ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




30 de marzo de 2009

DOCTOR, NO SIENTO NADA POR ESTA ZONA ¿PUEDE HACER ALGO?

Sintomatología derivada.

Insomnio, desfallecimiento, retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada, irritabilidad, pérdida de apetito, tendencia a causar problemas…., y así se continúa esta enumeración de síntomas hasta rellenar un total de 75 páginas para poder diagnosticar el paroxismo histérico.

Según Galeno, en la época antigua, era una enfermedad sufrida por aquellas mujeres que estaban solteras, viudas, monjas y, en algunos casos, casadas. El tratamiento era tan ridículo como una recomendación. Estas se basaban en casarse si estabas soltera, tener relaciones coitales con tu marido si estabas casada (vamos que follaras más) o, como último recurso, recurrir a los masajes de una comadrona (¿adivináis quienes iban a ellas?) Esto era lo que te recomendaba el médico si eras una mujer pasional e insatisfecha en los tiempos medievales. El tratamiento y el diagnóstico cambiaron hasta llegar a la época victoriana, donde los casos de histeria femenina llegaron a tomar números desorbitados.

Por supuesto la insatisfacción sexual por parte de las mujeres era muy grande, los hombres, con su doble moral, se iban de putas y ellas, haciéndose las estrechas, cumplían con sus funciones de buena religiosa donde el sexo estaba prohibido sino era para la procreación. El acto íntimo marital, enterrado bajo las sábanas de una alcoba se realizaba con la mujer completamente cubierta de telas que poseía un agujero a la altura de los genitales (eso le quita la libido a cualquiera, aunque en ciertas ocasiones puede dar morbo) y listo, ella se tumbaba, dos minutos de empuje y a dormir. Entre otras cosas, la filosofía de la época respecto a la sexualidad era el modelo androcéntríco, en el cual el sexo era exclusivo de la penetración y de la eyaculación masculina (¡tócate los huevos!)

Cierto es que el clítoris, ese botoncito que algunas llevan traspasado por un piercing (para que lo encontréis), es algo que no se sabía muy bien para qué servía, por lo menos los hombres, seguro que nosotras lo descubrimos antes, pero ese no es el tema en cuestión. Miles de escritos médicos antiguos elogiaban a una mujer desapasionada como un modelo ideal (¡Ya!, pero cuando en la casa de las afueras, llenas de mujeres de vida alegre, iba un hombre con su cartera llena, pedía pasión y desenfreno. No hay que olvidarse de esa doble moral de la época y que llevamos arrastrando desde siempre.) Esto venía porque, como se nos ha tenido siempre como objetos que adornaban estupendamente en una casa, una de nuestras funciones era la de ser una muñeca hinchable multifunción, con agujero de descarga por el que salen los niños; y con eso todos contentos, hasta muy entrada la época actual, no servíamos para nada más, tampoco se nos tenía en cuenta a la hora de nada, no teníamos ni voz ni voto, pero en cuestión a la liberación sexual menos (no me extraña que explotáramos.) Sobre la anatomía del hombre, su forma de masturbarse, para qué servía el órgano viril y la función orgásmica del mismo, se conocía todo, incluidas sus disfunciones, pero nosotras sólo éramos un agujero donde eso se metía, no reconocieron nada de la anatomía genital femenina hasta mucho tiempo después (hay documentos que los demuestran.)

Pero no deja de negarse que era una forma más de control sobre el pueblo y, sobre todo, de sometimiento de las mujeres. ¿Sino a qué venían esos tratamientos tan irrisorios? En 1800 se innovó el tratamiento mediante un masaje pélvico, dejando en segundo plano a las matronas. De todo ello, el escritor de un libro sobre vibradores y mujeres, Rachael P Mines, escribió que en esta de prescripción no había peligro alguno, ya que la paciente no podía morir durante las sesiones. En contra a esto nombraba que era un trabajo arduo, por parte de los médicos ya que la técnica era difícil de dominar y la paciente podía tardar horas en llegar al paroxismo histérico. (Eso es un buen hombre en la cama, le masajearía todo menos lo que tenía que tocar. Lo que más me gusta es lo de la técnica, si vieran lo estandarizada que está ahora.)

Llegó un gran invento a diferentes velocidades.

Debido a que el sexo por placer era y es pecado (viendo lo que entendían por sexo el placer era sólo para él) y, por lo tanto, tenía que haber penetración para ello, la estimulación pélvica no era una técnica pecaminosa o prohibitiva, por lo que se realizaba por prescripción médica. Eso sí, como la paciente no llegaba nunca a curarse, era habitual que tuvieran una clientela fija en la consulta, cada poco tiempo. Estaba muy aceptado por la sociedad y los maridos, padres, incluidos el resto de población masculina y las mujeres (que algunas tienen tela respecto al tema), lo veían como algo muy normal, ya que para ellos era imposible hacer un masaje pélvico…

Cierto es, que sería muy complicado atender a tantas mujeres a lo largo del día, las manos de los médicos estaban cansadas y no daban abasto en sus consultas llenas de mujeres que requerían sus atenciones manuales. Agotador, dar placer a tantas mujeres sin recibir nada a cambio, eso tenía que ser una tortura. Por eso no disfrutaban, aunque ellas creo que si. Volviendo al tema, nació un fantástico invento, el vibrados, grandes como una sala e impulsados por electricidad, baterías, pedales, aire o agua a presión y con diversas velocidades, se volvió uno de los avances tecnológicos y médicos más solicitados. Llegó hasta a los balnearios de lujo (aunque eso muchas lo arreglan con el chorro de la ducha.)

Después su tamaño se redujo, junto con su precio, podía llevarse en un bolso, estaba anunciado en las revistas femeninas y catálogos como un instrumento para aliviar las tensiones y la ansiedad de la mujer. En ellos se garantizaba como una forma para tranquilizarla y hacerla más feliz, bajo el logo: “su mujer sabrá apreciarlo”. Esos pequeños dildos y vibradores, fueron expuestos en escaparates de todos los comercios y su prioridad fue tal, que llegó a las casa nueva años antes que la aspiradora y diez que la plancha eléctrica, como un artilugio más indispensable en las casas (aunque siga siendo indispensable en algunos hogares.)

Una gran acogida para un oscuro declive.

Inventada o no, esta enfermedad con tantos síntomas, fue perdiendo poco a poco adeptos a las consultas. Se relegó a un lugar íntimo y casero, podía hacértelo tu marido, amante o tú misma, propiciaba fantasías y, por supuesto, daba mejor aspecto a toda aquella mujer que lo poseía. Con una simplificación del diagnóstico y el descubrimiento de una realidad represora referente al tema de la liberación sexual y la libre práctica, con fines amatorios y no solo procreadores, las listas de espera se dejaron de llenar hasta o no quedar un solo caso, el reconocimiento de esta afección, como una patología en sí misma, dejó de serlo.

Ohhh, volvió al infierno de donde procedía. Y el vibrador quedó relegado a sex shops y catálogos privados de sexo. Las tiendas dejaron de exponerlo y se quedó abandonado en aquellas cajas ocultas, en algún lugar de la casa, de la que sólo sus dueños conocen su paradero. Era pecaminoso, su uso, incluido el acto sin él. Nació el orgasmo femenino, la liberación sexual, el placer de la mujer y el reconocimiento de un órgano hasta antes desconocido, el clítoris. La pasión femenina estaba en auge y la mujer desapasionada dejó de ser un referente de idealismo. Aquellas estrechas de mente limitada (por desgracia siguen existiendo) se redujeron y pudieron dar como derecho su placer a la hora de cumplir con sus relaciones maritales y extramatrimoniales, aunque esto último también es pecado.

La pureza es un síntoma de buena religiosa y seguidora de la moral de las diversas iglesias, respetable para todo el mundo, aunque no sigas esa doctrina, el problema que ellos no piensan lo mismo de los que lo hacemos.

Volvemos a la habitación.

Dejando a parte todo este tema sobre el pecado, la represión sexual, la no estimulación, la insatisfacción sexual y demás temas respecto a ello, podemos decir que, por fortuna, ahora la mayoría de personas disfrutamos libremente de nuestra sexualidad, los límites los pone tu mente y tu moral, si es que existe una sola en un solo individuo (lo digo porque lo de llevar una doble es lo más común, sobre todo para los más estrictos.) ¡Ay, pillines y pillinas! Seguro que más de una y uno, se ha parado en los escaparates de esas tiendas para ver el material que muestran, visitan ciertas páginas de internet y compran ciertos productos para su satisfacción propia y los juegos en pareja. Eso no tiene nada de malo, el poner un dulce dentro de una relación, unido a las caricias, el cunnilingus y demás prácticas, que no usan estos artefactos, no te hace ser una depravada, el comentar con tu pareja, entrar juntos a elegir el juguete perfecto o darle una sorpresa no está demás nunca.

Según las definiciones encontradas, es un artilugio que se utiliza en solitario o en pareja, en esta última variedad, sólo explicita que se realiza una penetración con el aparatito mientras el cónyuge o lo que tú quieras que sea, me da igual hombre o mujer, penetra por el agujero libre, pero esto no se queda ahí, da mucho más juego, pueden hacerse infinidad de cosas y el mercado nos ofrece una gran variedad de artilugios. Algunos vibran, otros dar vueltas, algunos sirven para más cosas, los acuáticos no están nada mal, pero la imaginación es grande y puedes estimular muchas zonas con ellos no solo a ella en su punto volcánico, vosotros también participáis en estos temas, y no hay que tener timidez al respecto, pensar mal o decir la frase: a mi nadie me toca mi trasero, no vamos por ahí, aunque si uno quiere puede, eso no significa nada, aunque poco a poco lo iremos descubriendo. Mientras pensar ¿qué podéis hacer con unos de estos fantásticos objetos que no sea una penetración, un doblete y que sea divertido para ambos? Seguro que ya se os ha ocurrido algo.

