ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




22 de febrero de 2008

Cómo espantar a la novia de mi hermano. Capítulo 3 (Primera parte)

En el capítulo anterior.

INT. MESA DEL SALÓN.

IÑAKI

(hablándole a la oreja, de su novia)

Anda, dile algo a mi hermana. Dale conversación, verás que no es tanto como parece, es una niña adorable.

ELISABEHT

(dirigiéndose a Arual)

Arual, ¿Hiciste algo anoche?

ARUAL

Estuvimos haciendo una hoguera. Quemamos un muerto.


CAPÍTULO III: UN TRANQUILO CAFÉ (Primera parte).

Por fin terminó la comida. Elisabeth, junto con toda la familia de su novio, pasan a la mesita de café del salón. Arual se sienta frente a ella, no para de balancearse adelante y atrás, mientras se frota las manos una y otra vez, a la vez que hace pequeños ruidos, con la boca, mientras mantiene la cabeza baja.

La futura nuera, no le quita ojo de encima. Aunque sea de reojo. No se fía ni un pelo, la próxima vez, el tenedor podría clavárselo a ella con cualquier excusa. Se encuentra bastante tensa y no para de mirar el reloj, ansía que llegue una hora prudencial para no dar mala impresión. Pero el guardar las apariencias le van a costar un poco caras.

Arual para en seco, se mantiene unos minutos una pose curvada, levanta la cabeza y se dirige a su madre.

- Mamá, ¿sabes que vamos a morir?

- Si, si cariño. No te preocupes, anda déjame terminar de escuchar la noticia que están dando, que después llega tu padre, se adueña del mando y no hay quien se lo quite. – Le responde Charo tan tranquila sin quitar la vista del televisor.

En ese instante, Alfonso aparece por la puerta de la cocina con una gran bandeja de dulces y unas tazas de café. Las coloca en la mesa de cristal, sonríe a Elisabeth y acaricia la cabeza de su hija, antes de sentarse, al lado de su mujer. En un pequeño instante le quita el mando a distancia, apaga la tele y se dirige a la novia de su hijo.

- Elisabeth, ¿has visto que niña más bonita tengo? ¡ Ay, mi niña qué bonita es. – dice mientras le acaricia la barbilla a su niña bonita.

Arual está en su mundo, parece un perro cuando está intentando localizar algo. Elisabeth, lo más que puede hacer es asentir con la cabeza, tímidamente. Está aterrada y asombrada, a la misma vez. “¿Cómo es posible que no se den cuenta que su hija tiene un serio problema?”

Arual se levanta, no dice nada, no mira a nadie. Como un zombi se dirige al cuarto de baño.

- Ya estás aquí otra vez, te voy a matar. – Dice una voz espectral desde el interior de la habitación.

- No si antes no lo hago yo. – Contesta la niña.

Desde el interior del servicio salen ruidos y sonidos, de tarros rotos, cosas que caen al suelo. Los golpes contra la puesta son estrepitosos.

- Esto te ha dolido ¿verdad? Pues toma esto – Dice Arual.

Los golpes continúan, Elisbeth intenta mantener la calma, pero el pulso de sus manos la delata. Está inquieta, pero se sorprende, aún más, cuando contempla como el resto de los componentes de la familia, está viendo la televisión como si nada estuviera pasando.

La puerta del cuarto de baño se abre. Desde el lugar donde está Elisabeth, ve como Arual aparece con una brecha en la cabeza, que emana sangre. Sin embargo no se tambalea, va directamente hacia su madre.

- Mamá, el fantasma del cuarto de baño me ha dado una paliza, dice que quiere matarme.

- ¡Ay mi niña¡, pobrecita. ¿Te has hecho daño?, ahora mismo voy a por algo para curarte mi amor. – Le contesta su padre mientras se levanta, dejándole su sitio a la niña.

- Mira que te he dicho que tengas cuidado con la estantería del cuarto de baño que está muy baja. Has visto lo que te has hecho.

Mientras la curan, Arual está mirando a Elisabeth, dedicándole una sonrisa maliciosa, y provocando que se ponga aún más nerviosa y asustada que antes. Parece que no le duele el golpe, y mucho menos que su padre le echa alcohol puro en la herida. Al acabar de curarla:

- Mamá me voy para mi cuarto.

Vuelve a levantarse, la misma manera que antes. Pero toma un desvía antes de llegar a su habitación, va hacia la cocina. Minutos después se la ve pasar, hacia su destino inicial, con un delantal blanco y colocándose unos guantes de látex hasta los codos.

- Elisabeth, ¿qué estás estudiando? – Le dice Charo.

- Pues estoy haciendo ya las praccccc.cc.c..

La conversación se ve interrumpida por unos chillidos procedentes del cuarto de Arual.

¿Cómo acabará el día? ¿para qué quiere la niña los guantes?¿qué son esos chillido que proceden del cuarto de Arual?¿le dará un ataque al corazón a Elisabeth, al final de la tarde?.........

No hay comentarios: