar a un brujo o bruja, un espiritista, un futurista,… puede que te comente como debes actuar para que no atraigas a los malos espíritus. El colocar amuletos por toda la casa, llevarlos colgados del cuello, en forma de anillos, portar bolsitas con cosas extrañas dentro de tu bolso o bolsillos, vestirte de una determinada forma, no decir ciertas cosas por la calle o en voz alta, evitar mira a nadie a los ojos y, por supuesto, buscar un trébol de cuatro hojas, si es en época de sequía mejor. Por lo que me han dicho crecen alrededor de las hoyas de oro que se encuentran al final de los arcoíris y, si tienes “suerte”, el enanito vestido de verde te concederá tres deseos. Por supuesto, esto no te ocurrirá hasta que te hayas bebido una pócima de hierbas vigorizante, que te permita ver todas las criaturas mágicas que habitan este mundo.


Pues sí, estos son algunos de los miles y miles de supersticiones que nos rodean, algunas son graciosas, otras superan las leyes de la comprensión. Lo cierto es que no hemos de olvidar que muchas de ellas se han convertido en una parte de nuestra cultura, las tradiciones no podemos romperlas así como así. Otras se han introducido tanto en nuestra forma de ser que las hacemos inconscientemente y algunas de ellas me encanta realizarlas delante de la gente para ver qué cara ponen (esto sucede cuando abro el paraguas dentro de un lugar cerrado) Ciertas o no, ahí están. Nos rodean y han formado parte de nuestro mundo desde que la mente humana comenzó a creer en los seres sobrenaturales.


Miles de cuentistas se aprovecharon del tema, pero ¿qué persona sin escrúpulos lo hace a la mínima oportunidad? Las personas religiosas son las más temerosas de atraer malos augurios sobre ellos y los escépticos simplemente pasan del tema, aunque alguno habrá que le importe un poco.


Esta es nuestra vida, nuestra forma de vivir es muy rica y sin estas pequeñas cosas la existencia de la humanidad sería aburrida, calculadora, fría, llena de teorías, que comprenderíamos aún menos, y falta de esa magia que nos hace creer que todavía un deseo muy muy fuerte, pude hacer que consigas lo que quieras.



¿No es bonito nuestro mundo?

11 de agosto de 2008

Selene. Capítulo XXI.

CAPÍTULO XXI: PAN RECLAMA SU SIRINGA.

Todo estaba tranquilo, los avatares amorosos habían concluido, ambos amantes se encontraban acostados en la habitación de Selene. Ella mantenía la cabeza apoyada sobre el pecho de su enamorado; miles de esbeltas bailarinas danzaban acariciando los pelos de su pecho, eran como cisnes en sus danzas nupciales mientras un varonil corazón marcaba el ritmo de su compás.


- Selene. – Dice una voz juguetona procedente de su amante abatido.

- Si quieres más me parece que lo vamos a dejar para otro momento. Estoy rendida. – Le responde ella entre ensoñaciones.

- Tengo hambre. – Continúa Luis. - ¿Qué hora puede ser?

- No lo se, pero no tengo ganas de averiguarlo. – Se acurruca aún más junto a él mientras dice. – Estoy demasiado a gusto para moverme.

Se hace el silencio, ambos permanecen como figuras animadas por un corazón que no cesa de latir. Con los ojos cerrados, él recorre lentamente el pelo azabache de su amada mientras, unas uñas esculpidas serpentean por su torso; ambos sientes el cosquilleo interno de unas caricias, tanto que el caer de una lágrima por la piel, se convertía en una sensación dolorosa a su lado. Tal vez permanecieron así minutos, quizás horas, lo cierto es que sería imposible recordarlo. Los colores del atardecer descomponiéndose tras reflejarse en miles de circonitas talladas libremente, el calor procedente de ambos cuerpos y un embriagador olor a flores y fruta fresca, creaban una sensación casi hipnótica. Aquel sitio era como una pequeña salida atemporal de la realidad que se forjaba minuto a minuto, a penas a unos escasos metros tras la puerta. El padre tiempo detuvo el reloj para ambos, evitando que ningún ruido interrumpiera a los dos amantes.


Una mano furtiva se atrevió a romper aquel halo de se seguridad y la falsa sensación de eternidad, pequeños golpes en la vieja madera que protegía a los dos amantes de un mundo duro y cruel, les hicieron despertar de su trance.


- Siiiii…. – Dijo ella con desgana sin moverse de su postura. Su tono era pesado, desganado, todavía no quería despertar de su encantamiento.

- Selene, ha venido alguien a verte. – Le dice su compañera de piso.

- No estoy. – Responde ella moviendo la cabeza para dirigirle una mirada burlona a Luis. – Estoy mala.

- Creo que deberías salir. – Insiste Yu.