El juego de pasiones se incrementa, de los que comentaremos sus diversos tipos en otros post, si señores, vamos a subir un escalón más en mujer y punto, uniremos los juguetes a este erotismo femenino, ya que forman parte de nuestra vida oculta y algo tan simple como su invención, fue culpa nuestra, de forma indirecta o no, hicimos que estuvieran en el mundo. Por ello seguiremos con el tema.

27 de marzo de 2009

LOS LAZOS QUE DESATAN LAS PRESAS DE LA PASIÓN.

A veces hay que mirar las cosas más pequeñas.

Desde hace siglos hemos atado, abrochado y unido miles de prendas con cuerdas, cordones, botones y artilugios de todo tipo. Nuestra ropa está llena de ellos, pero también de algo muy pequeño, a veces invisible de un simple vistazo. Repasados con hilo o metal, entre otro materiales, por sus bordes, evitando que se agranden y rasguen la prenda, los ojales han sido un arma utiliza para la seducción como una vía indirecta. Tras ellos, un estallido de placeres ocultos se camufla tras las sombras de una tela.

Y es que no podemos negarlo, tras ellos se une la magia que encierra la seducción de los cuerpos más ardientes, ¿qué hubiera sido del corsé sin ellos? A lo mejor no serían tan morbosos o del uso que se hace ahora en la ropa externa.

Miles de prendas los tienen por miles para formar corpiños, falsos o no, su presencia es imprescindible a la hora de confeccionar la prenda.

Olvidémonos del botón y vamos a las cuerdas.

Unidos al uso del bondage, el masoquismo y el fetichismo, ese pequeño cordón que une esos puntos perfectamente equidistantes, formando vías en zigzag, puede desatar en la mente, miles de ideas furtivas y no deseadas en ciertos momentos. Esas pequeñas palabras que se encierran tras unos labios traicioneros y los ojos delatores, no son ignoradas por las mujeres que los portan sobre su cuerpo.

Este tipo de prenda, como ya he nombrado antes, interior o exterior, puede tener este tipo de atadura delante o detrás, eso depende del gusto de cada una, de la prenda o de las preferencias del momento. (Como siempre se puede pasar de parecer una señorita a una auténtica fulana o calientapollas, dependiendo de cómo se lleve) y es que en el gusto está la seducción, el erotismo o la simple atracción física, algunas se quejan del tipo de hombre que atraen y, los hombres, se quejan del tipo de mujeres que atraen, pero eso depende de muchos factores, uno de ellos es la ropa, la forma de llevarla y el porte que tengas, señores, a veces hay que ser realista en cuanto a las limitaciones de cada uno y buscar un estilo personal, el robado te hace parecer lo que no. Pero volvamos al tema, la prenda exterior posee infinidad de posibilidades, esta puede ser llevada en verano o en invierno (aunque también depende de la forma en que este confeccionada la prenda), usando una camisa, camiseta, top, algo que te haga parecer que llevas algo debajo o sólo el corpiño. Desde la apariencia de una cortesana inocente y sexy, hasta lo que vuestras malpensadas mentes puedan llegar a elucubrar.

Y ¿qué haríamos sin él? Nada, la ropa no tendría tanto juego y simplemente nos limitaríamos a ponernos camisetas, que también tienen su morbo, pero no tanto como este, siempre tiene el mismo juego, pero puede aplicarse a diferentes zonas, a todo el largo de la prenda, al ancho, a un trozo concreto, a…. Da igual, el caso es que quede bonito. Camisas escotadas y cruzadas por cordones y lazos, unidos por ojales, dejan un secreto a voces loco porque alguien vaya a descubrirlo.

Una mujer puede jugar mucho con ellos, demasiado, aunque todo depende de su imaginación. ¡Venditos agujeros cosidos en sus bordes! Lo mejor de todo es que aguantan la fuerza que les des, puedes dejarlos más tensos por una zona y dejar un poco más suelta otra, ese simple movimiento de apretar y aflojar, hace mucho, consciente e inconscientemente. Eso si, la ropa tiene que ser justa por la zona donde esté. Favorece mucho la figura femenina, sobre todo aquella que muestra la unión de los pechos y la curva de las caderas, hace una cintura de guitarra espectacular y dan ganas a cualquier hombre de inmiscuirse en ese circuito y despeñarse por sus barrancos. ¿A dónde le llevará tanto cordón y tanto agujero? Pues donde tu quieras que lo lleve, una guía para la vista y las manos a favor del que tu quieras o de la que tu quieras, aquí hay gustos para todo. Y es que esto saca de dónde no hay; y de donde ya se encontraba, algo lo mejora, eso si, lo grande también lo magnifica de sobremanera, sin embargo también lo sujeta. Por una vez podemos prescindir del sujetador para colocarnos una prenda (y me refiero a todas)

El que se encuentra detrás, magníficos ojales que unen aquellos cordones escondiendo parte de la espalda y dejando al descubierto el nacimiento del cuello y los hombros.

Una ropa no vista.

Pero es que como ropa interior no tienen precio, estilizante de la figura femenina, desde su más oscuro interior, los juegos para realizarse en la alcoba pueden ser miles, cientos, aunque sólo se te ocurra uno ahora mismo. Eso da igual. La visión de tu pareja con eso puesto, unos tacones de infarto y una bata (también se prescinde de ella) semitransparente, que no desluzca el interior de tu cubierta, puede hacer estragos a la primer a de cambio.

Podría deciros algunos juegos, ofreceros ciertas visiones, daros algo en qué pensar, pero esta vez os toca a vosotras, a ver si sois capaces contármelas, o quizás no. Esta vez os toca trabajar a vosotros, el cómo abriréis esos ojales dejando que las cuerdas se deslicen para dejar libre a un cuerpo cautivo entre telas de seda y encajes de hilo bordado.

24 de marzo de 2009

UNA BODA EN POCOS DÍAS.

Histeria colectiva.

No es un secreto para nadie cuando uno de vuestros familiares se casa, la alegría depende de la persona con la que vaya a producirse el enlace, aunque la mayoría de las veces, es aceptada por la familia. En esa reunión, familiares y amigos se unen para ver un enlace, bien por el juzgado o por la iglesia, y después de unas copas, esperando a que los novios se saquen las fotos de rigor, hay una comilona global acompañada de bailes, tarta, fiesta y, por supuesto, mala comida, algo por lo que todas las bodas, o por lo menos, en su mayoría, destacan. No será la primera vez que escucho que lo mejor de la comida ha sido la tarta.

Comentarios de este estilo a parte, que después retomaré, volvemos al tema de la boda en sí. La boda y las mujeres, este podría ser el tema de este post, el motivo principal es, a parte de los nervios de la misma novia, el de todas las féminas que se colocan en su entorno o, mejor dicho, el de todas aquellas que tienen una ilusión por el acontecimiento que acontecerá en pocos días. La histeria colectiva se va adueñando de sus mentes conforme se va acercando la fecha, problemas insulsos y fuera de toda importancia como ¿qué voy a ponerme?, necesito un traje nuevo, unos zapatos, ¿qué me pondré a conjunto con todo?, los pendientes que vas a llevar, el colgante, a quién puedo llamar para que me deje algo, etc, etc, etc. La lista suma y sigue, y es que no tenemos remedio, las mujeres somos así (aunque algunos hombres tampoco se quedan cortos en esto.)

Lo malo viene cuando tú todo esto te lo tomas con calma y serenidad, mientras el resto de mujeres está dando vueltas como mosquitos alrededor de todo lo que puedan, para rondar sobre como ser la mejor de la fiesta, después de la novia, por supuesto (mentira, tienes que salir por encima de ella inclusive.) Pero a ti, que ciertamente la mayor parte de la parafernalia te da igual, sabes lo que te vas a poner, aunque no te lo hayas probado y el resto está solucionado desde hace mucho, te toca ponerte histérica al final. Y eso es lo peor de tener un negocio propio que tenga que ver con la estética, todos quieren ir a arreglarse en el último momento, el caso es que nadie ha podido arreglar las cosas antes, siempre con prisas, sin poder parar y metiéndote bulla, entre ellos, tu propia madre que no se queda anexa a todo ello.

- Tienes que venir a probarte el vestido – te dice por el teléfono. – Es que la boda es la semana que viene y yo no se cómo te queda el traje. (Pues cómo me va a quedar, de muerte, si me lo ponía con 17 kilos más, el traje es elástico y ahora no tengo sobrepeso, me quedará que ni pintado.)

- ¿Por qué no te compras un traje nuevo? – me dice la lista de turno. (¿Y todos aquellos trajes de fiesta que tengo en el armario que solo me he puesto una vez? Los tiro, porque como ya me los he puesto, el pastón que invertí en ellos ya está amortizado, como si el dinero naciera en los árboles, a demás, todo el dinero que pueda ahorrarme me lo gasto en cerveza y juergas, no en colocar otro trozo de tela ceñido en mi armario para ver lo mono que es.)

- ¿A mi me vas a cobrar por el trabajo? – me dicen cuando termino de hacer las cosas para arreglarlas para la boda. (A ver si es que mi tiempo lo regalan y los materiales también, que esto es un negocio, no soy la hermanita de los pobres, te cobro menos, pero el dinero lo quiero, sino, haber buscado a otro profesional en el tema. ¡A ver cuánto te lleva!)

- Tú tienes la cita el miércoles que viene a las cinco – digo por el teléfono a un familiar.

