ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




3 de septiembre de 2008

ME LO DEMOSTRÓ UNA VEZ MÁS.

Se que lo hice mal, para una relación basada en la plena confianza y la comunicación. Lo cierto que no fue una decisión fácil de tomar, pero he acabado muy contenta con ello. Después de diez años pensándomelo, hice pública la resolución de mi dilema.

- Cariño, me voy a hacer un tatuaje. – Le dije de golpe mientras un poco más y se le atraganta el buche de cerveza.

La escena no fue muy llamativa, por suerte nadie se volvió para mirarnos en ese momento. Quizás fue porque el bar estaba completamente solo. No contestaba, simplemente me miraba con cara de asombro.

Ciertamente muchas veces había hecho bromas sobre el tatuaje y el paso del tiempo, pero también me gustaba mucho mirar, cuando veía uno bonito o pasaba por delante de los múltiples establecimientos donde los hacían. Por supuesto hizo más caso a sus oídos que a su vista.

Lo de los piercings no le importó mucho que los tuviera, ya estaban ahí cuando él llegó. Pero mi silencio respecto al tema del tintado permanente en la piel era otra cosa. Todavía no lo había hecho y mi silencio sepulcral, respecto al tema, durante todos estos años, de los cuales cuatro había compartido conmigo, por lo menos le era sorpresivo. Siempre dice que nunca dejo de sorprenderlo, lo malo es que esta sorpresa no era muy grata, que digamos.

No merece la pena que nombre las miles de horas que gastamos, en conversaciones donde el tema central era eso, el tattoo. Pasaron días y semanas hasta que por fin decidí hacérmelo, la decisión estaba tomada, los cambios estéticos que se habían producido en mí a lo largo de ese último año habían derivado en una vieja cuenta pendiente. Tenía que hacerlo, no era una cosa a vida o muerte, lo cierto es que podía pasar sin ello el resto de mi vida, pero no lo haría de igual forma, ya que siempre me habría sentido con esa ausencia.

El día de la cita no fue de lo más agradable, no me refiero al proceso de realización del mismo. Tras más de cuatro horas clavándome agujas casi finalizamos la operación, y digo casi porque siempre hay que perfeccionar la obra. El proceso para mí no fue doloroso, lo cierto es que el aparato que uso para arrancarme, literalmente, los pelos de las piernas causa más estragos en mi sistema nervioso. Lo que si me dolió, aquel día, fue la falta de preocupación, por lo menos externa de mi novio, ni siquiera me había llamado para ver como estaba.

La primera visión del dibujo no fue mejor, su cara era de espanto y el horror a cerca de lo que llevaba puesto en la espalda se le notaba tremendamente. Él mismo me dijo que, por unos momentos, se había arrepentido de no haberme dicho nada la noche anterior cuando le dije que si él me lo pedía no acudiría a la cita.

Los días fueron pasando y poco a poco se acostumbró a él, lo miraba, tocaba, acariciaba,… incluso le resultaba sexy. Las cosas cambian, paulatinamente se fue acostumbrando a su presencia, su forma de verlo se tornaron. A parte de ello mi carácter se volvió más alegre, estaba casi completa y eso me satisfacía mucho, había podido cumplir un sueño que comenzó hacía ya muchos años cuando todavía era una niña.

La verdad de todo esto es que no me arrepiento de habérmelo hecho a esta edad, sabía lo que me esperaba y, como medio adulta (nunca dejaré de ser una niña), apechugaría con las consecuencias hasta el final. Pero, volviendo al tema, por supuesto decidí añadirle un elemento más al dibujo inicial, parecía incompleto, a parte de ello, tenía que retocar el color, un poco degradado para mi gusto.


Por ello volví a pedir cita, busqué una luna, ya que ninguna de las que vi me gustó, para añadírsela y me fui a la tienda. Después de ese día descubrí una cosa, que lo quiero más que antes y que él tampoco dejará de sorprenderme.

Creía que me diría algo, ya que ha pasado a medir 11 centímetros de ancho por 16 de largo, antes medía unos cuantos menos, pero tampoco era mucho más pequeño. No podía decir nada, yo solo llevé la luna, el artista que me lo hizo, decidió mejorarlo considerablemente y, en consecuencia, aumentó su tamaño. En esos momentos temía lo que me pudiera decir, ya le había oído comentar que le parecía pequeño, pero quizás era autoconvencimiento.

Cuando me senté en el banquillo y le mostré la espalda al tatuador, ni siquiera miró la hoja donde estaba el astro, la calcó a mi espalda y comenzó con el trabajo. Metió sombras, alargó picos, mejoró la imagen inicial, puso algo de color, dio sombra donde no había, corregía sus fallos anteriores y dejó algo pendiente para que volviera la próxima vez. Y todo lo hizo a mano alzada, lo cierto es que mereció la pena. Y con creces, pocas veces te encontrarás alguien que disfrute de esa manera de su trabajo.

Por descontado tardó mucho más de lo previsto y mi amado tuvo que venir a recogerme a la tienda, de todas formas estaba muy bien acompañada. Tenían puesto música heavy, eran muy simpáticos y mi hermano, junto con un amigo que era la cita siguiente, estaban allí conmigo. Cuando me vio acababa de terminarlo todo, había pagado y las fotos para el bock estaban listas. Me puse un pañuelo en la espalda y nos fuimos a mi casa.

Estaba loco por sacarme fotos, preguntarme cómo me había ido, si me había dolido esta vez, cómo estaba, me ayudó a curármelo y ponerme la crema,… Era increíble ya que la primera vez estaba completamente reticente al tema. Pero no hasta el punto de escucharlo decir que tenía ganas de que volviera a enseñarlo y que mi decisión fue acertada, que era verdad que le faltaba algo al inicial, que un tatuaje en la pierna le parecía muy seductor, que le encantaba lo que me había hecho (teníais que haberle escuchado meses antes.) Esta vez a la que se le atragantó el refresco fue a mi.


Veis porqué lo tengo que querer, y lo mejor de todo es que no lo hizo para contentarme, fue porque lo pensaba de verdad. Aquella ilusión no era la que me esperaba, pero fue lo mejor que pudo darme, compartir conmigo una vieja cuenta pendiente.

5 comentarios:

sangreybesos dijo...

Te lo dije ayer y te lo vuelvo a decir: ahora está perfecto.

iloveyousomuch.

sangreybesos dijo...

Jaj... el monigote que has elegido para representarme es muy bueno.

Silderia dijo...

Ahora, antes le faltaba algo ¿verdad? tu mira y compara

HMJ dijo...

Mmm a mi me gustan mas los tribales, le dan cierto sentido añejo pero el tuyo es muy bonito y no esta mal el "extra". Lo importante es que te guste a ti! asi que...

Silderia dijo...

A mi me encanta, para ser el primero.