
Desde años inmemoriales, ha existido en nosotros un sentido que jamás se desconecta, el oído. Nuestra percepción del mundo sonoro funciona 24 horas al día, estemos o no consciente de ello; esto es lo que nos hace pasar una mala noche en una casa extraña a la que no estamos acostumbrada a sus ruidos, despertarnos cuando un pequeño sonido, proveniente de la cocina se sale de lo normal o cuando nuestro cuerpo detecta que ciertas vibraciones sonoras no deberían ocurrir cuando el cuerpo se encuentra en cierto estado de latencia o de conciencia, como vosotros queráis llamarlo.
Es un órgano bastante complejo, aunque no queramos hacerle mucho caso, compuesto de tres partes, es el encargado de hace que el mundo parezca otra cosa (probar a poneros unos tapones para los oídos y salir a la calle, a ver cómo os sentís. No es muy agradable, lo aseguro, he hecho el experimento.) También es responsable del equilibrio y la orientación, pero de eso no es de lo que vamos a hablar aquí.
El proceso que voy a describir antes de entrar en materia es el de emisor y receptor que, dependiendo del ambiente, podrá comunicar el mensaje a un tono más alto o más bajo de lo considerado normal. Pensaréis ¿qué tiene que ver todo esto con la sección? Pues mucho, tener en cuenta que es un sentido que nos hace ponernos a tono. Entre ello cuenta la mentira, las frases inconexas, el romanticismo y la denominada por mí “burradas del siglo”, pero de eso hablaremos más a delante.
Por supuesto, la comunicación y el buen entendimiento juegan un gran papel a la hora de

Unos momentos románticos.
A todo el mundo le gusta que le digan cosas bonitas y más si eres una mujer, lo cierto que ellos tampoco se quedan cortos, pero nosotras somos más vanidosas en ese sentido. La necesidad de un reconocimiento continuo sobre nuestra forma de vestir, lo bonitas que estamos, lo bien que nos hemos pintado, los adornos que llevamos y miles de chorradas más, nos hacen sentir bien. Si chicos es así, no podemos evitarlo, necesitamos que nos digan guapas en todo momento y que nos corroboren, a pesar de nuestras contradicciones, que no estamos gordas. Por lo tanto el oído tiene mucho que ver en este asunto del erotismo, la seducción y el romanticismo.

Si en esos momentos necesitamos ser románticas hasta el empalago y dejar que nuestros sentidos se mezclen con una dulzura insoportable (depende de lo cursis que seamos, aguantaremos más o menos. Yo aguanto poco.) Pero todo cambia, “frases como te voy a poner mirando a cuenca”, “esta noche no te escapas, ¡cordera!”, “te voy a hacer un traje de saliva”, etc. Cualquier grosería puede valernos en ciertos momentos, la cosa es saber cuál es (yo te lo digo, cuando os arañamos la espalda, besamos frenéticamente y miramos con ojos lascivos, no antes.) No hace falta ponerse de niña buena o a mi eso no me gusta o eso es muy burro. ¡Mentira! Hacerme el favor de no ponerse tan puritanas y tan decentes.
Sin embargo, a pesar de gustarnos, vuelvo a aclarar, sólo en ciertos momentos, a ellos les gusta

Una noche de gritos que jamás podrás olvidar.
Como es menester la música es un requisito indispensable, el poseer entre tu repertorio de canciones un disco con canciones eróticas, que inviten al desnudo, es lo mejor que puedes hacer para sorprender a tu pareja. Por supuesto, todo unido a un buen decorado (con una silla nos basta. Importante, ensayar antes la coreografía, no queremos daños antes de tiempo.) Las caricias se unen al juego, pero no cualquier tipo de roce. Es ese que se produce sin tocar, el que deja que la imaginación de nuestro amante surja de repente, puedes levantar cualquier cosa con eso, una respiración rápida en su oído, un canto melódico (tienes que saber entonar), unas frases acordes con la situación, pueden llegar a provocar reacciones inesperadas.

4 comentarios:
Necesitáis que os digamos a cada momento lo maravillosas que estáis... ¡y ay si no nos damos cuentas de que acabáis de salir de la peluquería!
Efectivamente, por eso yo te lo digo antes, para que te des cuenta.
yo ayer estuve en la peluquería, a lo que tu cuñado dijo cuando llegué "quién eres tú y qué has hecho con mi mujer..."
un beso guapaaaaaaa!
Tu hermano esta muy bien enseñado, le digo que voy a la peluquería y cuando salgo, antes de verme el corte o lo que me haya hecho, me dice estás muy guapa.
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