ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




11 de mayo de 2009

CUANDO EL DISFRAZ TOMA FESTEJOS CARNALES.


Esto es más viejo que callejas.

Todos sabemos que, cuando llegan épocas determinadas del año, la gente se disfraza, intenta ser aquello que anhelan, son realmente o simplemente se divierten (estoy seguro que Freud diría otra cosa al respecto.) Cierto es que, cuando llevamos uno, nos comportamos de forma “diferente”, por decirlo de alguna manera. Tomamos las características del personaje que representamos y nos hacemos un poco más malos.

De formas simples, como puede ser una máscara, caseros, sólo hace falta un poco de imaginación, comprados, esos salen más caros, pomposos, sencillos, de cuero, látex, encajes, surrealistas o completamente fieles a una realidad (¿cuál? No lo sé, pero un disfraz tiene de todo menos realidad.) Lo cierto es que hay para todos los gustos.

Cierto es que, desde tiempos remotos, perdidos de nuestra memoria, el hombre se vestía con ellos para hacer rituales, bailes, invocaciones,…. Ahora lo hemos dejado para las fiestas. Pero es que siempre nos gustó ser teatreros, aunque no valgamos un duro como actores, el hecho es pasárselo bien, siendo o no, reconocidos por los que nos rodean.

Para gustos los colores.

No, no me estoy refiriendo al carnaval, cuya derivación es fiesta de la carne. Algo que se realiza cuarenta días después o antes de la abstinencia de comer carne (no puedo decirlo bien porque me importa bien poco y no tengo ganas de buscar el dato.) Pero lo que si puedo confirmar es, que durante estas fiestas, el número de preservativos vendidos se multiplica. ¿Por qué? Fácil, fiesta de la carne y a todos nos gusta un poco cruda y en su jugo (si chilla cuando la pruebas ¡mejor!) Aunque algunos blasfeman algunos dichos sobre el pescado, da igual, todo es carne, lo importante es que sea un buen filete, tu favorito, para ese momento o para toda la vida.

Los romances enmascarados de Venecia, las visitas a escondidas, llevando un antifaz, para que nadie reconozca quién va a visitar a la dama, los entresijos que puede esconder. ¿No es excitante? En esos momentos puedes ser un diablillo, un marqués, sonreír eternamente o estar enfadado de por vida (aunque a algunos no les hace falta un trozo de cartón – piedra decorado para eso.) También puedes cubrirte el cuerpo, dejar a un lado esa parte tan expresiva de tu anatomía (por lo menos la que está a la vista de todos) y vestirte de formas sugerentes. En esos momentos puedes volverte Marilyn Monroe, el fantasma de la ópera, un seductor diablillo, o diablesa, un ángel, un fantasma, un investigador, el hombre invisible. Lo cierto es, que puedes ser lo que se te antoje.

Pero, llegando al sitio donde quería y, dejando de dar tantas vueltas, nos vamos directamente a los disfraces que se ponen en todas las épocas del año. Aquellos que sólo luces para tu pareja, los que tienes guardados en un rincón inconfesable.

Puede que sólo poseas uno, que simplemente estés pensando cuál o qué comprarte, como ya he dicho antes, pueden ser de fabricación propia o, los que más me gustan por excelencia, aquellos que improvisas con algo que jamás parecería un disfraz. La seducción está a la vista de todos, tú eres el que tiene que descubrirla, no lo olvides nunca.

Cuando los quehaceres de la casa se vuelven juegos de alcoba.

Te doy una idea, un delantal. Un simple y aburrido delantal, bueno, la tele y el erotismo lo ha vuelto el elemento que menos necesita imaginación para levantar el ánimo. Cambiemos de objeto. Un mantel, algunos imperdibles o no, un cinturón y… ¡listo! Una emperatriz lista para las reverencias o un emperador romano.

Otro, el liguero, las medias (por supuesto, sino ¿para qué el liguero?), tacones altos, una camiseta justita y corta, las braguitas (las que prefieras llevar, yo no digo nada) y un plumero. Déjate de cofia, ni se dará cuenta si la llevas o no cuando te vea. También puedes coserlos, tipo capa, ponerte algo de ropa interior debajo y simular que eres caperucita roja o el lobo. El papel que escojas en la obra lo pones tú. A esto sólo hay que ponerle algo de interés y ganas (sobre todo ganas.)

Aunque el simple juego de mira que mona estoy o que mono me he puesto, interpretar un papel esplendoroso, por supuesto, de no más de un minuto o dos (depende del tiempo que tarde en darse cuenta. Algunos o algunas son un poco cortos para esto), puede ser un poco aburrido o llegar a una rutina en que ya no haga gracia.

El juego de los roles.

