ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




21 de julio de 2008

Selene. Capítulo XIX.

CAPÍTULO XIX: SOLO QUIERO LA VERDAD.

Parecía que los enamorados habían olvidado el incidente de hace unos días. Ninguno de los dos hablaba sobre el tema y mucho menos se atrevían a hacer preguntas sobre lo ocurrido, algo les rondaba la cabeza, pero intentaban ocultarlo lo mejor que sabían.

Selene parecía anestesiada respecto del tema, a penas comentaba nada de aquella trágica noche en que por fin se había enfrentado a Roberto, aquel psicópata que la tenía acosada continuamente. Luis, en cambio, no podía parar de darle vueltas a la cabeza, todavía no podía creerse lo que había visto, a veces pensaba que era el efecto de los tequilas y la cerveza otras, en cambio parecía que su mente le decía que dejara de engañarse a sí mismo.

- Selene. – Dice él tras dar un buche a su copa. – Podrías decirme ¿qué fue lo que pasó en el pub Put?

- No se a lo que te refieres, lo viste tan bien como yo. Por si no lo recuerdas tu estabas allí.

Una mano temblorosa delataba el nerviosismo de la chica, no le gustaba dar ningún tipo de explicaciones y menos si eran largas y aburridas como esta. El nerviosismo aumentó casi no podía ni mantener la compostura cuando bebía de su refresco y menos aun mantener la mirada fija en él. Lo miraba fijamente mientras tonteaba con todo lo que encontraba por la mesa mientras miles de onomatopeyas salían de sus delicados labios. Cogía el bolso, hacía como que buscaba algo y volvía a dejarlo en su sitio, daba una calada al cigarro, jugaba con la ceniza de su contenedor y continuaba con la acción.

- Pasó lo que viste. – Continuó con su conversación. – Nada más, no creo que haya que explicar nada.

- Entonces dime como tus pies no tocaban el suelo y mantenía a medio metro de distancia a esa mole sin tocarla. – Vuelve a reclamar Luis una explicación.

- Estabas un poco alegre. – Le toca la cara con cariño. – Puede que te confundieras en lo que estabas viendo.

- Puede, pero se cuando estoy lo suficientemente borracho como para no acordarme de lo que estoy viendo, a demás, hace tiempo que no me meto nada como para tener esas alucinaciones. – Apaga el cigarrillo en el cenicero. – Lo mejor de todo es que Fepico no se sorprendió de nada.

- Quizás fue porque no vio nada. – Le mira fijamente a los ojos.

- Créeme, la mirada que nos echamos en esos momentos no fue de amistad precisamente.

El nerviosismo de Selene aumentaba por momentos, tendría que desvelar varias cosas sobre su naturaleza y no sabía cómo se lo iba a tomar su enamorado. Lo deseaba tanto que no podía percibir el resto de su vida sin él ¿la tomaría por loca? ¿se creería la verdad o sería mejor contarle una mentira para que su alma quedara tranquila? Lo cierto es que tarde o temprano tendría que desvelar su naturaleza si quería pasar el resto de sus días junto a él.

- Simplemente era un truco. – Responde a la insinuación de Luis tras una larga pausa. – Pillaste un ángulo desde tu posición, en el que parecía que no le estaba tocando, pero lo retenía.

- Eso es imposible. – Le responde. – Veía perfectamente tus manos y el resto de tu cuerpo. Cuéntame la verdad. Después de lo que he visto no voy a asustarme. – Le coge las manos temblorosas a su novia.

En ese momento suena el teléfono, Selene coge la llamada pero terminar pronto la conversación. Son sus amigas que quieren quedar para tomar algo, a lo que ella responde que tiene planes para con Luis y que es imposible.

- Tenemos una velada muy especial esta noche. – Responde. – No, es imposible que vayamos los dos juntos, los planes son desde hace un mes. – Continúa excusándose. – Hasta la próxima.

Sus manos cuelgan el teléfono, por su expresión parece que se está pensando mucho lo que va a hacer, aunque en la conversación telefónica ha dado a entender que ya lo tenía decidido. Tiene miedo en los ojos, está atemorizada ante la idea que perder a Luis si esta no le da una explicación veraz y convincente; sabe que lo que realmente ocurrió no es para nada ninguna de las dos cosas que se espera de una conversación aclaratoria sobre unos hechos irreales, pero por desgracia así es y el momento de decírselo todo ha llegado, aunque demasiado pronto para una relación que casi acaba de empezar.

- Seguro que estás dispuesto a saberlo. – Le dice ella mirándolo directamente a los ojos y muy seria.

- Seguro, quiero saber todo sobre ti. No tengo miedo a lo que pueda pasar. - Entonces la besa.

- Para ello tenemos que irnos muy lejos de aquí. – Pide la cuenta al camarero. - ¿Te acuerdas del lugar dónde me llevaste a cenar la primera vez? Ese sería un buen lugar.

En pocos minutos llegan al coche de Luis, el camino que les espera es largo por lo que deciden tomar algunas provisiones para el camino. Selene sólo puede enseñarle la verdad justo a la caída del sol. Eso alargará mucho más el tiempo de espera. Mientras han decidido no hablar sobre el tema que les ha ocupado toda la tarde, comentan lo que ven por el camino, aquello que planean hacer el fin de semana, cómo han salido los exámenes de ella y los proyectos nuevos de él. Todo con tal de calmar un poco el nerviosismo que a los dos les inunda.

Luis tiene un miedo aterrador a lo desconocido, pero cada vez que piensa en Selene se le calma. Algo le dice que estará bien mientras no se separe de su lado.

Han pasado ya varias horas y por fin ha llegado el momento. Selene besa a su amado le toma la mano y con un alfiler de madera con punta de plata pincha su dedo. Como algo inaudito sale un chorro de sangre que ella reposa en una copa de piedra.

- ¿De dónde has sacado eso? – Dice él ante el espectáculo como si no formara parte de él.

- Sh, sh, sh, sh,…. Esto no es un juego.

De pronto la sangre deja de manar, entonces la chica comienza a entonar un canto. Parece una sirena atrayendo a los barcos sobre las rocas. El hipnotismo de Luis es cada vez más profundo, la mira y sólo ve a la persona que ama, ni siquiera sabe lo que pasa a su alrededor, a pesar de todo ese encuentra muy cómodo.

La pequeña bruja mezcla unas hierbas y lo pone todo en un frasco de piedra tallada, que coloca a modo de amuleto sobre el cuello de Luis.

- Esto te protegerá. – Lo besa y coge su mano – ¿Listo?

No da tiempo a una afirmación, el claro se comienza a iluminarse por miles y miles de luciérnagas y la luna llena comienza a hacer su aparición entre las nubes. Y el pequeño tronco cortado, que una vez les sirvió de mesa irradia una columba de luz que se transforma en una puerta.

- Preparado para la explicación, todavía podemos volver atrás.

Luis la mira y sonríe, le besa por última vez en el mundo de los mortales y vuelve la mirada hacia la puerta que separa un plano del otro. La toma de la mano fuertemente y se encaminan hacia ella.

- Espera un momento. – Dice él a pocos pasos de la entrada.

- ¿Qué pasa? - Pregunta ella desconcertada.

- Las entradas a estos mundos no se hacen todos los días. – La toma en brazos y como un novio que pasa a su recién estrenada esposa se dispone a pasarla bajo el umbral luminiscente de la dimensión desconocida de Selene.

1 comentario:

sangreybesos dijo...

... Clark Kent se arranca la camisa ante Lois Lane...

Me encanta el final tipo: "¿Un universo paralelo? Ah, bueno, qué cojones."