ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




1 de diciembre de 2008

Selene. Capítulo XXXV.

CAPÍTULO XXXV: VEO VEO.
Tras una cena, a base de comida basura, nuestros aventureros se encaminan a pensar cómo solucionar el entramado. No saben muy bien como empezar y, mucho menos, cómo podrán encontrar la cerradura que esconde el secreto de las sombras, si es que la abuela de Fepico no era una bromista y ansiaba dejar algunas cosas para el fin de sus días.

Por desgracia, esto último era un pensamiento que a todos los inundaba, sobre todo a su nieto, el cual dudaba cada vez más de la existencia de alguna solución para luchar contra aquella cosa. Estaban seguros de quién había sido en osado de crearlo, el motivo, a pesar de su claridad, aún quedaban algunas dudas al respecto, sin embargo, todos conocían a la perfección la base de todo aquello. Una ambición con nombre de mujer, orgullosa y segura, sólo en ciertos aspectos de sí misma, Selene.

En pocos minutos se pusieron manos a la obra, no había más remedio que comenzar a probar cada una de las figuras, cajas, joyeros, cofres y cientos de objetos extraños de los que cualquiera dudaría que escondía algo en su interior. Nuevas dudas surgieron entre todos, qué secretos ocultaba todas y cada una de las reliquias. Algunas pesaban muy poco, a penas unos gramos, otras, tan pesadas como el plomo, delataban un corazón denso en su interior.

- Graaaaaaaaaaaaa,………….. graaaaaaaaaaaaaaaaaaa,……. – aleteaba Pesti, mientas movía las alas violentamente.

- ¡Que alguien calle a ese pájaro! – dice Yu bastante molesta. – Me pitan los oídos,…. – pone cara de desagrado. – No hay alguna forma de que se calle.

- Ninguna – contestas su forzoso dueño. – Créeme, no hay ninguna forma de que se calle – toma un sorbo de una lata de cerveza. – Las he intentado todas – busca algo en su bolsillo. – eso sería tan extraño como que de tu boca saliera algo amable – continúa la frase con un cigarrillo en la mano.

La respuesta de Yu no se hace esperar, Pesti grazna cada vez más y más fuerte, en un intento por llamar la atención hacia su figura; Fepico la ha insultado, más todavía, ha herido su sensibilidad, si es que alguna vez tuvo alguna que guardar. No le gustaba que le hablaran así, y hacía notar su enfado con todas sus ganas. Por ello, el objeto de su furia fue aquel zombie furtivo del averno.

Unos delicados pasos silenciosos y ligeros se acercaron hasta él, ambos se miraban mientras el animalito no paraba de emitir aquel molesto chirrido. Mientras, Yu preparaba su catana aguantándola con las dos manos, su cabeza se mantenía baja, buscando los ojos de su objetivo, cuando los encontró, el silencio entre ambos rivales podía cortarse. En el tiempo que un parpadeo, producido por el roce del aire en la retina, la espada de la dama atravesó completamente el cuerpo del ave.

- ¡Qué has hecho! – chilla Fepico al ver dos trozos perfecto del animal, uno por cada lado del sofá.

- He conseguido que se calle – Yu guarda su catana acompañada por una danza ritual de sus brazos.
- ¡Ostia! – se escucha a Luis que mira con los ojos fijos en la escena.

- Con eso no vas a conseguir nada – le dice Selene, que ha visto la escena desde su lugar. – En poco tiempo volverá a sus andanzas y reza porque no sean dos los que chillen esta vez.

- Creo que este cuervo es muy viejo para conseguir levantar sus dos partes y hacer que se muevan independientemente – le dice Fepico tomando ambos hemisferios corporales.

El interior del cuervo era digno de admirar, a pesar de una cubierta que requería una buena mano de chapa y pintura, sus órganos estaban intactos completamente. Podían verse uno por uno, las diferentes partes de su anatomía, incluso el motivo porque el que había dejado de pertenecer al mundo de los vivos. Este se expresaba en forma de quiste justo al lado de la garganta, ¿lo que le mató? Probablemente, pero las preguntas acerca de ese motivo estaban extintas a causa de un gran esfuerzo, por parte de los brazos de Fepico para que no se uniera de nuevo.

Todo era inútil, como era costumbre en este tipo de engendros, a los pocos segundos volvían a despertar después del shock. Bien se unía de nuevo su cuerpo o, por el contrario, permanecía separado unos días más, por lo que la molestia era el doble. Tras varios minutos de intentos fallidos, ambas partes se reencontraron en un abrazo reparador. El cuervo se estiró, abrió sus alas y salió directo hacia Yu para ejercer su venganza. Esta vez la rapidez de la chica, no sirvió de nada, el pajarraco la esquivó sin más continuando un vuelo directo hacia la pared, poco tardó en dar media vuelta, denotando unas grandes habilidades para el vuelo; continuaba con su intento. Luis, experto en cazar moscas al vuelo en las horas muertas de trabajo, lo atrapa en pleno vuelo, mientras el apresado expresa un chillido de dolor. Se resiste retorciéndose e intentando picar las manos de su captor. Todo es inútil, Luis tiene bastante experiencia en ello, aún se acuerda cuando su hermana cogía pequeñas crías de pájaros, caídos de los árboles todos los años y para poderlos manejar, tenía que capturarlos al vuelo, con el fin de evitar que se hicieran daño estrellándose contra los cristales de la casa. Esos pequeños pajarillo, de un tamaño no mayor al de una palma de su mano eran escurridizos, por lo que aquel gran bicharraco, de un metro veinte de envergadura, no supondría ninguna dificultad.