- Pues yo creo que no. – Le responde ella sentándose en la cama para encender un cigarrillo. – Dile que te deje el mensaje que ahora mismo estoy fuera de cobertura. – Dice mirando a su novio con cara de guasa.

- Veo que sigues como siempre. – Se atreve a decir una voz masculina al otro lado de la puerta. - ¿Qué ha sido esta vez? Papá no te ha dejado montar a Pequeño o sólo estás en tus días.

Los ojos de Selene se abren como dos lunas llenas, reconoce esa voz. Habría deseado olvidarla a lo largo de su estancia en la ciudad, pero su inconsciente la ha grabado en su memoria. En los meses que lleva lejos de casa, fue lo primero que deseo dejar atrás, en su paraíso impuesto. A pesar de ello los viejos recuerdos y las deudas sin saldar vuelven a resurgir como los fantasmeas de un pasado infeliz.


- ¿Quién es ese gilipollas? – Le susurra Luis. - ¿De dónde ha sacado esa manera de hablar? ¿Del libro como caer como el culo a la primera?


Pero su amada no le contesta, se levanta de un salto y busca en su armario un pijama de raso negro de tirantas con unos pantalones largos. Se los pone y decide dirigirse la puerta.


- ¡Ah, no! – Le dice Luis en voz alta. – ¡Tú no sales de aquí así de sexy! – Le sonríe y la vuelve a besar mientras la sujeta fuertemente por la cintura.


Muy poco importa que el impaciente visitante esté al otro lado de la puerta. Los juegos amatorios vuelven a comenzar entre risas y caricias. Entre tanto, un hombre fornido, de metro ochenta, de tez morena y ataviado con una indumentaria a medida, comienza a enfadarse. Yu lo mira y le dedica una media sonrisa. Escruta hasta el último rincón de aquel intruso, no le trae buenos presagios. Aún así sus dos perlas negras se salpican con pequeñas gotas de curiosidad delatadas por los reflejos de sus pupilas.


- Está con un hombre ¿verdad? – Dice el visitante. – ¿Cuánto tiempo llevan ahí?

- No lo sé. – Responde ella. – Pero cuando llegué ya estaba la puerta cerrada. – Le dice ella muy seriamente. – Eso fue hace dos días. - Vuelve a sonreír.

Miles de ruidos se escapan de entre las paredes de papel. Juegos amorosos que claman una nueva visita a los campos de la pasión. Eso provoca que el indeseado se enfade por momentos, su mente se turba con miles de pensamientos, tantos que se atascan como los pelos en una tubería vieja. Cierra su mano y da golpes aún más y más fuertes exigiendo que se le atienda la chica del otro lado.


Yu da unos pequeños pasos para retroceder y decide mirar la acción desde lejos. Toma un vaso semilleno de una mesa cercana, coge una cuchara del mismo lugar y la llena con el líquido transparente. Entonces sopla sobre él hasta que forma una burbuja, se interna en ella y eleva su cuerpo hasta que se encuentra a una distancia considerablemente segura.


Luis para en seco cuando escucha los golpes tan tremendos. Parece que las bisagras vayan a escupir sus tornillos para que el gigante se derrumbe después de la paliza. Selene se levanta del suelo y se coloca a pocos centímetros de ella.


- Oye Víctor. – Dice Selene. – Hoy no me apetece verte. – Entonces separa las piernas y coloca los brazos en cruz con las palmas de las manos mirando hacia la vieja madera, ya cansada de que la apaleen. – ¿Por qué no lo intentas el siglo que viene? Quizás haga un esfuerzo.


En el mismo tiempo que dura un parpadeo el picaporte de la puerta se abre . Entonces una leve luz sale de las manos de la chica seguida en un fuerte viento. Aquella ventisca controlada intenta mantener a raya a una gran manada de elefantes que se aventura a entrar en su habitación por la fuerza. A pesar de su gran esfuerzo, no da signos de fatiga; quiere evitar a toda costa que ese demonio penetre en su santuario.


- Cariño, creía que lo que vi era una alucinación. – Le dice Luis, esta vez muy seguro que lo que está viendo.

- Tú me pediste que te mostrara mi mundo. ¿No? – Dice volviendo levemente la cabeza para intentar mirarlo. - ¡Bienvenido! – Le dice con una voz forzada.

- Pero, ¿no fue un sueño? – Piensa para sus adentros.

Cuando termina de colocarse el pantalón, cree que es lo más sensato que pude hacer en esos momentos. De pronto la puerta se abre, su novia ha dejado de ejercer presión sobre la madera. Al otro lado, un hombre sudoroso intenta recomponerse atusándose el pelo con las manos, se coloca erguido y seca las gotas de su frente con un pañuelo de seda que ha sacado de su bolsillo.