Todos hemos jugado de pequeños a interpretar un papel durante el juego, en ellos podías ser bombero, astronauta, torero, maestro, director, boticario y cientos más de oficios. Normalmente era el de tu padre o el de tu madre, lo que querías ser de mayor o alguno chulo que habías visto por la tele. Seguro que los de esta época no sabrán siquiera qué será eso. Los oficios de modelo, cantante, robanovios y puta o gigoló de lujo, están muy extendido. Incluso te pagan por cotillamentirosametementodosinfundamentación (si a mi me ha costado escribirlo así, me imagino a vosotros leyéndolo de corrido), el caso es alimentar el morbo malo.

Pasando de ellos, imaginemos que sois médicos y un o una paciente muy enferma viene a vuestra consulta (unas batas blancas no valen tan caras) o que tenéis que cuidar a un paciente, el maestro o la maestra que seduce al discente, el butanero que lleva la bombona a casa de la dueña, el mecánico, el instalador, la sirvienta de la limpieza, la vecina o el vecino de al lado, la dependienta o el dependiente y el cliente. No sé, los ejemplos son miles, pero para ello hay que tener una preparación previa (Ya lo sé, ¡qué rollo si al final todo acaba igual!) No es lo mismo, puedo decíroslo.

Entre otras cosas, el guión es libre, eso no hay ni que decirlo, pero sí tenéis que saber muy bien dónde acaba la ficción y dónde empieza la realidad. A veces unos gestos, una palabra o una señal acordada, puede libraros de muchos problemas a la hora de actuar (No hay que romper el momento, recordarlo, se puede fastidiar y la señora almeja o el señor potato, pueden quedarse con la palabra en la boca.) Mantener un tiempo de latencia, eso forma parte de los preliminares, la tensión apasionada podrá cortarse con un cuchillo en algún momento. Entonces, se acaba el juego, pasamos a la acción. O no, simplemente decidís seguir con él.

De lo simple a lo compuesto, de lo casero a lo industrial, del aquí te pillo aquí te mato a un largo y apasionado romance de media hora (o menos o no, puede durar lo que seas capaz de aguantar.) Una puesta en escena, los actores son los mismos, inmejorable reparto, las ganas y el ambiente serán espectaculares, que comience el rodaje (¿o lo prefieres sin cámara?) Como desees realizarlo, la película tendrá aforo completo, dos personas. Lo divertido siempre será el rodaje.

11 comentarios:

Edu dijo...

Citas los encuentros furtivos de Venezecia, son un sueño dentro de mi, sobre todo con ese escenario de agua que invade la ciudad, como queriendola hacerla desaparecer. Cualquier sitio y lugar es bueno para el deseo.
Un Saludo.

Silderia dijo...

Cualquier sitio es bueno, mientras que exista deseo entre dos personas.

Un Beso.

Habitaciones rojas, pensamientos negros dijo...

Aunque el deseo exista hay que colorearlo todos los días y un juego con imaginación, aunque sea un juego de palabras, vivifica el encuentro.

!A jugar¡¡¡

Besos rojos,
HR.

Silderia dijo...

Por supuesto, pero yo pongo sólo los aderezos, algunas ideas, ciertos marcos, los cambios, la imaginación y el diálogo, es cosa vuestra. El juego está servido, de miles de formas, de tí depende el que las fichas se dirijan a un camino o hacia otro.

Besos.

LADO B dijo...

A veces lo más autético y lo más real que tiene un parsona, es precisamente su disfraz.
Felicidades.

Silderia dijo...

Muchas gracias por las felicitaciones y bienvenido a este lugar perdido.

sangreybesos dijo...

Cariño, en tu enumeración de disfraces, ¡se te ha olvidado la bata de guatiné y los rulos!

Silderia dijo...

Eso entra dentro de la alimentación de morbo y la imaginación individual de cada uno, yo solo pongo los clásicos estéticamente fáciles de imaginar.

Rocío. dijo...

Mmm... y los lunares de mi delantal no le quitaran un poco de sex appeal al asunto??

Besos disfrazaos!

Druida de noche dijo...

Yo escribo cuentos (a veces hasta tienen un tinte erotico), luego busco una persona que quiera vivir el cuento, encuentro, y cuento el cuento y cuento con esa persona. Así es como escribo. Me cuento un cuento, cuento un cuento, vivo un cuento. Y la fantasia se desborda. No hay disfraces, pero estamos disfrazados en la situacion. O mas bien, la situacion nos disfraza, y a mi me encanta.

el beso de siempre (tus entradas son geniales)

Silderia dijo...

Ro: depende de lo que le ponga a tu marido. Ya a sabes que tu hermano es fan de la bata de guatine y los rulos.

Druida: eso siguen siendo disfraces, los que toma la imaginación para montar historias.

Besos a los dos