ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




4 de febrero de 2008

El negro es un color muy oscuro. Capítulo 2 (primera parte)

Capítulo II:bajada al infierno (primera parte).


En el capítulo anterior (El dibujo): Tras llegar tarde a clase, Nuria se disponía ha realizar el dibujo libre, de la señorita Dolores. Este era una bruja quemándose en la hoguera la cual, la niña afirmaba que era la profesora condenada por sus aburridas clases">

Dolores acompañó a Nuria por todo el pasillo, las baldosas se movían a cada paso que daba, regalándoles un espectral brillo. La niña ya había estado antes en ese despacho, demasiadas para lo que le restaba de curso.

- Siéntate en el banco y no te muevas de ahí, hasta que el director te llame.

Nuria no respondió, simplemente volvió su cuerpo en dirección al asiento de madera y se dispuso a esperar. Tendría que esperar un buen rato, hasta que el “jefe”, se dignara a recibirla, pero antes tendría que escuchar cómo cotilleaba la secretaria con su profesora antes de que esta abandonara el lugar para dirigirse hacia la clase.

Eso era lo de menos, por fin se había podido librar, aunque fuera por un breve periodo de tiempo, a esa persona tan molesta que la tenía tomada con ella. No era la primera vez que la mandaba al “inframundo”, como Nuria lo llamaba.

Pasaron los minutos y todo seguía igual, ni un solo ruido. La pequeña miró hacia la puerta que comunicaba con el pasillo y, al volver la mirada, se dio cuenta que estaba en un lugar oscuro y pétreo, sobre un viejo banco oxidado, raído y con el asiento lleno de musgo. Una sonrisa se dibujó en su cara, estaba como en su casa.

Ese olor a ceniza y humedad le hacían recordar aquella bonita casa, por la que pasaba todas las mañanas. El cielo oscuro, cubierto de nubes que no dejaban pasar ni un tenue rayo de luz y los árboles muerto que adornaban el paisaje. Estaba encantada con la visión cuando algo llamó su atención.

Miró al suelo y descubrió un pequeño y peludo arácnido que salía corriendo, justo al lado de su pie. Vio como se dirigía directamente hacia una profunda, pero pequeña cueva, al fondo del cementerio.

La siguió con la mirada, lo suficiente como para que no fuera más que un pequeño punto en movimiento, entonces su curiosidad se despertó. Se levantó de un salto y salió tras de ella. Siguió los pasos del insecto hasta la boca de la entrada. Paró en seco y oteó el pasadizo, estaba oscuro. A penas podía distinguir a Monick, era el nombre que mentalmente le había puesto al insecto. Odiaba que las cosas no tuvieran nombre propio.

No tardó mucho en olvidarse de ella, a penas unos segundos. La casi completa oscuridad, había redirigido su curiosidad, hasta el punto de que su flamante deseo por descubrir lo que había al final, obnubiló su mente.

Continuó su expedición, entre un camino de rayas intermitentes de colores. Cada vez había más claridad ahí dentro, el calor le enrojecía sus mejillas. Estaba sudando y el suelo, de roca sólida, se hundía bajo sus pies.

Al fondo se podía ver una puerta, con unas letras rojas en las que se podía leer, “jefe de estudios”. Esta comenzó a fundirse, por el tremendo calor.

- Nuria, pasa – Decía una voz ronca desde el otro lado de la puerta.

- Intento pasar, pero las llamas no me dejan, a demás, la puerta no se ha fundido del todo y no me deja pasar.

- Nuria, tú y tus fantasías ¿Quieres dejar de soñar?

Todo volvió a la normalidad. Estaba en el marco de la puerta, con el máximo responsable del centro.

-Vas a pasar o prefieres quedarte ahí hasta mañana – Le dijo Don Tomás, el jefe de estudios.

-Lo cierto es que preferiría volver a clase – Le contestó Nuria.

- A ver, cuéntame que ha pasado esta vez. – Decía el jefe de estudios con voz de desesperación.

- Si ya se la contado la profe, y a mí no me va a creer ¿Por qué habría de gastar saliva?

- Nuria, que ya nos conocemos.

- Y a mi familia, por eso mismo me niego a decir nada. Si sólo va a servir para empeorar las cosas. – Contestó Nuria muy convencida.

- Bueno, vamos a calmarnos un poco. Siéntate, voy a empezar yo.


Continuará....

1 comentario:

sangreybesos dijo...

Cariño, ¿por casualidad no tendrías el teléfono del camello de la Nuria esta, verdad?