No la mira siquiera, ahora mismo su objetivo es Luis, aquel que se ha atrevido a internarse en el paraíso prohibido de Selene. Sus ojos se llenan de ira, y como una tremenda mole de músculos se dirige directo al furtivo amante.

8 de agosto de 2008

DOCTORA JEKIL Y MISSIS HIDE.

Todos los meses la misma canción.
Hubo un día en la vida de toda mujer en que, a los ojos de miles de personas, dejamos de ser niñas, por supuesto nosotras no nos sentíamos como tales, aún por esas fechas yo, por lo menos, todavía jugaba a las muñecas y me encantaba pasear mi carrito por el parque, a pesar de los comentarios absurdos de mis familiares.

Ese día la mayoría lo recuerdan con mucha confusión, no sabes lo que te ha pasado, porqué te sucede y mucho menos, el motivo del llanto o cara de circunstancias de tu madre, cuando le pides auxilio al encontrarte una gran macha en tu ropa interior de color burdeos. ¿Cómo se supone que tiene que sentirse una niña en esos momentos? Para todas las mujeres de tu familia ya eres mayor, sin importar lo que puedas pensar, la madura que seas o si es verdad o no. Cierto es que esa pequeña niña se enfrenta a agrandes cambios que tendrá que ir asimilando con los meses e irse acostumbrando poco a poco, pero también ha de distinguir los mitos que corren en cuestión al tema, si quiere llevar una vida completamente normal y no marcarse con ella.

El hecho de tu primera regla es traumático, pero tampoco te ayudan mucho al respecto. ¿Cuántas series de televisión lo han utilizado para sus capítulos? Demasiados, esa es mi respuesta al tema. Algunos la han utilizado de una forma madura y con una visión muy normal, otras en cambio dejan mucho que desear.

Un motivo más para degradarnos por ser lo que somos.
Ingrediente principal para las pócimas de amor y rituales de adoración a los dioses, ha creado vergüenza a todas las mujeres. Es algo de lo que los hombres se han aprovechado siglo tras siglo para dominarnos con el típico lavado de cabeza. Ya en el levítico, libro bíblico, pone:

“...Cuando la mujer tuviera flujo de sangre, su impureza durará siete días, y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la tarde. Y todo aquello sobre lo que ella se acostare mientras dure su impureza, será inmundo... Y si alguno tuviera ayuntamiento carnal con ella y su menstruo cayera sobre él, será inmundo por siete días, y toda cama sobre la que él se durmiera será inmunda”.

O el derecho de apaleamiento hacia una mujer si esta se pasea delante de un hombre mientras se encuentra menstruando.

Todo viene de la creencia inculcada de que en esos días somos impuras, y como tales hemos de sentirnos feas y sucias. Yo esos días me veo muy fea, gorda y sucia, pero es porque me hincho igual que un pez globo al ver s uno de sus enemigos y de mi cara se podría llenar una botella de aceite, debido a que mis glándulas sebáceas se descontrolan por una producción descontrolada de estrógenos.

En aquellos días se nos tenía prohibido salir a la calle, hablar con alguien, incluso compartir la misma cama que tu marido. Todo para hacernos sentir inferiores por una cosa completamente normal, pero el ser humano hace lo que sea para degradar a otro y controlarlo, hoy día todavía hay gente que se lo cree.

Millones de mitos rodean a nuestra naturaleza.
Algunos de ellos poseen ciertas explicaciones debido a la época en la que se vivían, otros ni siquiera hay una categoría donde ponerlos.

· Una mujer no pude bañarse durante la menstruación. (Posible de explicar porque antes no había termo ni reguladores de temperatura y el agua extremadamente fría puede hacer que se te corte o te de un cólico, pero hoy día eso no tiene perdón)

· No se pueden acercar a las plantas porque las marchita. (Vale, si no las riegas en una semana puede, pero por tener la regla lo dudo mucho.)

· No puedes hacer deporte. (El ejercicio mejora la eliminación de la sangre y alivia los dolores menstruales.)

· No tomes cosas frías. (Todavía no se que tienen que ver los ovarios con el estómago.)

· No puedes quedarte embarazada si haces el amor mientras estas menstruando, no puedes quedarte embarazada si es tu primera menstruación,… (De cosas como esas están las maternidades llenas.)

· No puedes hacer el amor si estas con la regla (Más bien por higiene o escrúpulos, pero no porque “eres impura”, por lo que he leído.)

· No se pueden comer determinados alimentos. (Estamos eliminado un óvulo, no a dieta. Tenemos pérdidas de sangre y necesitamos comer para compensar.)

Lo malo es que, miles de cosas como estas aún se dicen y pasan de generación en generación entre madres e hijas, muchas se lo creen.

La verdad siermpe pasa de boca de uno a orejas de otro.