- El miércoles o el martes, ¡ya veremos! – me dice al decirle la hora que tengo libre para atenderla. (Como si esto fuera Jauja o yo no tuviera nada en absoluto que hacer, ni citas que coger. Como soy familia voy cuando mejor me convenga, y listo. Pues no lista, vienes pidiendo cita y a tu hora, igual que el resto. Para colmo que cobro menos de lo debido, tengo que hacer hueco entre clientes y he de comerme yo los descansos, parece que el favor me lo hacen ellos.)

Esos y otros más son comentarios que me han hecho en estas dos largas y duras semanas, deseando que alguien me falle en la cita para poder descansar, entre respiro y respiro, tomo algo de te frío y me paro a pensar en lo que significa todo esto, realmente nada. Para la única que tiene que ser algo es para la novia en sí, no para que se cree esta histeria colectiva.

Ciertas comparaciones y comentarios son bastante desagradables.

Pero es que ninguna boda está exenta de ellos, es que no se puede decir nada nuevo o bueno respecto del tema cuando estás en un evento de esta u otras características parecidas.

- La novia va más mona cuando se peina asi… - ¿Tú te has visto en el espejo? A ver si es que tu has mejorado con tres quilos de maquillaje, ¿te los han echado con una espátula o directamente a pistola para que no deje marcas?

- Ella vale más que él (si es por parte de la familia de la novia, si es al revés sólo cambia el pronombre) – Da igual, se quieren, nunca he entendido eso de ella vale más que él o él vale más que ella, ¿es que llevan etiquetas con el precio colocado en el cogote?

- Pues la comida no es muy buena – Eso es típico en todas las bodas, a ver que pones tu en la tuya o qué pusiste, ¿seguro que no hubo nadie que se quejara?

- No podía haberse casado en otra fecha, mira el tiempo tan malo que hace – Vamos a pedirte permiso para ver cuándo te viene mejor para que luzcas ese traje tan destapado.

Desde luego que nadie está libre de crítica, pero a ellos que no les toquen porque son perfectos.
Sea cuando sea, no hay frío.

Y es el aparentar nos gusta más que a ninguno. El lucir un bonito traje de tela fina, sin mangas, con un gran escote y peinados imposibles, nos encanta. Pero eso quedaría fuera de tono en otra época del año, sólo es para bodas, en otros eventos no es tan digno de admiración. ¡Por favor! Yo me sumo a la lista, no penséis que iba a ser menos.

Las sandalias salen de sus polvorientas cajas, olvidadas meses atrás para vestir unos dedos congelados y casi amoratados por el hielo de la noche (eso lo soluciono yo con un par de copas, igual que el frío corporal, pero mientras llega, a aguantar como las buenas.)
Aunque, volviendo a hablar del tema anterior sobre los comentarios, los familiares y amigos más jóvenes tampoco están libres de culpa. Cometarios como:

- ¿Y a vosotros cuando os toca?

- A ver cuándo os animáis.

- Espero que la tuya sea un poco más cerquita.

Son algunas de las inoportunidades que pueden soltarte, sobre todo las más viejas. ¡Qué ganas de boda tiene la gente! ¡Cómo si fuera tan fácil! Las invitaciones, las mesas, los invitados y las miles de chorraditas más que se unen a esto son una parte considerada esencial en ellas. Oleadas de pensamientos se pasan por mi cabeza en esos momentos – cómo a ti te fue también en tu matrimonio, por eso buscaste un nuevo marido después de quedarte viuda, dame dinero y no me des consejos; son uno de lo más normalitos otros empiezan por la palabra gilipollas y acaban por hija de puta. Pero no queda bien que lo diga por el simple hecho de no amargar la vida a nadie en ese día, aunque de vez en cuando lo hago.

- De las bodas salen bodas – dice una vieja o una tía soltera. Por eso tu vas a todas a ver cuando te toca a ti.

Hay tradiciones que nunca mueren.

Y es que la puñetera tradición del alfilerito para identificar a las solteras de las casadas, la liga de la novia o, el menos común de todos, tirar el ramo de la novia a las solteras a ver quién lo coge. Eso es una estampida de Ñus en plena migración, ¿cómo se pueden perder los papeles de esa manera para coger un ramo de flores? Eso es tremendo, miles de mujeres, jóvenes y talluitas, junto con algunas niñas se confinan a pocos metros de la novia, esta colocada de espaldas lanza el ramo y, en ese mismo momento, el nerviosismo se adueña de las solteronas que salta como jugadores de baloncesto para conseguir tomar su objetivo. Algunas acaban por el suelo, otras encima de las mesas derramando las copas, han perdido los papeles, y, ¡cómo no! Aquel perifollo de florituras y plantas diversas acaba en las manos de la que ha sido colocada allí, casi por obligación de su madre y tías casadas. Colocada en el extremo derecha, justo en primera fila coge el ramo al aire sin intentarlo si quiera. Ha caído allí, en el lugar menos probable. Entonces todo acaba, el resto la mira con cara de envidia, como si la tradición de que la próxima que cogiera el ramo sería la próxima en casarse. Desde luego que hay que ser crédula (esto me ha pasado a mi, no intenté coger el ramo, cayó en mis manos y ni tan siquiera las levanté, lo prometo.)

Bueno, como veis todo tiene su cosa buena y sus cosas malas, sin contar con el desembolso de dinero, de eso mejor no hablemos. Se pasa bien, te ríes, ves a tu padre bailar, disfrutas, pero algunas cosas nunca cambian. Espero que todo pase pronto, por lo menos hasta la barra libre, me provocaré una amnesia etílica, será lo mejor.

20 de marzo de 2009

Selene. Capítulo XLV.

CAPÍTULO XLV: UNA RESPUESTA EN UN LUGAR NO DESEADO.

Tras una larga y tortuosa noche, por parte algunos de los presentes en la casa de la abuela, todos se levantaron para reunirse de nuevo en el viejo salón.

- Señorita – le dice Luis.

- Llámame abuela jovencito – le dice mirando por encima de sus gafas.

- Bueno – responde confundido. - ¿Podría decirnos algo sobre un ser oscuro que intentó asaltar a Selene?

- ¿De cuál estáis hablando? – dice ella inquieta.

- De las sombras creadas, abuela – le responde Fepico con la boca llena de pan con mermelada

- Pam… - se escucha tras ello. – Te he dicho miles de veces que no se habla con la boca llena – acusa con el dedo a su nieto. - ¿De qué estabais hablando? – mira a Luis. - ¡Ah! Si, de las sombras con ojos.

- Eso abuela…..cof,cof – responde Fepico un tanto molesto y atragantado.

- Pues no puedo hablaros de eso - dice la señorita octogenaria.

- ¿Por qué? – interrumpe Yu. - ¿Se le ha olvidado cómo se les vencía?

- No niña remilgada y mal educada – le dice la señora en tono amable. – Es que el libro donde venía eso no lo tengo yo.

- ¿Y tus conocimientos? – dice Fepico.

- Hijo – dice echándole una mirada asesina. – He matado tan poquitos de esos en mi vida que no se como hacerlos desparecer sin ese maldito libro escrito por mi.

- ¿Y usted fue la que escribió el libro? – incide Yu.

- Por eso lo hice – responde sin volver la vista. – Para que no se me olvidara cómo hacerlo sin volvía a presentarse.

- ¿Quién tiene ese libro entonces? – le pregunta Selene echándose algo más de chocolate caliente.

- Hades

- Przzzzzt…… - hace Yu manchando la alfombra. - ¿Quién? – vuelve a preguntar. – Bueno, bueno, eso no importa.

Yu no puede creerse lo que acaba de escuchar, el mismo rey del infierno posee el libro que todos desean, pero ¿por qué le interesará tanto? Sabe de buena tinta que Hades no lee a penas y si coge algo de eso es porque lo va a usar, ¿contra quién?

Entre tanto Selene la mira, sabe el motivo de su nerviosismo y el inconformismo que sale de Yu al saber la decisión que van a tomar. Ir a ver a Hades, lo cierto es que a ella tampoco le agrada ya que, ciertas rencillas antiguas, han evitado que ellos dos se hablen en miles de ocasiones. Sabe que no le gustan las visitas y, mucho menos, si van ha pedirle algo suyo, lo cierto es que es como un niño, en eso de prestar las cosas. Sin embargo, con Yu a su lado no tienen mucho que temer respecto del tema, la verdadera pregunta es si su amiga cederá ante lo que surgirá de él.
En poco tiempo se ponen en marcha, el chocolate aún humea dentro de la cafetera y los bizcochos todavía no han empezado a reblandecerse por el calor circundante, a pesar de todo, han de partir. Creían que la respuesta iba a llegar antes de lo previsto y que la abuela solucionaría todas sus dudas, pero no ha sido así, tienen que ir a su objetivo inicial, el centro del infierno.

Los dioses no tienen miedo a ello y Fepico tampoco, aunque es una persona que evita por todos los medios una confrontación. Cierto sentido le dice que esto puede ser divertido, más de lo que estaba pensando en un principio y que los conocimientos adquiridos en sus múltiples viajes y larga vida, podrán servirle para salir del infierno con vida y poder contarlo, a modo de anécdota, en alguna de sus reuniones con amigos y conocidos, tras una buena colocación de todo lo que puedan cortar, enrollar y fumar.

- ¿Cómo llegaremos al centro? – le dice Luis a Selene.

- Caminando – le responde encogiendo los hombros. - ¿Conoces una forma mejor? – lo mira a los ojos. – Yu no puede con todos y yo no pienso perder mi forma humana a menos que sea necesario.

