ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




17 de diciembre de 2008

Selene. Capítulo XXXVI.

CAPÍTULO XXXVI: ÁBRETE SÉSAMO.

La llave entró sigilosamente hasta tocar con el tope del engranaje, un ruido seco marcó el final del recorrido y, unos pequeños ganchos, sujetaron la llave a la cerradura. Parecía soldada al mecanismo.

- Oh, oh,…. – dice Yu una vez introdujo la llave e intentó girarla.

- ¿Qué pasa ahora? – dice Selene bajando la cabeza en un síntoma de astío.

- Esto no gira – responde Yu moviendo la muñeca de un lado a otro con fuerza.

- ¡No jodas! – dice Luis moviendo los brazos semiflexionados hacia atrás.

- Abuela, te estás poniendo un poco pesada – implora Fepico mirando hacia el suelo.

- ¿Cuándo hablas con los muertos no se mira al cielo? - le argumenta Luis.

- ¿Crees que una mujer como ella podría tener alguna remota esperanza de estar ahí arriba? – dice Fepico señalando el techo. – Sabiendo como era – hace una pequeña inspiración – sería ridículo mirar hacia otro lado para hablar con ella – enciende un cigarrillo aliñado y le da una calada - ¡Créeme! Era más un demonio que un ángel – pone la mano en el hombro de Luis - ¿Cómo va eso? – vuelve la cabeza dirigiéndose a las chicas.

- Estoy harta de tanto misterio – Yu toma mano a la funda de su catana - ¡Apartaros!
En ese momento, el blanco colmillo labrado atraviesa el orificio hueco de la llave. Su dueña intenta hacer palanca con todas sus fuerzas; mientras, algunas maldiciones, pronunciadas en lenguas ya olvidadas o no conocidas jamás por el hombre, salen de sus labios rojos y afilados.

- ¡Ole la maña! – exclama Luis.

- Vas a romper tu espada – le dice Fepico desde una distancia prudencial. – Tiene que haber otra forma.

- Cuando se te ocurra una mejor me la cuentas – le responde la atareada Yu mientras intenta girar la dorada llave.

- Esta espada no puede romperse, fue un regalo forjado en el mismo corazón del Vesuvio – añade Selene. – Efeso la forjó para ella.

- Si,.. aaaaggggrrraa – continúa con su esfuerzo. – Poco antes de que destruyeras aquella ciudad tan bonita – para por un momento de hacer el esfuerzo - ¿Cómo se llamaba? ¿Pompeya?

Tras decir esto vuelve a su intento, pero poco le dura el trabajo, la espada se rompe en tres
trozos perfectos delante de todos. Hace un ruido estrepitoso y muchos se quedan sordos ante tal estallido de sonidos. De entre ella miles de lenguas y frases surgen, son antiguas, ininteligibles y algunas jamás han sido pronunciadas por labios humanos.

- Te lo dije – le dice Fepico apuntándole con el dedo. – Nada es indestructible en este mundo.

- ¿Seguro? - le responde Yu ocultando la cara tras su lacio pelo y dando un golpe en el suelo con su zapato.

Entonces la espada vuelve a unirse, no hay ni un solo rasguño en ella, a penas una pérdida de su cegador brillo, ni una marca que indique los lugares por donde se ha unido. Selene aparta a su amiga, esto no puede seguir así, necesitan soluciones y la curiosidad ya es demasiado grande como para echarse atrás. Entre tanto, Luis y Fepico han decidido comerse algunos trozos de pizza fría, acompañada de algunos cigarrillos aliñados y cerveza. La enfurecida Yu no se rinde, pero ha optado por pasar a un segundo plano para limpiar su catana, nunca sabe cuando podría necesitarla.

Selene entonces fija sus penetrantes ojos en la cerradura, escudriña cada lugar y… Por fin encuentra algo. Un pequeño ser dorado, incrustado en la talla, le guiña el ojo. No es más grande que un pulgar y sus facciones son simpáticas. Selene le devuelve la sonrisa, a la que este reacciona saliendo de entre el frío metal y colocándose en el palo central de la llave; Unas esmeraldas verdes se colocan a su altura.

- Hola – dice Selene dulcemente - ¿Puedes ayudarnos?

La respuesta no se hace esperar, el pequeño ser camina por el cuerpo de la llave hacia el interior de la cerradura. Algunos golpes se escuchan tras su llegada a la gran cueva de forma definida, un brillo sale de su boca. Tras varios minutos, donde los cuatro esperaban su llegada ansiosa, aquel duendecito hace un gesto de acercamiento a Selene y le susurra algo al oído.

- Vale – Selene corre hacia la mesa de la comida y toma un gran trozo de comida. – Espero que te baste, ya no nos ha quedado más – coloca el trozo en el suelo a lo que el agradecido ser dorado responde comiéndoselo todo de un bocado.

Poco tarde en desaparecer mientras acaba el último bocado, como si de una sombra que se ilumina se tratara, ha vuelto a su lugar de origen. La llave parece igual que antes, pero algo ha cambiado en ella, están seguros de que aquel ser ha hecho algo, pero ¿qué? Sólo podrán averiguarlo cuando empiecen a girar. Ahora el privilegio es de Selene.

Tras una noche completa y parte del amanecer lo han conseguido, la cerradura gira, ahí está la fórmula para destruir a la sombra. Poco a poco la puerta oxidada deja pasar la luz al interior. En ella, un largo túnel deja una visión desoladora hacia un camino incierto. ¿Dónde acaba ese túnel? ¿Será interesante la búsqueda?

- ¿Otro acertijo de tu adorable abuela? - le dice Yu a Fepico.

- Creo que no tenía tanta imaginación para esto – se rasca la cabeza – ¿O quizás si? – murmura. – Ahora no nos vamos a rendir ¿verdad? – se vuelve hacia Luis. – descansemos un poco, tomemos algunas cervezas y veamos dónde nos lleva todo esto.

- Como no sea interesante vete despidiendo de este garito – le responde Yu a Fepico. – Es que todo esto no te resulta entretenido – hace un gesto de muestra. – Todavía no he visto un signo de aburrimiento en tu cara.

- Yu – le llama Selene. – Deja de protestar y vamos a dormir creo que se dónde va ese túnel y no me gusta.

2 comentarios:

sangreybesos dijo...

Muy bonito el sesgo aliciesco del episodio, nena.
¡Y queremos conocer a la abuela!

Silderia dijo...

¿Seguro que quieres conocer a la abuela de Fepico?