Si eres una mujer, es para lo bueno y para lo MALO.
Por supuesto, he oído cientos de frases y atrocidades a lo largo de todos estos años; ciertamente, no hubiera dado crédito a mis oídos si nos los hubiera presenciado en primera persona, teniéndome que morder la lengua en algunas ocasiones y otras yéndome al servicio para soltar algunas carcajadas.
- Estoy con la regla, tengo derecho a protestar. (También eres mujer y tienes derecho a enfadarte como persona.)

- Las mujeres con la regla se ponen muy tontas. Pobrecita – Dice un hombre con guasa. (Si nos ponemos tontas, penosas e inaguantables, pero no estamos enfermas; ellos se ponen tontos veinte veces al día y tenemos que conformarnos.)

- Tú nunca pasarás por lo que está pasando ella. (Seguro, pero tampoco tendrás problemas de erección, realización de fimosis ni próstata. Una por otra.)

La última que recuerdo la dijo un hombre, pero es demasiado ridícula para escribirla. ¡Qué narices la voy a poner! – Yo se lo que es un dolor de regla porque me he tenido un cólico nefrítico y se lo que pueden llegar a doler los riñones. A mi nunca me ha dado un cólico nefrítico, ni piedras en el riñón, pero me parece que es “lo mismo” ¡Vamos!, igualito. Voy a dejarlo en no coment.
Lo que venía a deciros, que puede que te sientas mal, pero no puedes escudarte en eso para excusar un mal día. La explosión tan grande hormonas nos cambia completamente el humor, es cierto, nos enfadamos con más facilidad, sentimos tanto física como psíquicamente con más intensidad, lloramos muy fácilmente,…. Por eso evito cruzarme con nadie cuando noto que estoy así. Hemos de aprender ciertos trucos, ya que a algunas nos es imposible controlarnos.

Ellos también la sufren.

Que nos quede bien claro, ellos producen unas cantidades estables de testosterona a lo largo de su vida, bueno, más o menos; el caso es que nosotras no. Lo mismo que ellos no entienden muchas cosas nuestras, porque o bien no se preocupan o no les toca saber de ello (de esos existen miles de temas que podemos tocar), esta es una de ellas.

Es cierto que te dicen muchas tonterías respecto al tema, que se repiten mes tras mes, pero entenderlos también a ellos. Es algo completamente ajeno y que no pueden imaginar ni por asomo, simplemente lo sufren y peor de lo que pensáis. Explicarles cómo os sentís, que formas hay para que te sientas mejor, cómo pueden ayudarte a aliviar los síntomas y sobre todo qué atenciones ha de prestarte en esos momentos (siempre son los mismos: paciencia, cariño, mimos, algo dulce y tranquilidad. ¡Qué anuncio más maravilloso!) Ahora si tu hombre es un gilipollas, un machista y ni siquiera lo intenta, yo que tu me pensaría si merece la pena (no me vale la frase: “pero es que yo lo quiero”, él si tiene que sentirse bien en todo momento, pero tú no tienes derecho a reclamar atenciones. Ya lo sé, es que tú lo quieres. A pesar que ni me tiene en cuenta como persona con sentimientos. ¡Vale! Es tan respetable como cualquier otra cosa.)

Podemos evitar el síndrome premenstrual. ¡Existe un truco!
Sabemos que no todas las mujeres son iguales, que muchas ni siquiera saben qué es esto y que a otras ni siquiera les duele cuando llega, pero ese no es mi caso ni el de un porcentaje bastante alto de población femenina.

La fórmula mágica es la siguiente: comer durante una semana antes, lácteos, pescado azul, nata y huevo, a DIARIO. En todas las comidas. ¡Funciona! Lo he probado en mis propias carnes, este mejora bastante, y puedo deciros que el mío es bastante agravado. El dolor no te lo va a aliviar, eso se soluciona parcialmente con aceite de onagra (pregunta antes en la farmacia), pero la tristeza y el mal genio, entre otras muchas cosas si. De esta forma podréis llevar una existencia más apacible con todos los que os rodean.



Algunas cosas hay que aceptarlas como vienen. Esto es una parte de mi existencia, soy mujer y me gusta, con todas sus consecuencias.

6 de agosto de 2008

CON O SIN BALLENAS

Algo… ¿moderno?
Desde tiempos inmemoriales el busto ha sido digno de admiración por parte de ambos sexos. En la antigua Greta se utilizaban de forma externa para realzar el pecho desnudo, los primeros eran muy incómodos y difíciles de portar (por supuesto lo portaban las damas de alta alcurnia, en algunas cosas todo sigue una misma línea), cuando se wonder bra, una marca muy conocida, quiso hacer su aparición, miles de mujeres quemaron esta prenda en señal de libertad; por ello volvió a los almacenes esperando una buena oportunidad para despertar de su letargo.