Luis se encuentra muy confuso, ha pasado por allí antes. ¿Cuándo? No puede saberlo, sin embargo otros detalles, no han pasado desapercibidos de sus recuerdos anteriores. Los verdaderos humos de Yu, los diferentes caracteres de su novia, cambiante como la luna a la que rige, incluso recuerda vagamente a un personaje como Fepico años posteriores en lo que él pudo haber nacido. Lo cierto es que tendrá que esperar, la mutación no se ha completado todavía, ha de aguardar a que sus recuerdos se hagan fuertes, se afiancen y que sus poderes regresen de nuevo a la vida, pero eso es mucho tiempo para una persona que está en el infierno, los necesita y pronto, cualquier cosa podría pasar allí dentro y Selene y Yu, podrían no estar en condiciones de salvarlos de los problemas. Sin embargo, confía en ella, se siente seguro con esas dos venus nacidas antes de que la tierra fuera lo que es. Continúa caminando mientras un cielo rojo y morado, se cierne sobre ellos, el calor es inmenso y los cuerpos descompuestos, las vísceras, restos humanos, junto con unos gritos horribles, no dejan de adornar el ambiente. A lo lejos, un barquero bajo un árbol decorado con esqueletos y piernas humanas espera la llegada de los siguientes pasajeros, pedirá un tributo. Caronte destaca por ser el que nunca perdona un pago, pero las alas de Yu la delatarán, no puede aparecer delante de un ser infernal y pretender ser un muerto cuando ella no puede hacerlo. Esa no es la entrada de los dioses y sin embargo lo han hecho.

Decide esconderse para sobrevolar el río junto a ellos, tras la gran niebla densa y permanente que llena ese accidente fluvial. No queda otra salida, se quedará atrás.

- ¿Quienes sois? – dice una voz seca tras una túnica negra.

- Venimos desde lejos y hemos llegado hasta aquí – se adelante Selene. – Seguíamos un camino y nos hemos perdido en uno de los callejones de la ciudad – continúa disimulando. - ¿Sabes como llegar a la calle Rosas de Medina? Nos estás esperando unos amigos.

- Subir – muestra su mano esquelética la entrada a la balsa. – Pero el camino hacia vuestro destino tiene un precio.

Fepico comienza a buscarse las monedas en el bolsillo mientras un chirrido suena en el aire.

18 de marzo de 2009

LOS SIGNIFICADOS DE LA PASIÓN.

Una historia que nace del deseo de comunicar el amor sin palabras.

Siglo 1600 a.c, antigua Constantinopla, el cómo llegó a ser en lo que se ha convertido y mucho menos, cómo se extendió a todo el mundo, no se conoce, como tantas otras cosas en la vida, lo cierto es que se convirtió en un lenguaje oculto.

Al igual que los lunares o el famoso abanico, los amantes se ingeniaron una forma para comunicarse entre ellos lejos de las miradas incautas y de las habladurías de la gente, por lo menos eso pensaban. Ya que fue muy popular y aún hoy sigue siendo.

El regalarlas, al igual que el recibirlas, significan hechos muy profundos para todo aquel que decide gastarse un buen dinero en un ramo o en una sola de estas flores, si amigos, las rosas son por excelencia la rosa a regalar, al igual que en diversos países cierto tipos de flores son las típicas que se utilizan para regalar a los muertos o realizar cierto tipo de regalos.

Por ciertas habladurías, mitos o por pura vagueza de no querer pensar en su origen, todos pensamos que esto lo hicieron los Franceses, románticos por excelencia y conquistadores natos, portaron esta práctica a su país, seguidos por Inglaterra, sitio donde las costumbres clásicas y los buenos modales aún siguen siendo símbolo de distinción. Aunque lo cierto es que algunas veces son demasiados sobrios, esa forma de no mostrar ningún tipo de afecto o sentimiento desmesurado en público, por no querer perder los papeles (eso lo digo por todos los estirados del mundo, no por unos pocos en general) vienen muy ligada al qué dirán (cosa que, como ya sabéis todos, me importa muy poco o nada.)

Un lenguaje complejo hace un mundo rico y fascinante.

Y el de las rosas no iba a ser menos, cada forma de entregarla, su número, su color, el contexto y dependiendo de la persona que se lo des puede significar algo, por supuesto, entre amantes todo puede cambiar, cada uno le da el significado a las cosas que le da la gana y, entre otras muchas, eso implica la solemnidad de un hecho u otro (creo que por eso las mujeres somos algo más complicadas en este sentido.)

Continuando con lo que estaba comentando, voy a poneros algunos ejemplos, sino todos, bien la mayoría de ellos:

Roja: pasión, amor pasional, te amo, felicidades o trabajo bien hecho.

Blanca: pureza, inocencia, juventud, te merezco, guarda el secreto (que en cuestiones de una novia casándose puede traducirse en: soy pura e inocente, para todos lo que ven mi ramo, soy joven, o por lo menos, eso pretendo aparentar, te merezco, con lo que he luchado para que pases por el altar, guarda el secreto, esto es más bien para el novio, de que no es ni pura, ni inocente y mucho menos, tan joven como ella esperaba casarse y, algunas veces, ni te merece.)

Salmón: permanezcamos juntos (bonita dedicatoria si estás a punto de pifiarla con tu pareja.)

Rosa: felicidad perfecta, dulzura, suavidad, por favor creéme… (esta última suena a un intento desesperado porque la otra se crea que sus intenciones son puras, aunque si antes te ha regalado una rosa roja, créelo poco. El resto de significados, yo no se a vosotros, pero a mí me suena a que se le regala a una recién parida.)

Amarilla: celos, regocijo, me importas, felicidad, amistad o recuérdame (todo esto depende de a quién y en qué contexto la regales, aunque nadie va a gastarse dinero en un enemigo para decirle el afecto que le tiene.)

Rojo escarlata o color vino: belleza interior (esta también puede tomarse a chiste dependiendo a quién se lo des. Algunas personas tienen una belleza tan interior que no se la encuentran ni ellos mismos.)

Azul: confianza (para esto sólo tengo una pregunta, ¿y si es una blanca tintada con un boli azul? ¿significa lo de la blanca o la de la azul?)

Hojas de la rosa: esperanza.

Negra: el fetiche por excelencia, connotación de miles de significados; melancolía, tristeza, depresión, ansiedad, muerte, asesinato, noche, misterio o su denotación cuando se la das a tu amante correspondido, “serás mía hasta el final” (bonito verdad, precioso si te lo dice un psicópata asesino desmembrador de cuerpos. Ahora en serio, es tan rara y tan difícil de ver que muy pocos la regalan.)

Otras connotaciones varias poseen si se regalan en grupo o solas, siendo esta última una significación de simpleza (o de falta de pelas, da las gracias con que se ha gastado lo poco que tenía en regalarte una.) Los ramos por lo general significan belleza, inocencia y juventud, a parte del color, si este es de color rojo, significa pasión incontrolada y pureza (no se de qué, por lo menos, en los tiempos que corren, pero así es), el de rosas blancas es niñez e inocencia (¡qué les gustaba dar este significado a todo!), si te regalaban una cubierto con musgo era una confesión de amor (¿cuál? Ah…,mira el color).

Ahora pasemos a otra cosa, si eran dos cerradas con una abierta, era guárdame el secreto, si son de colores pastel (más de dos ya es un ramo) es amistad, si eran dos naranjas significaba deseo y si sólo te regalaban dos, pero de color rojo y otra blanca, era unión (te pedían en matrimonio o querían quitarte la inocencia con una gran pasión; cada uno lo interpreta como quiere.)

Una noche romántica.

Pasando del tema del lenguaje y de tantos comederos de cabeza, vamos a lo nuestros, como a todos, nos gustan que nos regalen cosas y, por supuesto, a los enamorados, más. Da igual si sólo estás buscando un rollo de una noche, las mujeres somos románticas empedernidas por excelencia (algunas lo negamos, ¡vale! Cierto, pero no niego que de vez en cuando no viene mal, puedo contar las rosas que me ha regalado sangreybesos en los cinco años que llevamos de novios y no llegan a la media docena, por cierto, están preciosas secas y colocadas de adorno en la entrada de nuestra casita.) Pero como ya he dicho, lo importante es el detalle y lo único que ha llegado hasta nuestros días es que éstas han de ser rojas para los enamorados o, como dice mi abuela, blanca para las novias (eso será si yo quiero.) Pero ese no es el caso.

A toda mujer y hombre (¡os creíais que os ibais a escapar!) Les gusta un buen detalle de vez en cuando, una rosa hace los deseos de cualquier amante preparado para que lo seduzcan y, como no, tu mejor carta de presentación para poder hacer que una bonita velada, sea recordada, por lo menos durante unos días.

El ramo, si, bonito cuando se tienen dinero, ya que en ciertas épocas del año, estas llegan a alcanzar precios exorbitantes sólo por unidad. Pero planteémonos el caso que las podemos comprar, ahora hay que amortizarla, lo has conseguido, tienes a tu pareja dónde querías. Toca jugar, acaricia su cuerpo con esos fragantes pétalos, bésala en cada centímetro y deja que la rosa hable por sí sola, no hay que decir una sola palabra.

Si estás en un hotel, tienes una bañera en casa o en otro lugar, donde las circunstancias lo permitan, un bonito baño con pétalos de rosa sobre el agua templada hace milagros o, una flor colocada en una mesa, junto a una botella de champang o vino y dos copas, te harán hacer que la velada se alargue un poco más aumentando tus ansias por satisfacer, tus instintos y sus deseos más profundos.

No todo puede que sea bonito.

