Faltan a penas unos días, ¿para qué? Me pregunto cuando escucho a la gente. ¿Para cogerte una borrachera? ¿Para buscar en una casa la gente que falta ese año?¿Para pagar un fruto a precio de oro? No lo entiendo, se que cualquier día es motivo de celebración, que el champan puede abrirse todos los días, por lo menos en mi casa.
Y continuando con mi manía persecutoria y a veces repetitiva, voy a decir algunas de las tradiciones que se han conservado en mi familia y algunas más que he podido leer. Todas ellas acontecen en fin de año, aunque no entiendo el porqué de tanto trabajo. Bueno, ¡vamos allá!
- Estrenar algo, si es ropa interior mejor: ahora muchos pueden entender porqué papá Noel os trae esa tela tan sexy y roja para navidad.
- Ponerse algo de color rojo si es para el amor, amarillo para el dinero o verde para la salud. Mi abuela coloca tres tiras en la puerta de cada color, aunque también vale con la ropa interior, por lo que he leído: típico de creencias populares.
- Colocar algo de oro dentro de la copa de cava, que tiene que ser espumoso: esa la hago yo, pero porque me parece muy chic (algunas veces hay que ser superficialista y esta me parece una buena ocasión.)
- Limpiar la casa, aunque no cene nadie allí: eso es para que la guarra de turno haga la limpieza general.
- Encender velas: algo peligroso, pero bueno.
- Que en la mesa haya algo dorado: a mi me vale esa blonda de los chinos, tipo bandeja de cartón, donde se ponen los postres, otros se pasan.
- Abrir las ventanas: motivo por el que al día siguiente todos estamos resfriados, que no roncos.
- Brindar solo con el pie derecho en el suelo: el resbalón puede ser tremendo.
- Mirarse a los ojos al brindar o son siete años sin follar, no es nueva pero ridícula.
- Fumar un puro para atraer a los buenos espíritus.
- Escribir en un papel lo bueno y lo malo y quemarlo para que todo sea nuevo este año. Ni que volvieras a nacer.
Y algunas más que son demasiado ridículas para escribirlas sin que me entre la risa, aunque me he comido una, las uvas, algo inventado en 1909, año más año menos, por los cultivadores de vid, por un exceso de producción. No sabían que hacer con ellas y se inventaron las uvas de la suerte para el fin de año, como todo en esta vida tiene un fin comercial. ¡Qué pena! Por eso yo este año beberé cava y champan, evitaré las uvas, nunca me han gustado, y todo el mundo sabe lo que pasa cuando se intenta comer más rápido de lo normal.
Buena suerte, que no hagáis propósitos que no vais a cumplir y que la fiesta sea para contar, será lo único que podáis hacer. Una cosa más, que no os emborracheis mucho, a ver si acabáis con lagunas mentales y para colmo no habrá nada que decir.