Pero vamos a los puntos medios, esta es una prenda que no se libra de la manipulación masculina ni de la iglesia, en eso no iban a faltar ninguno de ellos. El hombre quiso moldear a la mujer a su forma inventando el corsé y la iglesia fomentaba el uso de cierto elemento para disimular su tamaño haciendo que las mujeres parecieran “jovencitos”. Lo cierto es que también asomaron los primeros rellenos para aumentar su tamaño (ahora se llevan debajo de la piel, no debajo de la tela de la ropa interior.)


Muchas mujeres inventaron los nuevos estilos de sujetadores y dieron lugar a cuantiosos modelos. Sin espalda, sin tirantas, más cómodos, menos largos, ya que antes eran como un complemento a ese moldeador de cuerpos imposibles. El corsé tiene su propia historia y de ella hablaremos en sucesivos post, por supuesto.


Una vida llena de maldiciones.


Como he nombrado anteriormente, con la iglesia llegamos a topar. Cualquier persona sabe al sometimiento que hemos sido llevadas, por culpa de las mujeres principalmente, sobre la renuncia del lucimiento de nuestro propio cuerpo.


El tener unos pechos bonitos, torneados, grandes e insinuantes, era malo. De eso no hace mucho. No estaba bien que una mujer luciera grandes escotes y que se desabrochara los botones de la camisa que hacían que se les viera el canalillo, tampoco que andara erguida si con ello mostraba unos senos grandes; ¡pecado!, incluso tu propio cuerpo te condenaba al infierno eterno (una pregunta, si no se puede andar erguida para no mostrar tu pecho ¿la joroba dónde me la dejo?) Creo que por eso la silicona no supuso una buena acogida por parte de ciertos sectores.
Y otra cosa fue el maldito corsé, invento que desfiguraba el cuerpo femenino cambiando la configuración interna de los órganos. Pero es que a los hombres les gustaban las mujeres con cintura de avispa, ¿quién fue la tonta que siguió la moda? Tiene que haber un subnormal que siga al tonto.


Las prótesis nos abrieron mayor camino y la desaparición del inicial elemento de tortura diario nos liberó un poco de la presión. ¿Era como para quemar el sostén o no? Una parte más de la historia por un intento que se reconociera a la mujer como lo que realmente somos, personas no objetos o mascotas.

Ni contigo ni sin ti.


Hoy día no podemos vivir sin él, les hemos dado formas sugerentes, le hemos quitado opacidad y lo hemos llevado hasta los rincones más inhóspitos de nuestras alcobas. Por suerte alguien fue inteligente. Si no puedes con tu enemigo únete a él.


El mercado nos ofrece grandes gamas y colores para diferentes ocasiones y tallas. Su estandarización llega a todo el mundo civilizado y es un elemento de seducción fatal que, nunca va solo, siempre en compañía de unos pocos.


Puede que no hace mucho condenara al infierno a su portadora (no era su culpa si los traía de fábrica; creo que desde que todas las hembras mamíferas poseen por lo menos un par. Eso he visto en los documentales) pero nos gusta ese poquito de picardía. Realzan tus curvas y moldean tu figura, amplían su forma o disimulan algunas diferencias.


No hay nada más bonito que mostrar un bonito escote sujetado por un buen sujetador, enseñar sus formas de fantasía, mostrar unas bonitas tirantas adornadas debajo de una camiseta cuyas tirantas son más estrechas, dejarlo ver debajo de las transparencias.


El vestirse de forma que parezca que no llevas nada, hace que la imaginación de tu hombre se mueva tanto que imagine miles y miles de formas de cómo lo llevas puesto y, lo mejor de todo, la forma de quitártelo.


La guerra eterna.


A pesar de tener facilidad de cierre, ningún hombre es capaz de desabrochar uno. Puede haber intentado esa pericia miles de veces que siempre parecerá la primera vez que lo hace. Nosotras tampoco lo ponemos fácil, los enganches cambian continuamente y algunos se unen por delante. A los pobres deberíamos de darles un curso cuando comienzan en la adolescencia.


Si un varón consigue hacer esta peripecia a la primera, sin trabas y sin atascarse, es digno de un aplauso. Pero eso quita todo el morbo en una relación, cuando te sientas sobre él, sólo con ese conjunto que tanto le gusta. Lo miras, lo besas, te incorporas y, muy lentamente, te desabrochas el sujetador dejando caer primero las tirantas. Antes de dejar caer las copas te flexionas sobre él y, antes de besarlo de nuevo, sueltas las manos; ahora es cuando debes dejarlo que lo quite, de su vientre porque le resta sensibilidad al roce con tu piel.


No porque sean un poco torpes para desabrochar tiene que matar el calor del momento, todo lo contrario, puedes aumentarlo hasta el infinito.


Sea lo que sea todo tiene una bonita aplicación para la alcoba, recordad, todo tiene que ver con lo mismo. Para sentirte guapa y para que te vean guapa.