- ¿Dónde vas enano? – dice Luis mientras todos admiran su proeza.

- ¿Cómo lo has hecho? – le dice su novia.

- Yo también tengo una historia familiar – sonríe cogiendo las alas negras del cuervo. – Y en ella tenían mucho que ver los pájaros, aunque este es más grande que una pelota de tenis.

- Gracias – le dice Yu con dificultad. – Ya pensaba que me iba a quedar sin cabeza – relaja la mano colocada sobre la empuñadura de su arma. – Aunque hubiera podido solucionarlo sola.

- De eso estoy seguro – se dirige Luis a ella enseñándole la cara de Pesti. – Aunque con unos arañazos más de los que tienes ahora.

- ¡Ja!… - exhala Yu efusivamente.

- Te ha costado darle las gracias… ¡eh! – le comenta Fepico echando humo por la nariz.

- ¿Por qué no lo dejamos ya? – dice Yu levantando las manos en un gesto rápido e intentando desviar la atención.

- Porque es gracioso – le dice Selene riéndose y señalándola. – Nunca te he visto dar las gracias a un mortal…. ¿te ha costado? ¡Eh! – se acerca para darle con el codo en forma amigable. - ¡Anda! Admítelo… Te ha herido el orgullo.

- Por menos he dejado de hablar a mucha gente Selene – la mira de forma provocativa. – Lo sabes.

- También le has cortado la cabeza – sigue sonriendo burlonamente. – No te enfades – le toca el hombro a lo que Yu responde quitándole su mano violentamente. – ¿Por qué eres tan orgullosa?

Fepico decide poner fin a la conversación mientras Luis hace grandes esfuerzos por mantener al pájaro entre sus manos. Es grande pesado, más de lo que le corresponde aun pájaro de su especie, parece una pelota de futbol entre sus manos. A penas unos segundos de distracción y esta vuelve a la carga, va directa a la cabeza de su agresora, pero esta lo ha visto a tiempo se agacha y el pico del ave se clava en la pared, justo en el centro de uno de los poster que adornan la pared de la guarida de su inquilino.

- ¡Mierda! – dice Fepico muy enfadado. – Era una reliquia – se acerca a ver el desperfecto mientras Pesti intenta deshacerse de su entuerto. - ¡Con lo que me costó robarlo! – se encoge de hombros mientras le da un sorbo a su cerveza. – Casi me cuesta una noche en el talego, ¡bueno! Ya no tiene solución – coge al cuervo por el cuerpo. – Vamos a intentar sacarte de aquí…. Pesti, esto te va a costar bastante… - sigue tirando.

- ¿Sale o no? – pregunta Selene.

- No…. – continúa tirando del cuerpo del ave – Está bien atascado….. graaaaaaa – de un solo empujón, caen dueño y mascota al suelo.
Con ellos sale parte del papel pintado a modo de cartel, se vislumbra una pequeña chapa metálica brillante y adornada con extrañas figuras. Luis se aproxima rápidamente a la pared y acaba de arrancar el adorno.

- ¿Y esto? – dice Luis señalando una cerradura oculta tras un dibujo dorado, muy brillante, como si lo acabaran de limpiar hacía muy poco.

- ¡Ah!.... – dice Fepico recuperándose del golpe y sujetando al córvido, evitando que le saque un ojo. – Estaba ahí desde hace muchos años, no me gustaba y lo tapé con el poster. – Se levanta dándole un achuchón al cuervo.

- Parece que la llave encaja ahí dentro – dice Yu comparando la envergadura de la misma.

- ¿Probamos? – añade Selene. – No vamos a perder nada.

Los cuatro se acercan imitando una especie de ritual hacia la cerradura. Mientras, la pequeña mano cadavérica, casi infantil y fantasmal de Yu, acerca sigilosamente la llave a su abertura bajo la mirada expectante de ambos. Un ruido acompaña a los cuatro, como una especie de canto interno, producido por cuatro corazones que cabalgan al unísono ante la emoción de poder ver finalizada su búsqueda. Aunque todos saben que la abuela de Fepico era un poco excéntrica en todos los sentidos, podrían encontrarse cualquier cosa, si es que la llave encaja y, en el caso de que fuera así, hiciera que el mecanismo interno de la maquinaria cediera ante la orden de un trozo metálico forjado.

2 comentarios:

sangreybesos dijo...

¿Así que la habilidad especial de Luis consiste en cazar pequeños animales al vuelo? Bueno, no es teleportación ni lanzar llamas por las manos, pero...

La contestación a la pregunta de ayer, "¿Qué tipo de abeja es un cuervo?" también te la podía haber dado yo... ¿Suficiente surrealismo por hoy?

Silderia dijo...

Luis tiene muchas habilidades, unas las ha demostrado ya otras todvía quedan por descubrir, pero todo se verá.
A lo segundo prefiero no contestarte.