Como todos sabemos, una rosa tiene espinas, y muy duras, por ciertos. Son difíciles de quitar y muchos las mentan como parte de su encanto natural. Pues bien, las mujeres somos así, como rosas con espinas que puedes tocar en cualquier momentos, nunca sabes cuando tu mano, un comentario o un hecho insignificantes, puede ser el detonante para que deje una bonita marca, causa de que te has pinchado. Al contrario que la flor, con nosotras, sino tienes el suficiente tacto, sólo te bastará una vez para echarlo todo al traste, por ello, ve con ojo, amigo o amiga.
Si, somos complicadas, forma parte de nuestro encanto, al igualo que las subidas o bajadas instantáneas de nuestra libido, en cuando vemos que esto no es lo que queríamos. Por ello te aconsejo, paciencia, conocer a la persona digna de tantas molestias y que disfrutes de una montaña rusa donde todo puede pasar, de ti depende que descarrile el vagón o que llegue a su destino. Eso nunca se sabe.

16 de marzo de 2009

LA MÁSCARA DE LA OBSESIÓN.

La calle del cementerio estaba completamente sola a esas horas, nada parecía turbar su paz, y así era. La noche se acercaba y la luna bañaba las tumbas de los cuerpos que allí reposaban. Nadie se había percatado de una pequeña diferencia. Allí a lo lejos, justo al lado de la séptima tumba ubicada en el suelo, un pequeño cuerpo, semiinconsciente de un gusano blanco y rechoncho, reposaba bajo la luz nocturna tras su ardua tarea por volver a la superficie. Otros habrían preferido quedarse comiendo aquella deliciosa carne pútrida y con eflujos de embalsamamiento, que descansaba varios metros, dirección al infierno.

Todavía quedaban algunos recuerdos en aquel minúsculo cerebro que poseía, algo hacía estragos en él, un pequeño sistema nervioso, movidos por efluvios de supervivencia, estaba inquieto y dolorido por lo que fue y lo que era ahora. ¿Cómo podía pensar un simple gusano? Eso no puede ser – pensaréis todos, lo cierto es que la carencia de ciertas conciencias motoras y la existencia del mero instinto por alimentarse y reproducirse, es lo único que se ha reconocido en ellos.

Exhausto por el esfuerzo, dejó que su musculoso y blanco cuerpo reposara sobre aquella piedra pulida que hacía de baldosa y se dejó morir.

“Consulta psiquiátrica del doctor Ramírez, especialista en fobias.” Según contaban los labios de todo aquel que se ponía en sus manos, era el mejor de todos curando aquellas afecciones psicológicas que inculcaban un miedo irracional hacia algún animal o cosa. Aunque Anselmo no lo pensaba así, llevaba asistiendo a sus terapias varios meses y lo único que había conseguido de todo ello era el tener su cuenta bancaria en números rojos.

Debido a su trabajo, tenía que cruzarse con aquellos seres diariamente y ni siquiera un intento sobrehumano por que despareciera su fobia, había conseguido hacer siquiera, que tolerara a ciertas criaturas como parte del mundo y componentes del mismo. Conocía bien sus funciones, formas de reproducción, tipos, hábitos, en qué animal se transformaban algunos de ellos,… Sabía que si querías vencer al enemigo había que conocer todas sus costumbres y lo hacía, sin embargo, esto sólo le sirvió para tener aún más terror. El poder reconocerlo en todo lugar y momentos, no hacía más que regenerar en él nuevas tendencias maniáticas. Se había convertido en una persona dominada por el temor de salir a la calle, comer, beber agua, vestirse, relacionarse con gente….

- Buenos días Anselmo – dice el doctor desde su sillón. - ¿Cómo nos hemos levantado esta mañana?

Al otro lado de la habitación, un ser vestido con ropas plásticas, guantes de látex, los cuales sobresalían por los puños de la camiseta, una mascarilla, gorro y botas altas con un sistema de ajuste a la pantorrilla, cierra la puerta con el mango de un palo, antes de dirigirse hacia el cómodo sillón preparado para él. La maniobra para descansar era siempre la misma, sacaba de su bolsillo una gran sábana plástica y la colocaba sobre los cómodos cojines.

- Ah, ah – le dice el psiquiatra al verlo moviendo el dedo. – Usted sabe que eso no es necesario.

- Pero… - replica el paciente.

- Siéntese y guarde esa cosa.

No hubo más que hablar, Anselmo tomó asiento y miró sigilosamente el doctor. Este, ojeaba cientos de informes sobre sus múltiples visitas. De entre tantos folios, una gráfica hecha con los adelantos del paciente amaneció, parecía la caída de una montaña rusa, iba empicada desde el inicio del tratamiento, a penas unos simples picos de subida, denotaban una leve mejoría que se describía como una especie de preparación para volver a bajar varios escalones hacia la demencia total. Aquel paciente era una gran incógnita para él, no poseía ninguna causa fiable para ese trauma y, sin embargo, su afección era muy grave, más de la que muchos de sus visitantes diarios poseían con conocimiento de causa. Ellos querían curarse, pero Anselmo no, por lo menos esa era la conclusión a la que había llegado Ramírez.

La mente de Anselmo viajaba por sus conocimientos sobre aquellos indeseables que podían esconderse entre los cientos de tomos de libros, allí presentes. Una hoja en blanco se presentaba ante él, ocultando la cara de insatisfacción de su reconocido y prestigioso terapeuta.

- Bien – por fin se rompió el silencio. – Anselmo, no le voy a mentir – le dice quitándose las gafas. – Sólo me queda una cosa más por probar.

- ¿El qué? – responde su paciente con ojos de desesperanza.

- El electroshock – le dice Ramírez. – Viendo sus nulos progresos con terapia y medicación esto es lo único que me queda por probar – continúa hablando. – La técnica es muy simple, se colocan algunos electrodos en zonas determinadas de su cabeza y se elimina el recuerdo hacia la afección que tiene – respira hondo. – Puede perder algunas cosas más y es arriesgado, pero no me queda otra alternativa.

- Haré lo que sea – responde Anselmo desesperado.

Días después un pequeño volante, sujetado por unas manos embutidas en guantes de plástico grueso, entrega el parte de ingreso en un psiquiátrico a las afueras de la ciudad. Ya había firmado todo el papeleo, sólo le quedaba lo peor, pasar por la mesa de operaciones y esperar que todo saliera bien.

- Buenas tardes Anselmo – dice una cara escondida tras una máscara. - ¿Está cómodo?

- Estaría mejor con mi ropa.

- Sabe que eso no puede ser - responde su médico. – Cuando se despierte no recordará nada y será feliz.

- Eso espero – dice antes de comenzar con la terapia.

Unos minutos más tarde, unos minúsculos ojos se abren, está chillando, pero nadie lo escucha, la oscuridad es total. Unos tremendos golpes procedentes de algún lugar toman sentido en un rincón de su mente, está aterrado, mira hacia todos lados pero no ve nada. Sin embargo, el crepitar de varios cuerpos mordiendo una materia blanda y el reptar de algunos cuerpos, le hace perder los nervios. Están ahí, los nota, los siente, puede percibir como rozan su piel y se amontonan por millares a su alrededor.

Respira hondo, parece que todo le da vueltas y casi no entra aire aprovechable en sus pulmones. ¿Dónde está? - se pegunta así mismo - ¿La operación ha salido bien? Él mismo sabe la respuesta, no ha podido olvidarse de aquellos seres tan repugnantes, tendrá que buscar otro matasanos para que lo hunda todavía más en su desgracia.

Intenta moverse, pero sólo consigue arrastrarse por aquella cubierta. La tela de la sábana lo agobia, intenta desprenderse de ella para ver la luz, pero no encuentra su límite. Se vuelve hacia un lado, pero es imposible, cocha con otro cuerpo, algo baboso y rechoncho. Este la propina un bocado a la altura de la cadera, sus dientes no son humanos, unos colmillos bien afilados han traspasado su carne a modo de advertencia.

El temor completamente, no puede quedarse donde está, imposible, ha ido a parar al infierno. La operación no salió bien, de eso está ahora completamente seguro, pero los resultados han sido completamente nefastos. Está muerto, ahora lo sabe, a pesar de todo, respira y siente como si eso no hubiera acontecido. El sudor le llena por todas partes, intenta quitase una gota furtiva de sudor de la cara, pero no puede mover las manos, mueve la cabeza bruscamente para deshacerse de ella, lo único que consigue es el golpear unas pequeñas masas gelatinosas a su alrededor.

Una salida – quiere pensar para si. Se eleva sobre su tronco y comienza a roer la sábana, tras ella, una cubierta fibrosa y dura intenta parar su camino. Está demasiado asustado para detenerse, continúa su camino abriéndose paso a bocados. No quiere pensar, no desea pararse para ver si un resquicio de luz puede mostrarle la visión ciega en la estaba sumergido. Tiene pánico y no está dispuesto a quedarse para averiguar qué ha sido todo aquello. Continúa su camino, una cubierta térrea y blanda es ahora su cubículo. Descansa unos minutos para tomar aire, entonces piensa – esto es la cataplasma para tranquilízame – quiere creer aunque no consigue autoconvencerse.

Tras horas de interminable trabajo sale a la superficie, en todo es tremendamente gigantesco. A su alrededor miles de gusanos, recién eclosionados, penetran por el mismo camino que él ha hecho para salir. Grita de pavor, esta vez son más grandes, pero no se escucha nada - ¿qué tipo de terapia es esta? – vuelve a pensar en voz alta, pero no escucha nada, a penas el ruido de dos mandíbulas deformes chocar entre ellas.