Recuerda una cosa: si alguien te pregunta porqué te pones tanto escote, es para que no vean la cara de asco que les pones cuando se te acercan.

4 de agosto de 2008

Selene. Capítulo XX.

CAPÍTULO XX: CON LOS PIES EN EL ... OTRO PLANO.

Luís se despertó de repente, desorientado y sudoroso. El cuerpo dormido de su amada yacía sobre el sofá contiguo. Miró a su alrededor y todo parecía normal, estaban en el salón del piso de Selene, un trozo de pastel a medio comer encima de la mesa, rodeado por unos platos de postre decoraban el entorno.

Un olor azucarado recorrió todo el ambiente, el estómago de Luis comenzó con su serenata matinal, antes que se diera cuenta que efectivamente era de día. Algunos rayos de luz furtivos podrían haber delatado la altura del sol del medio día, pero sin embargo simplemente se dignaban a dar una tenue y lúgubre claridad a través de los agujeros de las cortinas que tapaban un amplio ventanal de cristales amarillos.

Miró a su enamorada, estaba muy tranquila, seguramente recorría los verdes prados de los mundos de Morfeo. Todavía no quería despertarla, sus mejillas estaban sonrojadas y su pelo alborotado delataban una bonita noche de una fiesta privada la noche anterior. Sin embargo allí había un tercer vaso, quizás al principio de la velada alguien los acompañaba, pero quién podría haber sido, no era capaz de recordar nada. Esperaría a que se despertara ella para interrogarla sobre el tema, ya que lo único que recordaba eran pequeños fragmentos de un lugar muy lejano al que ahora se encontraba.

- ¡Seguro que el pastel lo ha hecho Yu! - Pensaba en voz baja para no despertar a su compañera.

Su estómago volvió a cantar las notas del vacío y la agonía, sus tripas exigían que se les hiciera caso, por lo que decidió dirigirse al frigorífico de la casa para comprobar que podía preparar. Se levantó, todo continuaba en su lugar, pero algo deformaba las imágenes cuando intentaba enfocarlas, se movían y retorcían hasta que perdían la esencia de lo que una vez fueron. Luis volvió a pasarse las manos por la cara para aclarar la vista, como si el cerrar los ojos por un momento hiciera que las cosas volvieran a su estado normal, pero no lo consiguió todo parecía ser aún mas irreal que antes.

Un ciclón de colores lo atrapó por el pasillo de camino a la cocina, miles de tonos giraban a su alrededor, a cada vuelta predominaba uno de ellos y con él un olor característico. El rojo olía a naranja, el azul a gasolina. Todos daban miles y miles de vueltas hasta que se mezclaron formando el negro, entonces paró. Ni siquiera una simple brisa, sólo un lejano aroma a…., se paró un momento a pensar desde que aquella paleta enfurecida lo acogió en su seno “Selene”, dijo cuando aquel leve viento inundó sus fosas nasales.

Miró al fondo y unos ojos verdes esmeralda, profundos como el mar lo miraban desde los límites del infinito. Las pestañas eran como un abanico azabache, simplemente podía vislumbrar eso al fondo, parpadeó, miró y ya no estaban. Siguió su marcha hacia lo que él creía que era la cocina, estaba decidido a sorprender a su amada con un gran desayuno digno de una reina. El camino se volvió estrecho, cálido y la sensación del verano llenó su mente volviendo a recordar su infancia, ahora tan lejana, en los prados de trigo; vio como un niño corría a lo lejos, intentó alcanzarlo, pero era demasiado rápido. Al cabo de unos minutos, después de haber recobrado el aliento miró al cielo, hacía frío mucho frío. Una hoja gigantesca le cayó encima, cuando consiguió salir del entuerto pudo ver la marca de yogures que compraba su novia. Oteó el horizonte y una capa de hielo cubría una gran pared, chilló con todas sus fuerzas pero nadie lo escuchaba, estaba desorientado perdido en el limbo, volvió a elevar la voz.

- ¿Luis? – Escuchó una voz dulce a sus espaldas. – Despierta, estás soñando.

Miró detrás de si, su enamorada vestida con una sábana blanca a modo de túnica tocaba su hombro para intentar sacarlo del trance. Lo miraba muy fijamente, su pelo estaba recogido tras una corona de oro y su piel tenía un brillo semejante al de la plata.

- Luis bienvenido a mi mundo. – Aquella doncella lo besó justo antes de poder decir algo.

- ¿Dónde estamos?

- En el principio de todo, donde todo forma su esencia. De aquí vengo yo. – Levanta la mano y muestra su palma. – Este es el principio de los tiempos, antes de mi y de cualquier otro ser, entonces Gea estaba formada por miles y miles de fragmentos que luego dieron paso a lo que conoces.

