ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




27 de mayo de 2009

Selene. Capítulo LIII.

CAPÍTULO LIII: TODO POR UN TRAGO.

El final del pasillo era imposible de divisar, las puertas, nueve en total, se conformaban en una hilera de varias formas y tamaños. ¿Por cuál había salido Hades? Imposible de adivinar, sus mundos se unían en uno solo en aquel lugar maldito del inframundo, a penas habían caminado a las fronteras del primer círculo cuando, ahí, justo delante de ellos, un pequeño resquicio de una realidad absurda, les mostraba las entradas y salidas por las que se podía optar.

- ¿Qué pecado os gusta más? – se atreve a decir Yu.

- No sé – dice Fepico tirando una colilla al suelo -. Los he cometido todos.

- ¿Seguro? – le dice Yu.

- ¡Mujer de poca Fe! – levanta ambas manos dirigiéndose a Yu.

- Ninguna diría yo – le responde. - ¿Te recuerdo que soy digna de adoración?

- Igual que Selene y Endimión – le responde -. Por eso votaré por ir primero a la falsa adoración – comienza a encaminarse hacia la puerta.

- No me parece buena idea – le dice Selene -. Esa palabra no es lo tú piensas.

Fepico casi no escucha, lo único que sabe es que, cuanto antes empiecen las búsqueda, antes terminarán con todo aquello. El pomo se posa ante ellos en forma de aldaba milenaria, roída y llena de musgos morados y marrones. Esta se abre cuando aquella mano vieja la levanta sin más. Al otro lado varias puertas se presentan ante ellos.

- ¿Y esto? – dice Luis al atravesar el marco.

- Ya os dije que no es como pensáis – insiste Selene -. Son los falsos dioses de la gente, tantas como adoraciones sin sentido.

- ¿Ahora por cuál entramos? – dice Fepico, en ese momento una nueva puerta aparece de repente.

- ¿Qué ha sido eso? – dice la abuela.

- Es una nueva adoración falsa que ha aparecido en el mundo – responde Yu -. Por lo menos sabemos que por ahí no ha ido.

- ¡Bueno! – dice Selene a modo de suspiro -. Vanidad, alcohol, drogas, cienciología,….. Hay para todos los gustos.

- ¡Alcohol! – chilla Fepico -. Me hace falta una birra bien fría.

- Creo que iré con Fepico a ese falso dios – dice Luis.

- Y yo – dice la abuela -. Me hace falta recargar pilas, llevo mucho tiempo sin beber más que agua – se sube las gafas -. Demasiado saludable para una anciana como yo.

- De acuerdo – dice Yu -. Pero dudo que haya entrado ahí

Aquella gran puerta robusta se abre ante ellos, al otro lado, un millar de cantos y de música se alza ante ellos. Hay miles de personas achuchadas alrededor de una supuesta barra, al otro lado, nuestras héroes se afinan al fin de poder ver algo entre todo el barullo.

- ¡Fiesta! – dice Luis -. Ya tenía yo ganas de algo de marcha.

- ¿Eso crees que hay aquí? – le contesta su novia -. ¡Fíjate bien!

La música es muy alta, tanto que casi no pueden oírse unos a otros. Las peleas por llegar a tocar un ápice de la mesa de bebidas, son interminables.

- Creo que tomaré una cerveza bien fría – dice Fepico sacando un lanzallamas.

- Apunta bien Fepi – le dice la abuela -. Que yo te ayudo con las granadas – arranca una anilla con la boca -. Están recién limpias.

Las ráfagas de fuego y las explosiones no se hacen esperar. A ambos lados de los dos atacantes, montañas de almas condenadas de apilan en llamas, algunas se han desprendido de partes de sus cuerpos. Otras, se mantienen aún en pie. Sin embargo, no durante mucho tiempo, una nueva llamarada hace que caigan al suelo.

La música para en seco y, al otro lado, un supuesto camarero de ojos azules intensos y mirada fría, les aguarda con limpiando algunos vasos en unos trapos sucios.

- ¡Una cerveza! – dice Fepico alzando el dedo índice cuando llega.

- ¡Que sean dos! – le sigue la abuela.

- ¿Nadie se acuerda de mi? – se une Luis al duo.

- Aquí no servimos bebida de nenazas – dice el camarero con voz profunda.

- ¿No? – dice Fepico -. Y si te vuelo la cabeza con el lanzacohetes… - apunta al camarero -. Acabo de comprarle un accesorio nuevo. Dispara tres misiles a la vez.

- Está bien – saca tras jarras de cerveza -. Pero no os sirvo ninguna más.

- Después de esta creo que no tendré ganas de otra – dice Luis al ver aquel embase de cristal de cerca de medio metro de alto.

- ¡Parad! – dicen las diosas primigenias a la vez.

Es tarde, los tres han cogido las jarras y han comenzado a beber. Luis y Fepico, a penas han dado un buche, cuando la abuela, de un solo trago, ha acabado el contenido.

- Puffffff….. – hacen al momento.

- ¡Esto está caliente! – coge Fepico al camarero de la camisa -. ¿Quieres que te vuele la cabeza?

- ¡Vale! – dice el camarero quitando las manos de Fepico de su pechera -. Esto os gustará más – al chasquear los dedos, tres cubatas con hielo y sombrillas se postran ante ellos -. ¿Y para las señoritas?

- Agua – dice Yu levantando su arma -. Y de la mineral.

- Así nunca encontraremos a Hades – dice Selene.

- Espera un momentos – dice Yu cogiendo el vaso en sus manos -.Nos vamos en muy poco tiempo – sonríe.

- ¡Esto es garrafón! – dice la abuela de Fepico -. ¡Te voy a meter una granada por el culo!

- ¡Quieta, señora granada! – dice Yu cogiendo a la abuela por la cintura y elevándola del suelo -. Esto es la falsa adoración. Si esperas que te sirvan algo bueno en este bar vas lista.

- Se parece a lo que yo sirvo en mi pub – dice Fepico poniendo cara de asco.

- Menos más que yo sólo pedía cerveza – dice Luis.

- ¿Cómo estás tan seguro de que lo que bebías era cerveza? – le responde el dueño del pub Put sonriendo -. ¡Buenísimo! ¡Ponme otra!

- ¿Cómo puedes beberte eso? – le dice Selene.

- He bebido tantas cosas en mi vida que… ¡créeme! Esto no está nada mal – tomar un sorbo de su nuevo cubata -. Hay cosas peores ahí arriba.

- Creo que deberíamos ir a la otra puerta – dice Yu notando un leve temblor a su alrededor.

- Estoy de acuerdo – añade Fepico estirándose y apurando su copa -. ¡Vamos! Aquí no hay nada interesante.

Una legión de cuerpos se acerca a ellos, algunos todavía echan algo de humo del incidente ocurrido.

- Chicos, ¡esto se pone interesante! – dice Fepico mirando al fondo.

- ¡Por fin algo de juerga! – dice la abuela al mirar la marabunta que se les aproxima.

2 comentarios:

sangreybesos dijo...

¿Cerveza caliente? Sí, han debido llegar al Infierno... o, bueno, a un pub inglés...

Silderia dijo...

Depende de lo que odie cada uno, por ahora fepico no ha encontrado el suyo, pero si un buen dolor de barriga.