
Esta vestimenta para los pies ha sido siempre un modelo de fascinación y se ha convertido en el símbolo femenino por excelencia, producen unas piernas bonitas y esbeltas, una figura más torneada, dan altura y a parte de ello su portadora se siente sexy, atractiva, atrevida, poderosa, más mujer. Junto con el buen maquillaje y un gran fondo de armario, cosas de las que hablaremos en sucesivos post, es un complemento indispensable.
Pues bien, toda cosa maravillosa tiene una parte oscura que la mayoría de mujeres han sufrido en sus carnes, el dolor de pies, las rozaduras, el juanete, el ojo de gallo, ampollas,… Están a la orden del día, aunque esto ocurre principalmente con cualquier tipo de zapato,
algunos durante sus primeros usos y otros los produce la edad, a pesar de que ciertos científicos dicen que son producidos por el uso diario y prolongado del tacón. Mi abuela tiene juanetes, ojos de gallo, rozaduras y en su puñetera vida se ha puesto un tacón de más de un dedo de altura. Otras cosas no las discuto, como son los dolores articulares de las rodillas y los dedos de los pies, la deformación de los huesos que cambian su conformación, el aumento de la presión en ciertas zonas debido a una postura antinatural, los dedos martillo, el acorte de ciertos músculos y lo que se inventen luego, algunas de ellas si son ciertas.

Lo que más me ha llamado la atención de todo esto es que todo el mundo lo dice, sobre todo cuando eres una niña y te comienzan a ver andar con ellos, algunas nos atrevimos directamente con zapatos de vértigo, otras aumentan su estatura poco a poco, pero el caso es que todos, menos tu adorada madre que ha sido la impulsora de tu cambio de calzado, te dicen frases como:

- Los tacones son malos para los pies.
- Producen deformaciones.
- La columna se desvía por los tacones.
- Nunca te fíes de una mujer con tacones altos.

- Los tacones son malos para los pies.
- Producen deformaciones.
- La columna se desvía por los tacones.
- Nunca te fíes de una mujer con tacones altos.
Y lo más curioso de todo ello es que todos son hombres, y todos vuelven su vista cuando una mujer contonea las curvas al andar con unas alzas de escándalo, cerca o a lo lejos. Sus censores se activan rápidamente.
Muchos se asombran cuando te llevas todo el día de pie con ellos puestos, te miran cuando son de aguja, provocan expectación al pasar en ambos sexos. Si señores y señoras, es pura vanidad, seducción y erotismo. Para mi son un fetiche, algo que es imprescindible llevar a una gran cita, ponerse cuando sales incluso a comprar, que hay que cuidar y mimar y, por supuesto ponerse con cabeza y sabiendo andar con ellos.


Si la hubiera tenido delante en ese momento la hubiera besado, la noticia era demasiado buena para ser verdad, a la vez que un poco cómica. Como aquella que vi en la que se demostraba que el sabor de la comida influye en el sabor y textura del semen.
Según declaraciones propias su pretensión era otra, pero como todos los grandes descubrimientos e inventos se hacen por causalidad, sólo tengo una cosa que añadir ¡Vivan los tacones!
Ya tengo una respuesta corroborada para todos esos impertinentes que, al igual que la suya, está probada científicamente y es mejor. ¿Quién se puede resistir a no usarlos ahora?, eso si alternando las alturas, aprendiendo a andar con ellos para no parecer un pato mareado, aumentando su finura y forma poco a poco, cuidando mucho los pies y las uñas, utilizando siempre zapatos de piel y por supuesto aprovechando el verano luciendo unas piernas más esbeltas, morenas, largas y unas pedicuras de infarto.

2 comentarios:
¿Que llevar tacones mejora la capacidad orgásmica? Así está siempre tan contento el zancudo de la feria de mi pueblo...
En las mujeres no en los hombres, por lo menos eso pone el estudio
Publicar un comentario