Miles de luces aparecieron dentro del microcosmos de su mano, había luces de colores y algunos planetas giraban alrededor de la nada. Él miraba atentamente lo que Selene intentaba explicarle, pero la voz se volvió pesada, monótona y sin a penas sentido en pocos segundos. ¿Era el comienzo de todo? ¿Qué era aquella bella dama a la que le había jurado amor hacía a penas unos meses?

De pronto el vacío, volvió a encontrarse solo, sin rumbo ni camino que le dijera dónde estaba su destino. Su estómago le echó una gran regañina, tenía más hambre que hace unos instantes, ¿o quizás fueron días? La eternidad estaba descolocando su mente y sus pies se elevaron del suelo para obligarlo a seguir un camino incierto, nunca había tomado aquella decisión de seguir, pero tampoco la de continuar. Miles de recuerdos abordaron su mente en aquellos instantes, pertenecían a una vida pasada, antes de la civilización; Selene continuaba en ellas, estaba igual de hermosa y su sonrisa era aún más cálida que la que recordaba.

Por fin encontró una puerta con dos ángulos obtusos, tomó el rabo de burro que colgaba de ella y tiró con todas sus fuerzas. Una gran coz le sorprendió enviándolo a través de una ventana. Se levantó del suelo miró a su alrededor y ahí estaba, la cocina. Intentó abrir la nevera en múltiples intentos, pero su pomo era demasiado pequeño para sus grandes manos.

Tenía sueño, sus párpados se volvieron pesados. Se tumbó en el suelo fragmentado de colores y durmió apaciblemente.

Un cálido beso le hizo volver de la nada, ahí estaba. Ella, complemente despeinada con el rímel corrido por toda la cara y algunas legañas adornando sus glándulas lagrimales.

- Eres lo más bonito que he visto en mi vida. – Le dice Luis con una sonrisa en la cara.

- Creo que las copas en el Pub Put te han sentado mal. – Le responde ella.

- ¿Qué tenia el pastel? – Le pregunta aún tumbado en el sofá con Selene sobre su pecho.

- Pregúntale a Yu, a ver si te lo quiere decir.- Le responde con voz juguetona.

Entonces Luis la toma entre sus brazos, la sube sobre él y comienza a besarla apasionadamente. La tiranta derecha de su camisón cede ante la inclinación de su hombro y una mano varonil, los besos y las caricias vuelan en el aire, las palabras sobran.

- ¡Oye! – Dice Selene cuando él le toca el pecho. - ¿Qué estabas soñando?

- Creo que no sería capaz de explicártelo. – Sonríe. - ¿Por dónde íbamos?

- Me parece que por….. – No hace falta terminar la frase, Luis sabe perfectamente por dónde se ha quedado antes de que ella lo cortara, pero decide tomar otro camino para descubrir el cuerpo de Selene.

1 de agosto de 2008

Selene. Capítulo XXIV

CAPÍTULO XXIV: ALGO O ALGUIEN.

- Hola… ¿Cómo estamos? – Dice Selene entrando tras la barra.

- ¿Dónde está mi camarera favorita? – Le responde él.

- Soy la única que tienes. – Alega sonriente mientras se interna en la tras tienda.

La noche estaba avanzando bastante tranquila. Selene dispensaba las copas tras la barra, un par de borrachos cantaban junto al altar de los corazones rotos y, algunos amigos, bebían cerveza apaciblemente haciendo un hueco para los cubatas. Parecía que todo iba bien y bastante tranquilo, a pesar del ajetreo de gente.

En un momento de relax, ella decide ir al servicio. Odiaba andar por aquel largo y estrecho pasillo. Siempre estaba solitario y sólo en hora punta, podías encontrar, a lo sumo, dos o tres personas en el servicio de caballeros. El de señoras, rara vez se llenaba, pero ¿qué mujer sola iba a entrar en ese antro? Y ¿qué novio la iba a llevar a aquel sitio en una de sus citas? Era demasiado para cualquier mente femenina. Ellas eran demasiado remilgadas para ese ambiente; lo cierto es, que después de bien entrada la madrugada, ciertos grupos de amigas, que bailaban como un cefalópodo en tierra seca, se aventuraban atravesando las puertas de madera pútrida y entablaban conversación con los barítonos que frecuentaban el local.

Camina a paso ligero hacia el interior, el ruido de sus tacones se escucha en la lejanía mientras la luz blanca parpadea. Abre la puerta del servicio y ve, a través del espejo colocado justo tras la puerta, unos ojos que la miran a pocos metros tras de ella. Nota como sonríe, sabe que por lo menos es algo con cierta conciencia, ya que no sabe exactamente qué tipo de criatura puede acontecer en la noche. Entra, accede a al inodoro y cierra la puerta con pestillo, no hay forma de invadir ese pequeño habitáculo, pero tampoco de salir; está atrapada y temblorosa. Permanece en silencio cuando unos pasos penetran en la habitación contigua, contiene la respiración. Aquel individuo se acerca cada vez más y más a la puerta, su respirar se hace cada vez más evidente y pronto una voz en la lejanía se atreve a exhalar su aliento sonoro.