Sigue reptando, su cuerpo largo y gordo está cansado por el esfuerzo, pero consigue llegar hasta el camino empedrado, allí intenta llorar mientras los pocos recuerdos, que un minúsculo cerebro puede almacenar, desaparecen en una completa metamorfosis. La luna llena como compañera, delata su posición. Ahora lo entiende, jamás ha tenido miedo a ser lo que es, era a la muerte y el ser devorado, deseó tanto ser inmortal desde edades muy tempranas, que se convirtió en una obsesión oculta tras una fobia infundada. Mira su cuerpo, clava sus dientes sobre si mismo y, mal herido, deja que este descanse por fin en paz, a admitido su error, su obsesión, está curado ya puede descansar.

13 de marzo de 2009

UN BONITO PASEO.

Quizás hoy me he levantado con otros ojos, no se porqué, tras un largo día, pesado y tedioso por un enorme papeleo burocrático, algo de enseñanza en la academia y la larga caminata que he realizado para ir de un puno a otro, me siento bien y feliz. Mi mp3 suena a medio volumen, una música rítmica y sonora llega hasta mis oídos y me hace canta a su mismo son. La gente me mira, pero me da igual parecer una loca ante sus ojos.

Un largo conjunto de acordes y notas, acompañadas por voces fuertes evita que escuche cualquier ruido de mi alrededor, a lo lejos, una obra hace su aparición. Con una música superpuesta no es tan terrible – pienso para mi mientras mis labios continúas cantando al compás de la canción.- Seguro que a los que viven en el bloque e encima no les hace ni puta gracias – continúo mi marcha tranquila hacia mi destino.

La calle, a esas horas, está repleta de personajes variopintos, las persianas, metálicas a media hasta de las tiendas, el olor de la comida recién preparada de los bares, miles de personas que corren para llegar antes hacia un descanso que los agota todavía más. A esa hora todo se vuelve un hervidero. De pronto, sin venir a qué, un flautista vagabundo se acerca a mi, me habla, aún así no retiro de auricular de mis oídos, se que es lo que desea y no se lo voy a dar, como mucho un par de cigarrillos para calmar el mono hasta su próxima víctima. Mientras me habla explicándome miles de razones falsas de porqué quiere el dinero, asiento con la cabeza y lo miro fijamente a los ojos, tiene miedo, no puede aguantarme la mirada, su olor es horrible. Aromas de tiempo y fluidos corporales no deseados, se despliegan alrededor de ese personaje, sus dientes están picados y amarillos, el pelo, completamente enmarañado por miles de días sin disciplina, está recogido tras un largo lazo encontrado en algún rincón de la ciudad. Continúo mirando, tiene miedo de mi, casi no se lo que me está comentando, lo cierto es que tampoco me interesa, sin embargo, sigo allí, parada frente a él observándolo. Cuando me caso, saco el paquete de tabaco, tomo un par de cigarrillos y se los ofrezco. Los coge, por supuesto, algún apaño hará con ellos. Me sonríe y se va, su flauta, vieja y hecha a mano, toca alguna melodía indefinida, lo cierto es que no lo hace mal. Lo he escuchado anteriormente, pero no es tan bueno para merecer muchas atenciones. Su vida puede que sea larga, interesante tal vez. Ya se ha ido, se ha perdido entre la multitud pidiendo algo de cambio para un simple bocadillo; por lo menos eso articulaban sus labios.

A lo lejos, continúa la gran avenida, es larga y ancha, todavía quedan algunos obstáculos, pero es lo mismo, estoy disfrutando de cada momento de este, mi tiempo. El que no he tenido en muchos días, ahora es mi turno para pensar.

A ambos lados, ángeles, demonios, brujas y algún que otro payaso, se mantienen erguidos a la espera de que una moneda caiga en sus huchas para moverse. Se esconden tras enormes réplicas de esculturas antiguas, tanto que se perdieron en el venir de los tiempos hasta que los desenterradores de tesoros hicieron que vieran la luz de nuevo. Quizás fueron simples figuras de decoración de algún hogar, una simple figura tallada por un niño, ahora son obras de arte y patrimonio de la humanidad dignos de admiración. Lo realmente trágico es que lo que más asombra es que antes hicieran lo mismo que nosotros ahora, solo que mejor.

A mi lado, un ángel sexado se sienta sobre una hamaca hecha de plumas. Está cubierta de brillantina y un enorme sombrero evita que se queme por el sol, un poco más allá, la nariz de una bruja sin escoba, asoma tras uno de esos muros de piedra tallados. Por desgracia mi tranquilidad dura poco, otra persona me detiene en el camino, viene a pedir. Sin embargo, no lo hace como aquel viejo flautista en beneficio propio, habla por los demás y no sólo quiere algo de calderilla, necesita mis datos bancarios y un dinero fijo al mes. ¿Para qué? – pienso mientras veo que el encuentro en inminente. Quiere soltarme el rollo, pero lo evito rápidamente, no voy a dejar que me saquen el poco dinero que percibo, es más, yo estoy para que me ayuden a mi, no para dar dinero a los demás.

Mientras me hago la sorda, la muerte me guiña un ojo en uno de los laterales. Es un actor, por lo menos eso parece, sin embargo está tan metido en su papel que parece que la dama de la guadaña está efectivamente observándome. Estos son los pequeños placeres de la vida, notar como la realidad se evapora por el calor abrasador y fluye la imaginación a cada paso. Por fin, tras un par de minutos sin decir ni mu y dejando que el chico acabe lo antes posible su discurso, aprendido al pie de la letra, le digo que lo siento y que no insista más, acabó todo. Vuelvo a pensar, pero insiste más e intenta crearme un sentimiento de culpa que no me corresponde. A veces es preciso sacar los dientes, - este no va a conformarse con un par de cigarrillos – pienso para mi. Entonces viene la pregunta clave, descubro que él tampoco hace nada por lo que me está defendiendo, partida cerrada, jaque mate. Dejo al chico con la palabra en la boca y continúo, aún no me he quitado los cascos, no hay nada bueno que oír y mi lectura de los labios es bastante buena. ¡Para lo que tienen que decirme!

Miles de estudiantes salen y entras de puertas plegables, para algunos la jornada ya ha acabo, para otros, sólo ha hecho más que empezar, pero la mía continúa sin descanso. Me toca montarme en esos vehículos de seis ruedas de nuevo, tomo mi mochila y la coloco en mi pecho, le doy el dinero al conductor y, acaba el descanso, la realidad vuelve a llenar mi alrededor como un cubo de agua fría, el clima se tercia cálido y un ambiente saturado por cuerpos humanos de distintas edades, me hacen esconderme en una de las esquinas. Miles de palabras malsonantes se despliegan por todo el ambiente, no hay marcha atrás, tengo que volver a mis que haceres diarios, sin embargo, esos momentos, aunque fueron cortos, los degusté como el mejor comensal lo hace con un plato exquisito.

10 de marzo de 2009

ESTA NOCHE ALGUIEN VA A RECIBIR MIS AGRADECIMIENTOS.

PREMIO ESTE BLOG ES UNA JOYA.


Sangreybesos me ha regalado un anillo, por desgracia es ficticio ya que va con la imagen del premio que me ha dado. El de “este blog es una joya”, pero no nos podemos quejar. Podríais decir que este premio no merecido (yo también lo pienso) o que ha sido tongo porque el individuo en cuestión (sangreybesos) es mi novio, persona con la llevo conviviendo en nuestro pisito desde hace un mes y pocos días. Pero no tengo mucho que decir al respecto, ya que ha sido mi mayor admirador desde los inicios de este blog, uno de los pocos que me comenta, por no decir casi el único, y, ¿por qué no decirlo?, la persona que me ha dado ánimos para continuar escribiendo cada vez que me entra un bajón.

A la vez que todo esto, ha sido muy crítico con mi trabajo, diciéndome los fallos, problemas de sintaxis y gramática que pueden acontecer en todos mis escritos (tanto si los publico en este lugar recóndito del ciberespacio, como si son para otros usos.) Por ello, y simplemente por eso no es tongo, aunque cada un piense lo que quiere. Una mención especial a Josito Montez, persona que le otorgó el premio primero a él y que le dijo, en uno de los comentarios a su blog (un beso de buenas noches de mil demonios) que lo compartiera conmigo, silderia. Como ves, te ha hecho caso.

Bueno y ahora pasamos a hacer todo lo que pone que has de hacer cuando recibes el blog.

Lo primero es exhibir la imagen del sello: La podéis ver un poco más arriba, aunque si hubiera estado en una cajita y fuera diamantes y platino también me hubiera valido.

Lo segundo es poner cinco personajes famosos de la vida real con quienes te gustaría cenar y decir porqué:

Eso ya es más complicado porque realmente tengo pocos, creo que no llegan a cinco pero lo intentaré:

1. Johnny Depp: persona estrambótica por excelencia, que me encantaría conocer y tener una agradable conversación sobre su vida. Me parece realmente atrayente aunque se que podría romperme el mito sobre una persona como ella.

2. Tim Burtom: amigo inseparable de Deep que comparte locura y estilo con él. Otra de las personas con las que me gustaría tener una agradable charla.

3. Michael Moorcock: conversaría sobre su mítico personaje, el gran alvino, el cual me encanta leer y sobre el me gustaría desvelar cierto entresijos de su vida.

4. Laura Gallego: una de mis escritoras predilectas y con las que disfruto mucho leyendo sus novelas.

5. Con el músico y cantautor Javier Krae: personaje que conocí con un disco de vinilo de mis padres cuando era chica y del que ahora poseo toda sus discografía y algo más. Entre otras cosas me encanta su forma de ser (por lo menos la que muestra a las cámaras), a la vez que su sátira y forma de expresión con la música. Por supuesto os animo a escucharlo.

Por supuesto hay que poner el enlace de la persona que me ha regalado el premio y, aunque uno de ellos ya lo sabéis el otro es Ignotus, cuyo nombre de su blog es sin nada en común.

