ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




2 de abril de 2008

Piercing. Capítulo II.

PRIMER DÍA: “EL ATS

Susana está en su cuarto terminando de arreglarse cuando escucha el sonido de la bocina de un coche que pertenece a de su novio Manuel, se asoma por la ventana y ve como este se echa hacia el volante, y se asoma al cristal delantero del coche para ver si ella se a asomado a la ventana indicándole que le ha escuchado y que baja enseguida.

Si enseguida, eso siempre pasa, Susana deja todo lo que concierne a arreglarse siempre para última hora por lo que, cada vez que Manuel, se asoma por el coche para ver si ella ha escuchado el ruido de la bocina del coche, esta se asoma por la ventana y le abre la palma de la mano enseñándole sus largos y finos dedos, señal que quiere darle a indicar que son cinco supuestos minutos los que le quedan para terminar de arreglarse, eso sucede por supuesto, si Manuel, tiene suerte ese día.

Tras quince minutos de espera, contados por el reloj, que han pasado lentamente mientras el novio de Susana escucha canciones en la radio del coche, esta aparece por las escaleras del portal de su casa, muy arreglada pero, por supuesto, en pantalones, cosa que poco le gusta a Manuel, ya que dice que tiene unas piernas muy bonitas y debería de enseñarlas aunque, como todo hombre que no ha llevado una falda en su vida, no se da cuenta de que están en pleno invierno y que Susana, no tiene ganas de pasar frío ese día.

- ¿Por qué no te has puesto una falda? – le dice Manuel un poco decepcionado – como has tardado tanto creía que te estabas arreglando.

- Y lo estaba haciendo, mira me he puesto estos pantalones tan ajustados que me he comprado en las rebajas hoy, ¿qué pasa, no te gustan? – le contesta Susana haciéndose la remolona.

- Si no es que no me gusten pero, es que estás tan guapa con faldita que creía que hoy te la ibas a poner – le contesta su novio con voz de pena.

- Pero....¿A ti qué te pasa?, vamos a ver – le dice Susana un poco mosqueada – estamos a 13º de temperatura, ¿tú te crees que hace tiempo para ponerse unas medias finas y una faldita corta?, se me iban a helar hasta las ideas. ¡Tú estas loco si piensas que con este frío y para ir a dar solo una vuelta me voy a poner una falda!.... Desde luego, que el día que me digas que ¡qué guapa estoy! monto una fiesta – le reprime Susana – Anda, arranca el coche y vámonos antes de que me arrepienta y suba a sentarme en el sofá a ver la tele con la mantita y la estufa puesta.

Manuel pone cara triste y arranca el coche, van sin rumbo fijo a dar un paseo para matar el tiempo hasta que llegue la noche, que es cuando han quedado con unos amigos para ir al cine.

- ¿Dónde vamos? – le dice Manuel a su novia.

- Ah, no sé. Donde tú quieras – le contesta Susana mosqueada.

- Siempre soy yo el que elige el sitio. Por una vez podrías elegir tú – le replica él.

- Pero, ¿tú crees que después de lo que me has montado por la falda yo tengo ganas de ir a algún sitio contigo ahora mismo? – le dice ella en un tono bastante enfadado y remarcado.

- No creo pero, si ya sabes como soy, porqué no intentas mosquearte un poco menos y pasar de mí cuando te lo diga. – le dice él a modo de excusa.

- Y si tú sabes cómo me pongo, porqué no intentas pasar un poco de decirme la típica frase que todos los días escucho: ¿porqué no te has puesto una falda? - lo hace imitando sus voz de una forma burlona- Me gustaría verte en pleno invierno con una falda corta, unos tacones finos y unas medias que, por cierto, no quitan el frío ni a tiros. Seguro que si más de un tío lo probara se le quitarían las ganas de decir esa fracesita.

- Bueno vale, dejemos la conversación. Te apetece ir a la tetería o no es hora de tomar un té – le dice Manuel.

- Hoy no vamos a ir a la tetería – le dice Susana. – Vamos a ir a un sitio especializado en hacer pendientes que me voy a hacer uno. – le dice de forma pícara.

- ¡¡¡¿Cómo?¡¡¡ - le dice un poco escandalizado Manuel ya que no se acaba de creer lo que ha escuchado.

- No querías que te dijera dónde íbamos a ir, pues ya tienes un sitio donde llevarme – le dice Susana.

Pasados unos minutos de silencio, mientras Manuel conduce le dice:

- ¿Puedo hacerte una pregunta? – le dice Manuel.

- ¿Cuál?

