ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




12 de marzo de 2008

Selene. Capítulo V.

CAPÍTULO V: RECUERDOS DEL SUBCONSCIENTE.


>> Una estructura secundaria es la disposición de la secuencia de aminoácidos o estructura primaria en el espacio. Los aminoácidos, gracias a la capacidad de giro de enlace, adquieren una disposición espacial estable, la estructura secundaria. Estas estructuras son tres:

- Alfa - hélice, que se forma al enrollarse helicoidalmente sobre sí misma la estructura primaria.

- Hélice de colágeno, que posee una disposición en hélice especial, debido a la abundancia de hidroxiprolina.

- Y la conformación – Beta, cuya estructura primaria es una proteína, también puede adoptar una disposición . Donde los aminoácidos no forman una hélice, sino una cadena en forma de zigzag. Esto se debe a la no existencia de enlaces de hidrógeno entre los aminoácidos próximos a la cadena polipeptídica.

Esta lámina en zigzag, es muy estable, dando lugar a la - lámina plegada. <<>

- Selene. Es un poco tarde ya, ¿no? Estoy cansado ya de tanto grupo carboxilo. – Provocó que se dibujara una sonrisa, en la pálida cara de su víctima.

- Bueno, como quieras, pero ahora te toca pagarme las clases. No vale que me des las gracias o que me digas que me las pagas en carnes. – Le contesta acusándole con el dedo índice, mientras su aprendiz exhala una carcajada. – Mis tripas suenan, eso quiere decir que tengo hambre y se me apetece un argentino.

- Voy, voy, no me atosigues a ver a donde podemos ir.

- ¿Ir?

- Si a cenar, así que termina de coger tus cosas y nos vamos al argentino de la esquina junto al pub Put.

Selene sonrió, estaba contenta, entró al cuarto de baño, unos minutos, se pintó los labios, retocó la línea de sus ojos, arregló su coleta, cogió su bolso, su abrigo y se fueron. Roberto estaba también muy contento, dos horas de explicaciones intensas le habían servido para conseguir su objetivo. Llevaba tiempo fijándose en ella, le atraía mucho y, por fin, había tenido el valor, de hablarle y quedar con ella. Aunque su cita quedara enmascarada por una tarde de estudio.

Eran ya entradas las 11 de la noche, cuando Roberto, junto a su acompañante femenina, salieron del restaurante. El chico tenía bastante labia, por lo que fue capaz de mantener una agradable conversación, durante toda la velada. Ahora era su oportunidad, no podía dejarla escapar. Cierto era que le estaba costando trabajo, y que Selene no era una chica de risa fácil o a la que cualquier conversación le pudiera interesar, pero tanto trabajo merecía un poco más de esfuerzo. Su sonrisa era preciosa y su piel blanca, deslumbraba en la noche como la misma luna, aquella diosa merecía unos halagos más, antes de acabar la noche.

- Oye, ¿dónde vamos? – Le pregunta Selene. – Mi casa está por allí.

- Si, pero aún no hemos terminado. Ya hemos cenado, pero la noche todavía no ha terminado. – Le dice Roberto acercándose a ella para cogerle el brazo. – Una cena no está completa sin la copa de después, además tu explicación se la merece.

- De acuerdo, lo hago porque mañana no tengo que ira trabajar. – Selene se coge del brazo de Roberto, el cual sonríe, y se encaminan al pub Put.

Allí hablan, beben, sonríen y se divierten. Hacen una bonita pareja, la complexión musculosa y la gran altura de Roberto, contrasta con la figura pequeña y esbelta de Selene. Dentro de pub sólo hay caras alegres, canciones y bailes, aliñan la velada. La madrugada se adentra y la chica rendida y un poco contenta, quizás por la bebida o porque, por un pequeño instante en su vida, había conseguido olvidarse de todo, relajarse y disfrutar el momento.

- Estoy muy cansada, Roberto, me apetece irme. – Le dice ella.

- Vale, te acompaño a casa, no me gustaría que te pasara nada. Me encanta esa sonrisa que pones cuando te digo algo, deberías de hacerlo más a menudo. ¿Vamos?

Los dos se deciden a salir del pub. Roberto vuelve a ofrecerle su brazo, que ella coge con gusto y salen a la calle. Justo en el marco de la puerta se cruzan con alguien, es sólo un extraño sin importancia, que va acompañado de sus amigos, buscando un último refugio, antes de que el alba los atrape.

Uno de los muchachos se vuelve al escuchar una risa, le parece familiar. Por un impulso innato, vuelve su cabeza, la curiosidad le puede, e inconscientemente tiene que satisfacerla. Reconoce la forma que ve alejarse a lo lejos, aunque no consigue rescatar de su mente, dónde la ha visto antes. Puede ver como se retira, mientras se tambalea y, poco a poco, se va adentrando por las calles del centro de la ciudad. Dura un instante, no desea pensar más, poco le importa quién era, si lo conoce realmente o simplemente le ha parecido familiar ese aroma, la voz estridente y la forma ondulante de guitarra, que acaba de ver. Abre de nuevo la puerta del bar, mira donde están sus amigos y se sienta junto a ellos, para acabar su velada nocturna.

Selene se vuelve, ha tenido el mismo impulso, pero no ve a nadie. Sólo mantiene su atención un pequeño letrero colgado en la cristalera – Se necesita camarera para fines de semana, dejar currículum -, lo retiene en su mente unos instantes, lo suficiente para poder rescatarlos cuando se encuentre en apuros, mira a Roberto, el cual le devuelve la mirada, mientras le acaricia la mejilla, sonrojada por el frío, con la mano libre, y se dirigen a su portal.

- Bueno, ya hemos llegado. – Afirma Selene, en el marco de entrada a su guarida. - Espera que te doy los apuntes. – Ella se da la vuelta, coge la carpeta de la mesa y se lo entrega. – Que pases un buen fin de semana. Nos vemos el lunes en clase.

Roberto no responde a ello, la coge de la cintura y la besa fuertemente. Selene reacciona bien, continua con el juego de besos de su acompañante hasta que este intenta entrar en la casa.

- ¿Qué haces? – Dice mientras se quita a Roberto de encima. - ¿Qué te crees que estás haciendo?

- Pues entrar. ¿O es que te crees he hecho todo esto porque me apetecía?

- ¿Cómo? Me parece que no te entiendo. – Da un paso atrás un poco aturdida, todavía no puede creerse lo que acaba de escuchar. – Si te crees que soy como cualquier otra de tus amiguitas, vas por muy mal camino.

- ¡Vamos!, ¡no te hagas la estrecha y déjame pasar! – Roberto vuelve a intentar penetrar al interior del piso.

No hubo respuesta, no le dio tiempo a realizar su acto cuando, la puerta se cerró a pocos milímetros de la nariz, del fantástico atleta. Era la primera vez que le fallaba el plan, estaba muy enfadado. Su reacción, en ese momento, fue la de aporrear la puerta y gritar a la inquilina del piso, hasta que se le hinchó la mano.

- ¡O paras o llamo a la policía! – Se escuchaba una voz a través de la fuerte barrera de madera.

El amante rechazado se fue, estaba herido en el orgullo, creía que había trabajado bastante en su labor, para conseguir un fin tan estrepitoso como este, pero todo tenía solución. Cogió la carpeta del suelo, hizo una llamada de teléfono y se fue, el sitio no importaba, sabía que había gente esperándole. Así que, tras confirmar su siguiente cita, anduvo sólo por las calles hasta llegar a su destino final.

1 comentario:

sangreybesos dijo...

Muy poco le ha hecho Selene a ese sinvergüenza!