Como cuarto requisito hay que otorgarse a 10 personas, pero yo no tengo tantas, más bien son pocas las que leo (no porque no quiera o porque no me digne a buscarlas, es que simplemente no tengo tiempo para ello, aunque me gustaría tenerlo) pero no por ello se lo merecen menos. Así que mis blog ganadores del premio son….:

Otros de los que iba a poner ya han sido premiados así que dejaré la lista abierta para otra ocasión.

Otra cosa, al igual que mi cuñadita, Rocío, en su blog inconstanteces, quiero poner mis propias condiciones para la cena.

1. Que venga sangreybesos: el también disfrutaría de la cena.

2. Que la comida se sirva en vajilla negra y cuadrada, siendo la mantelería del mismo color adornada con dibujos blancos.

3. Que para comer haya pasta: espaguetis negros.

4. Que le vino sea de buena calidad.

5. Que brindemos con un buen champang francés (guardaré algo para mi cuñada.)

6. Que las sillas sean cómodas.

7. Que corra la bebida a mansalva.

8. Que la música sea buena.

Hasta la próxima, os veo pronto a todos por aquí. Ah, sin olvidarme de una cosa, quiero seguir sabiendo de todos vosotros por vuestros blog y comentarios, estos últimos, aunque escasos me hace mucha ilusión verlos cada vez que abro mi blog para echarle un vistazo. Gracias a todos.

9 de marzo de 2009

UN MITO HECHO PASIÓN.

La verdadera historia cuenta otra cosa.

Miles de relatos, mitos y muy pocos manuscritos se han encontrado sobre este artilugio. Apoyado todavía por extremistas, su vida no comenzó en le edad media como se pensaba (por lo menos, hasta ahora, no se ha encontrado ninguno que date de esa fecha, sino de mucho más adelante en el tiempo.)

De cuero, acero y con cerrojo, o solamente con acero y cerrojo, es un artículo que se ha tomado como un castigo perpetuo hecho para las mujeres, pero nada más lejos de la realidad. Debido a su diseño y funcionamiento, la que lo portaba no podía mantenerlo colocado en su anatomía, más unas horas, a lo sumo, un día. Esto se debía a que, fruto de las infecciones y heridas provocadas, causaban la muerte en poco tiempo. Por lo que a los cruzados la única esperanza que les cabía era el pensar que sus mujeres les esperarían hasta que regresaran. Cierto, algunos de ellos eran unos ilusos en el tema, otros podían estar satisfechos con la fémina que habían elegido de compañera (por supuesto eran los menos.)

Bueno pues, vamos al lío, el mito consta de que este artefacto, temido y tomado como un elemento de tortura no era más que un simple artilugio de protección no impuesto (por lo menos en algunos casos, en otros no tanto, seguro que muchas no se lo podrían por gusto), sino que era un método para proteger la integridad de la mujer durante los viajes y las estancias en posadas de las violaciones o intentos de perpetración (mejor dicho, penetración) de aquello que se dignaran a molestarlas. Si amigas y amigos, el cinturón de castidad femenino, era usado como un método para evitar violaciones, ni más ni menos; aunque del masculino no podemos decir lo mismo.

De este se habló más bien poco.

Su versión masculina constaba de unos pichos en su base y un aro de acero, también podía cubrir todo el miembro viril, presionándolo para evitar erecciones. Mayormente se utilizaba en los monasterios donde los hombres tenían que hacer voto de castidad (por supuesto no dice nada de quién debía de llevar la llave ni en qué momentos lo portaban.)

Por supuesto se sabe poco de sus versiones modernas. Apartando un poco esa versión arcaica y volviendo a retomar el mito, podemos decir que existen múltiples técnicas para evitar que una mujer sea infiel o tenga un voto de castidad hasta el matrimonio. Entre ellas, he podido descubrir una bragas que cambian de color con el calor corporal y el PH del cuerpo, quedando reflejadas en ellas cuantas veces se las ha bajado (hay que mear en algún momento del día), si ha tenido relaciones con otro hombre (el calor y la acidez de los fluidos varía durante el calentamiento previo; aunque la mente puede hacer muchas cosas y si han estado fuera del contacto de la piel durante más tiempo del normal, ahí si ha podido existir alguna sospecha.)

Pero lo más ridículo de todo ha sido un anillo, si señores, de los que se coloca en un dedo (últimas noticias venidas desde Polonia, donde la iglesia católica avala la idea, ¡vamos! Que los han creado ellos, ni más ni menos.) Aunque también pude ver esto en un documental sobre un pueblo en estados unidos, no me preguntéis más porque me quedé con la chorradita. Por lo vitos la “iniciativa” polaca, está hecha de plata y contiene el símbolo de la azucena, flor que significa pureza. El motivo principal de esta, no tiene desperdicio: “para que las jóvenes polacas lo porten y lleguen vírgenes al matrimonio”.

Preguntas y desvaríos varios a cerca del tema:

1. Cuando tienes catorce años mola, a los 16 te lo quitas y lo escondes en el bolso.

2. ¿Quién se va a poner eso en pleno siglo XXI? Que hay gente para todo, pero ¿será creíble?

3. ¿Qué pasa con ellos? Seguimos fomentando el machismo, ya que es para las jóvenes no para los jóvenes. Machistas. Así los oficios más antiguos se benefician del tema.

4. Será el regalo perfecto para un cumpleaños, bautizo o comunión. Te saca del apuro y, teniendo en cuenta que no lo han elegido ellas, como siempre.

5. ¿Será impuesto por los padres o de colocación voluntaria?

6. Y con esto pretenden conseguir adeptos. Si todavía mirara a las dos partes, masculino y femenino, pero es que en la religión seguimos perdiendo las mismas, NOSOTRAS.

7. No dice nada sobre el cunnilingus o…, es más, se considera pérdida de la virginidad cuando hay penetración vaginal ¿No? Eso dice en el diccionario.

Dejando a un lado a la iglesia, el que quiera ser casto hasta el matrimonio, allá él. Respeto todos los puntos de vista, aunque no los entienda, pero las gilipolleces no las aguanto. A ver, ¿a quién la va a importar que seas o no virgen? Si eso puede tener relevancia, en ciertos aspectos, pero no le demos más importancia de la que realmente tiene.

Volviendo al cinturón.

Como siempre, el hombre ha buscado múltiples formas de disfrutar de la vida y le ha encontrado un uso erótico a este artilugio, tanto masculino como femenino. Este fomenta el mercado de los sex shops, aunque no son fáciles de conseguir ni de encontrar, debido a que se ha dejado subyugar por diversas prácticas sexuales denominadas bondage o sadomasoquismo, entre otras (no las conozco, pero puede que existan) Lo cierto que a nadie le amarga un dulce y salirse de la rutina diaria no le viene mal a nadie. Entre otras cosas porque de vez en cuando en bonito poner un toque picante, no todo va a ser dulzura y romanticismo, eso empalaga mucho. A veces te apetece dulce, otras salado, de cocinado rápido, de presentación fantástica, elaborado, picante,…. La postura del misionero está muy pasada.

Sin embargo algunos podréis pensar que no seríais capaces de usarlo, pero la idea de usar un pañuelo, o varios, en la intimidad, mola ¿verdad? Pues esto es lo mismo, puede que lo hagáis vosotros mismos, que lo compréis, pero la sorpresa es espectacular para los ojos del que lo ve. Solo tienes que ponértelo, cerrar el candado, guardar unas de las copias en un lugar fácil de encontrar y la otra, donde te de la gana. Calentar el ambiente y…. El juego está servido, también puedes portarlo para ir a la calle y darle una caja con la llave, insinuarte de qué puede ser y hacer que una larga velada de rondas nocturnas, se acorte más de lo previsto.


El tiempo que tardes en quitártelo lo pones tu, el que no eres sadomasoquista, no hay porqué serlo para usar algo que se usa en su mundo. Es un juguete más, solo que a otro nivel de seducción. No es apto para sosos que hacen el polvo del conejo, impacientes y, mucho menos, si no sabes como potenciar el placer de tu pareja sin tocar su entrepierna. Antes has de conocerla, saber que le gusta, si es receptiva a ello, conocer su cuerpo (y el tuyo) y, por supuesto, dejarte de convicciones morales respecto a lo que está bien o mal en la cama. Ese límite lo pones tú, ¿quién te va a ver? Él o ella. No hace falta andarse con rodeos, la satisfacción personal y el bienestar de la felicidad comienza en la alcoba, libérate, juega, experimenta y se tú, aquí tu pones tus límites, tus juegos, tus gustos y…. Recuerda, “lo único raro del sexo es no hacerlo” (Freud.)

6 de marzo de 2009

GORROS CARMESÍ (VI)

HASTA SIEMPRE MI ÁNGEL


Tras unos minutos interminables de pasión desenfrenada, la fierecilla dormía junto a él o eso pensaba. Parecía tan relajada. Estaba en un estado de letargo, a lo lejos el sol amenazaba con salir desde el horizonte, pero la habitación continuaba en una perpetua oscuridad.


Acarició su cara, a modo de despedida, mientras intentaba alcanzar el bote con formol que había acabado en la mesilla opuesta a la suya. Sin embargo, a penas hubo alcanzado su objetivo, aquel ángel dormido abrió los ojos para volverse una leona, esta vez quería más guerra. Sonrió, mostrando solo el lado derecho de su cara mientras ella introducía y sacaba los dedos de su mano de unos labios rojos como el fuego. Entonces, se colocó sobre ella, retiró las sábanas e inició de nuevo sus trabajos amatorios. Aquella chica era todo pasión, una vagabunda en busca de un consuelo pasajero que le hiciera desvincularse del mundo que la rodeaba en realidad.