- ¿Dónde te vas a hacer el pendiente? – le dice en un tono un tanto inocente – es para saber a que tipo de especialista tengo que ir, porque tu sabes que no es lo mismo en una oreja que en otra parte del cuerpo – le dice en un tono serio y responsable.

- Vamos a una clínica especializada, y que sepas una cosa, tanto si es en la oreja como si no, hay siempre que ir a buenos sitios, no a un cualquiera. ¿O tú te crees qué todos los pendientes que tengo en el cuerpo me los ha hecho un matasanos?

- No pero, me puedes decir ¿dónde te lo vas a hacer? – le dice Manuel en un intento por salvar sus dudas surgidas respecto al serio asunto que está discutiendo con su novia.

- Solo te diré que me lo vas a regalar tú, así que ya estás yendo a un cajero y sacar dinero porque este tipo de pendientes cuesta caro – le dice en un tono un poco de mando – A demás, me dijiste que tú me lo ibas a regalar si quería hacérmelo, así que vamos antes de que me arrepienta de lo que voy a hacer.

- A la orden mi sargento – le contesta Manuel y pone rumbo al primer cajero que pertenezca a la sucursal en la que él deposita la nómina de todos los meses.

Al llegar al cajero, para el coche en doble fila y mirando a su novia con cara de contento y asombro a la vez le dice:

- Espera aquí, si viene la policía me avisas. No tardo nada – le dice con voz alegre – Ah, otra cosa, no pienses mucho en lo del pendiente a ver si se te quitan las ganas que en un minuto estoy aquí.

El cajero le escupe el dinero tras unos minutos, corriendo se mete en el coche y se encaminan hacia la clínica para que Susana pueda hacerse su piercing. Manuel tarda menos de cinco minutos en llegar, ya que no se fía en si su novia se va a echar atrás.

Una vez encontrado el aparcamiento Susana y Manuel entran a la clínica, entonces Manuel le dice:

- Espera antes de entrar que voy a por la cámara de fotos – le dice Manuel en forma de cachondeo a su novia - Es para que tengas un recuerdo del antes y del después.

- Desde luego que cada día estas peor, ni se te ocurra ir a por la cámara para sacarme fotos mientras el ATS me perfora los genitales – le contesta Susana.

- Solo era una pequeña idea para tener una prueba de este momento histórico – le continúa diciendo.

- Anda, déjate de ideitas y vamos para a dentro antes de que me arrepienta de lo que voy a hacer.

- Pero, ¿de verdad que no me dejas coger la cámara de fotos?, si está en el coche, te aseguro que no le enseñaré a nadie estas fotos – le dice Manuel en un último intento.

- Te aseguro que no te dejo coger la cámara, así no podrás enseñarle a nadie nada – le dice su novia mientras entran por la puerta del ATS.

Tras una media hora, salen los dos muy agarrados . El motivo era que Susana se había mareado y no podía moverse mucho así que Manuel, le ayuda a sentarse en el asiento delantero del coche, le cierra la puerta y se introduce en el asiento, por la zona del conductor y, mientras pone la llave en el contacto abre la ventana de Susana para que le de el aire y así se le quite el mareo:

- A que no ha sido para tanto – le dice Manuel mientras va conduciendo camino de casa de Susana.

- No, solo me he mareado lo suficiente como para confundirte con una top model pero, no ha sido tan fuerte – le contesta con desaire.

- Bueno ya veo que estás mejor. Ahora te acompaño a tu casa y te pones la faldita para que no te hagas daño con el roce del pantalón – le dice su novio.

- Vale. Ahora ya sabes que estarás a pan y agua diez días – le comenta Susana – Así que conciénciate de que vas a estar sin mojar mucho tiempo.

- Ese es el único inconveniente que le veo a esto – le contesta – que no se como voy a aguantar diez días sin disfrutarte.

Susana se ríe tras haber escuchado esto y se pone a mirar la carretera desde la ventana abierta que le ha abierto Manuel y deja que el aire le de en la cara durante el camino. Mientras Manuel, no sabe que cara poner, tienen un sentimiento entre alegría porque su novia ha hecho algo por él que no se esperaba y que, a demás, era algo que deseaba mucho y, al mismo tiempo, de pena ya que no le gustan tener que esperar diez días sin hacer nada de sexo.

Llegan al portal de Susana, entonces Manuel le acompaña hasta su casa, se sienta en el salón y espera pacientemente a que Susana se ponga la falda y las medias. Tras unos minutos ella sale del cuarto y se van al lugar de encuentro donde habían quedado con unos amigos para ir a cenar y al cine.

1 comentario:

sangreybesos dijo...

Piercing 2: Ahora va el novio y se pone un pendiente en el prespurcio...