- ¿Selene? – Dice una voz. – Sé que estás ahí, ¡sal! Por favor. – Una cara pega la mejilla a la puerta de madera que le separa de Selene. – ¡Escúchame! Quiero hablar contigo. – Continúa su discurso sacando un pañuelo largo del bolsillo. – Te dije que no me ahuyentarías fácilmente. – Con la otra mano fuerza el picaporte de la puerta con un destornillador, mientras continúa hablando. – No hagas las cosas más difíciles ¡venga mujer! que solo quiero verte.

El destornillador había hecho su trabajo, el pestillo había cedido ante su presión, al igual que su dueño. Entró de una forma estrepitosa, creía que caería sobre ella, pero no había nada allí dentro; a parte de un par de cucarachas, un rollo de papel higiénico y la cadena que presionaba el inodoro. Sus ojos cada vez más y más, intentaban desvelar el escondrijo de su presa, pero allí seguía sin haber nada que pudiera delatar que había ni siquiera una simple ventana.
Entre el ruido de sus voces y la música lejana, a penas se podía escuchar un pequeño respirar que intentaba a compasar un corazón enfurecido. Estaba lleno de miedo, pero decidió no moverse de su sitio, desde su perspectiva podía notar hasta el calor de su cuerpo.

- Será mejor que salgas de esta sección, está reservado para mujeres. – Se escucha una voz ronca.

No dijo nada, simplemente se fue al notar el frío metálico en su nuca. Dio la espalda a Fepico y se largó.

- Ya puedes salir, ese cretino se ha llevado un buen susto. – Habla a la pared mientras limpia una cuchara con la camiseta.

- Gracias.

Unos ojos blancos se abrieron descubriendo la posición de su dueña. Esta por fin decidió moverse, con la espalda colocada en el techo, poco a poco su cuerpo iba recobrando su color original.

- ¿Te has asustado mucho? – Dice él tirando el pitillo al suelo.

- Lo que estoy es furiosa, odio que me pillen en desventaja. – Dice mientras echa al otro lado de la puerta a su salvador. – Y yo meándome….¡Ahhhh! Creía que me lo hacía encima. ¡Cómo lo pille! – Comenta a Fepico, mientras ella vuelve a abrir la puerta. – Se ha cargado el pestillo.

- Por eso te contraté. – Y sale por donde ha venido.

La noche prosigue, pero algo le dice que aquella persona sigue en el local. No ha podido verle la cara y Fepico tampoco. Nota como la vigila, a pesar de todo continúa con su rutina normal, decide que no es motivo suficiente para perder los nervios y mucho menos por una minucia. Le han ocurrido cosas peores. De pronto, mira a una esquina y… ¡Ahí está! No puede verle la cara, pero es él. La forma de mirar se fija en una persona como una huella dactilar. Lo ve, parpadea y… desparece. Gira la cabeza hacia otra esquina, otra vez vuelve a verlo; mira de nuevo al lugar anterior, puede que se esté volviendo loca, pero no está en ese sitio. Se encuentra recostado sobre una columna, la mira y sonríe; es rápido, mucho. Por eso no ha podido verlo antes.
Vuelve a mirar a la columna, pero ya no está. ¿Cuánto ha tardado? A penas unos segundos, pero ya no se encuentra en aquel lugar. Se le erizan los pelos, puede encontrarse justo tras ella. Entonces comienza a sudar, ella pensaba que era solo un humano, pero ahora juega en desventaja, no sabe qué o quien puede ser, a lo mejor un pequeño brujo. Está paralizada.

- Hola preciosa, ¿podrías decirme qué hora tienes? Es que ayer se me paró el reloj cuando te volví a ver.

- Víctor. – Responde ella sin mirar atrás. – Veo que sigues igual de subnormal que siempre.

- Antes te gustaba. – Le responde.

Ni siquiera lo ha escuchado, sale corriendo hacia la puerta para saludar a su novio. Eso marca la hora de salida y la recogida de la paga.

Luis la coge por la cintura y la besa, ella le sonríe antes de susurrarle algo al oído. Se acercan a su jefe y este le suelta el dinero de la noche.

- Selene, ¿qué estás haciendo? – Dice Víctor al verla coger su paga. – A ti no te hace falta esto.

- No. – Responde guardándose el dinero en el bolsillo. – Pero sé lo que vale un duro, ¿a que tú no? – Lo mira desafiante. – ¿Te he presentado a Luis?

- Encantado. – Le dice Luis estrechándole la mano. – Lo cierto es que, casi conozco a su puño hace unos días. – Dice en forma de sarcasmo. – ¿Nos vamos?