Entre cientos de avatares y posturas de penetración, la doncella acabó cabalgando sobre un caballo salvaje. Se movía igual que una serpiente sobre él. Rendida por el agotamiento, dejó que su grácil cuerpo tocara un torso desnudo y masculino. Estaba pletórico, sumido en el placer y el éxtasis, había dejado de pensar en su objetivo, por unos instantes. Unos labios carnosos y henchidos de sangre rozaron su garganta con pequeños mordiscos y susurros.


- Ahora cuéntame – le dijo una melodía en el oído.


No podía responder, no sabía a qué ese estaba refiriendo y tampoco podía hablar. El placer inundaba cada poro de su piel. Abrazándola fuertemente y levantando su cuerpo, casi en el aire, los movimientos de cadera se hicieron cada vez más bruscos. A pesar de todo, ella no gemía, no decía nada simplemente se mantenía quieta, tumbada sobre él y mordiendo cada resquicio de su piel.


- Ahora cuéntame – volvió a decir una canción con entonaciones de placer. – ¿Es así como matas a tus víctimas? – unos dientes mortíferos y afilados se introdujeron en su cuello interrumpiendo el momento del clímax.


Los ojos de él se abrieron de repente, no podía chillar, estaba helado por lo que acababa de escuchar. Notaba como la sangre fluía a borbotones por su cuello y mojaba las sábanas. Completamente paralizado, un cuerpo de mujer marmóleo se erguía frente a él.


- No te preocupes – le decía mientras acariciaba su cara. – No te volverás como yo – le sonríe mostrándole sus colmillos limpios. – A penas he bebido de tu sangre - acerca sus labios a los de él. – Eso te condena a muerte.


Mientras escuchaba, su corazón intentaba acelerar el ritmo para evitar la pérdida, luego se paró poco a poco, dejando un rostro desfigurado por la cara del terror nadando en un charco de flores rojas que descansaban sobre un fondo de seda blanco.

- ¿Cuánto lleva el cuerpo aquí inspector? – dice uno de los oficiales de policía.

- Unos días – responde. – Eso nos lo dirán con seguridad en el laboratorio.

- ¿Se sabe la causa de la muerte? – dice el fotógrafo.

- No – responde el inspector de policía mientras se coloca unos guantes. – Pero yo diría que ha visto al mismo demonio – Comenta mientras levanta un gorro carmesí de la cara del cadáver.

- ¿Y esa pintura? – dice uno de los mandos adjuntos.

- Puede que fuera un travesti – comenta colocando de nuevo el gorro sobre su cara. – Lo cierto es que sabíamos poco del comisario.

- ¡Pobre! Era un buen hombre – dice el fotógrafo.

- Cierto – dice el inspector encendiendo un cigarrillo. – Todos los buenos acaban igual - continúa con su argumento. – No había crimen que se le resistiera y estoy seguro que hubiera resuelto el de ese psicópata de los gorros.

- Puede que se lo haya cargado – dice uno de los policías. – Es su misma marca.

- Esto es una pista falsa – incide – Los psicópatas no cambian de perfil y a este le gusta matar mujeres…. Las desangra y las coloca en bonitos parajes – se da la vuelta. – Mira este cuarto… - señala las paredes. – Está destrozado y su último lugar de descanso…. – baja la cabeza y se dirige a la puerta. – El caso es que nunca lo sabremos – hace un gesto. – ¡Señores! Ese era el hombre más inquebrantable y noble que he conocido, esperemos que esté donde esté, haya acabado en un buen lugar.

4 de marzo de 2009

Selene. Capítulo XLIV.

CAPÍTULO XLIV: NUEVAS Y MALAS.
- Creo que yo no voy a poder entrar – comenta Yu al ver la pequeña entrada de la puerta.

- ¿Seguro? – le pregunta la abuela de Fepico.- Recuerda que en el infierno muchas de las cosas que ves no son lo que parecen – continúa con su explicación. – Anda pasa al interior y verás que cómoda vas a estar.

Yu no está muy convencida de lo que aquella anciana le acaba de decir, pero le hace caso. Intenta pasar por el marco de su puerta y… Flash, sin venir a qué sus alas desaparecen y vuelve a tomar su forma humana. Todos se asombran al verlo.

- ¿Qué ha pasado? – dice Luis. – ¿No decíais que no podíais volver a vuestra forma normal?

- Y no lo ha hecho – responde la abuela de Fepico. – Aquí dentro parece normal, bueno… - se toca la barbilla. – Lo que podría considerarse algo cotidiano para vosotros.

- ¡Señora! – le dice Yu ofendida.

- Señorita – le corrige ella.

- Que yo soy muy normalita.

- Si hija – se da la vuelta. – Lo que tú digas –dice por lo bajo.

Aquella casa está llena de baratijas, todas con llaves y candados. Tal y como estaba la habitación de Fepico. Los tres dioses se adentran hasta el interior de una sala, en ella, una chimenea apagada, un par de estanterías, una gran mesa y algunas sillas decoran la estancia. Parecen ser de años muy remotos, demasiado para que un humano normal los recuerde, pero parece que aquella vieja demoníaca se ha llevado al infierno algo más que su alma.

- ¡Cómo que no te agobie! – se escucha desde el otro lado del salón. – Siempre me vienes con lo mismo.

- Abuela – responde Fepico rascándose la cabeza. – Cada vez que nos vemos me vienes con el mismo tema.

- Es que no se cuando me vas a traer un bisnieto – responde ella enfadada. – Con las de años que tienes y no has tenido tiempo de eso – lo mira amenazante. – Y no me vengas con monsergas que me las conozco todas.

- Si bisnietos tienes que tener – enciende el cigarrillo. – Unos pocos…. Creo – da un a calada al cigarro. – Lo que pasa es que ni yo mismo he tenido el placer de concocerlos.

- Desvergonzado – le dice sonriendo. – Igual que tu abuelo y que tu padre – mira por una ventana a un lago de fuego donde algunos restos humanos son arrastrados por la corriente. – Es que tienes a quién parecerte – le sonríe cálidamente antes de darle una bofetada en la cara.

- ¿Y esto? – le pregunta su nieto.

- Seguro que te lo mereces por algo – le dice. – Ah si… Por desvergonzado – y vuelve a arrearle.

Al otro lado, Selene, Luis y Yu no dan crédito a lo que están escuchando. Se supone que es un cálido reencuentro. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, aquella mujer, de no más de metro y medio, insiste en conocer a uno de sus bisnietos, si es que los tiene de verdad.

Al poco aparecen los dos, nieto y abuela por el salón. Fepico porta una bandeja decorada con un borde encaje antiguo y la pequeña abuela, coloca encima de la mesa una tarta.

- ¿De qué es? – pregunta Selene cogiendo un plato con un trozo.

- De queso – responde la abuela.

- Creo que lo dejaré para más tarde – dice Yu.

- ¡Estupendo! – se adelanta Luis. – Con el hambre que tenía.

- Vamos hija – le dice la abuela a Yu. – Si vosotros, los chinos, estáis acostumbrados a comer de todo – le acerca un plato. – No puede hacerte daño.

- Señora, soy coreana. Se nota a la legua – dice ella mal humorada. – Y no voy a comer esa tarta.

- Yu – le dice Selene por lo bajo. – Come un poco.

- Déjalo guapa – le dice la abuela. – Si no pasa nada.

La anciana se sienta en un banquillo delante de Yu y espera a que esta intente abrir la boca para meterle una cuchara con un trozo de tarta en la boca. Yu, casi ahogada y asombrada por la rapidez de sus movimientos, tose estrepitosamente intentando sacarse el elemento extraño que ha penetrado en su garganta y que casi no la deja respirar.

- ¿Me puede poner otro trozo? – le dice Luis mientras Selene calma su risa.

- Es que estás muy delgada – le dice la abuela a Yu.

- Abuelaaaaa…. – le regaña Fepico.

- Es cierto – responde. – Mira los ojos cómo se le han puesto.

- Señora… cof, cof – le dice Yu como puede. – Todavía no sé porqué no le he cortado la cabeza.

- Yu – dice Fepico. - ¡Qué es mi abuela!

- Creo que eso le importa poco – le dice Luis.

Selene, mientras, parece muy tranquila. Aquella casa le parece muy acogedora. Deja que los cuatro inicien una pelea sobre si Yu tiene los ojos así porqué no come o porque es así. Simplemente hay cosas que no pueden discutirse con los mortales y si son viejos y están muertos, peor. Al asomarse por la ventana ve un camino – “Cancervero” – puede leerse en un cartel al principio de la senda.

- Señorita – dice discretamente. – ¿Ese es el camino que lleva hasta Cancervero? – señala con el dedo la ventana. – Es que tenemos que ir hasta allí.

- O no cariño – le responde la anciana. – Ese perro malhumorado no existe, las cosas han cambiado mucho por aquí – se sienta nostálgica en un sofá. – Ahora lleva una chapa que pone Coco.

- ¿Cómo? – dice Yu.

- Si Coco, como te lo oyes – le responde mirándola debajo de las gafas. – Un loco que se hace llamar el nuevo mesías, venido del cielo y acompañado del arcángel Uriel, le ha cambiado el nombre – dice ella muy seria. – Estos nuevo espíritus no saben en qué entretenerse – bosteza. – Pero ya es muy tarde… Mañana seguiremos con la charla.

Yu, muy ofendida, sigue a todos desde la distancia hacia una gran sala repleta de camas.

- ¿Por qué está tan enfadada Yu? – pregunta Luis a Selene.

- Es que fue un regalo suyo para Ares.

- ¿Y lo del nombre también fue idea suya? – continúa Fepico. – Por que se lució.

- Algo así – dice Selene encogiéndose de hombros.