ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




8 de abril de 2008

Selene. Capítulo IX.

CAPÍTULO IX: ERES…………..

Selene entra a la cafetería, después de un largo fin de semana trabajando, puede relajarse junto a sus amigas. Todas ellas se encentran muy tranquilas tomando un estimulante, con el fin de poder afrontar, lo mejor posible, la larga jornada de clases. Cuando Lucía hace su aparición por el bar. Tiene ojeras, se nota que ha pasado toda la noche llorando, tiembla y su aspecto está un poco fuera de lo normal.

- ¿Puedo sentarme? – Dice sin querer levantar la cabeza del suelo. Cuando Selene quita la maleta, de la silla contigua. – Gracias, creía que no volverías a hablarme, después de lo que hice.

- Sabes que eso no es verdad.

- Pues éstos días no nos hemos dirigido casi la palabra. – Se seca las lágrimas con el pañuelo de su mano. – Creía que sólo estabas celosa porque yo me había llevado a Roberto,.. – Estalla en un río de lágrimas. – Tenías razón, es un cabrón. ¡Un puto cabrón de mierda!

- ¿Qué ha pasado? – Dice Inma.

- ¿Qué te ha hecho? – Añade Virginia.

- ¿Te ha pegado? – Sigue Rebeca con el interrogatorio, mientras Lucía sigue llorando y llorando.

- Este no es el mejor sitio para hablar. – Interrumpe Tina. – El grupo de las brujas está vigilando, ¡vámonos a otro sitio!

- Pero niña, ¿qué hacemos con la clase?

- A tomar por saco la clase, ¿nos vamos en tu coche? – Dice cogiendo sus cosas, y las de su amiga. – Inma, si quieres, ¡quédate! Y coge tu los apuntes, no pasa nada. Lo que Lucía, no necesita, es que haya mucha gente interrogándola.

Todas, menos Tina y Selene, se van con Lucía. Saben que no es preciso que estén todas y, mucho menos, atosigarla a preguntas. Selene odia estos momentos, sabe que le han hecho daño a una persona que aprecia, aún así no puede evitar aborrecerlos, sólo va junto a su amiga, porque ella misma se lo ha pedido.

Cogen el coche y se dirigen a casa de Selene, el único refugio seguro. Al se las única que vive independizada, hay menos riesgo de fisgones indeseados y, es más probable, que la amiga recupere la calma. Allí pasarán la noche, esta vez no partirá sola hacia un mundo desconocido, en ese estado. ¿Quién sabe lo que podría llegar a hacer?, sobre todo una persona tan inestable, emocionalmente, como Lucía.

Selene prepara una tila, pone unas pastas, cierra la puerta con llave y vuelve al salón, junto a las otras.

- A ver, ¿qué es lo que te pasa? – Pregunta mientras se enciende un cigarro. - ¿Puedes decirme a qué ha venido ese arrebato?

- ¿Podrías ser un poco más dulce? – Le dice Tina. – ¿No ves como está?

- Roberto me ha dejado tirada como a un perro. – Arranca a decir. - Me regaló este anillo, diciéndome que era especial, y yo le creí.

Enseña la mano con el anillo que, semanas antes, había intentado regalar a Selene. Ella lo mira, lo reconoce, confirma que se trata de la misma cosa. Sólo un leve movimiento de su cara, da a entender que lo ha visto antes, por suerte ninguna de las dos la ha visto. Su amiga, en un ataque de ira, se lo saca del dedo y lo tira, ha caído en alguna parte de la habitación, lejos de la vista de cualquiera de ellas.

- Lucía dime una cosa. – Selene se resbala por el brazo del sofá, hasta ponerse a la misma altura que su amiga. - ¿Te has acostado con él?, dímelo.

- ¿Para qué quieres saber eso?, no remuevas más las cosas, no ves que está hecha mierda. – Replica Tina, dejando la taza de té en la mesa. - ¿Es necesario que te lo diga?

- ¿Es necesario que seas así? ¿crees que hemos venido aquí para verla hecha un zombie en el sofá? ¿por qué crees que Roberto ha pasado de ella?

- Sí, el primer día me llevó a un hotel. – Se suena la nariz. – Hemos estado quedando unos días más, la segunda vez me dio el anillo, poco después las llamadas eran cada vez más tarde.

- Hasta que no te ha vuelto a llamar, y te lo has cruzado en el pasillo de clase. – Continúa Selene con la historia. - ¿Es así?

- Si. – Se vuelve a secar las lágrimas y se coloca en el asiento del sofá.

>> Estaba esta mañana llegando a clase, cuando veo a Roberto a lo lejos, me acerco a él.

- Hola Roberto, ¿qué tal?

- Ah, hola Luci. – Me responde con voz apagada.

- Oye, ¿te pasa algo? ¿puedo ayudarte? ¿he hecho algo que te molestara?

- Lucía, será mejor que no volvamos a vernos, lo he pasado muy bien contigo, pero busco otra cosa. ¿Lo entiendes?

- No, ¿y el anillo, creía que significaba algo?

- Es una de las muchas cosas que regalo. – Mira a su alrededor. – Simplemente creí que te gustaría, no significa nada especial. Lo siento, pero tengo cosas mejores que hacer, ¡olvídate de mi!

- Pero….

- No te pongas como una niña. ¡Se acabó!, tu conseguiste lo que querías y yo también, aunque no era lo que me esperaba, así que adiós. – Se da la vuelta y se va.

<<

- Y tú que pensabas que estaba celosa. – Apaga el cigarrillo. – Lo ves, ¿cómo no eran celos?, ¡os avisé!

En ese momento suenan unas llaves, alguien está entrando al piso. Es Yu, la compañera de Selene. Entre las sombras, del descansillo, aparece una figura pequeña, de pelo largo y lacio y facciones orientales.

- Hola, ¿qué pasa aquí? – Dice la recién llegada.

- Los tíos, que son unos cabrones. – Le contesta su vecina de cuarto. – Por eso no hay que fiarse de ninguno.

- Para eso yo tengo un buen remedio, cura todos los males. – Suelta la chaqueta, el bolso y va directa a la cocina. – ¡Verás que bien te sienta!

En pocos minutos Yu, vuelve a salir con un pastel y una tetera. Tina hace hueco en la mesa, mientras Lucía llora, desconsoladamente, en el hombro de su amiga. Una de las inquilinas, corta un trozo de pastel, lo coloca sutilmente en el plato y se lo da a la desconsolada Lucía. Con el berrinche, no es capaz casi de tragar, pero lo consigue. En pocos minutos la tormenta amaina y, sus estruendosos gritos, se callan. Lucía comienza a reírse sola, se levanta, baila por el salón, mira a las compañeras y se ríe.

- ¿Qué le has dado? – Pregunta tina, todavía no se cree lo que acaba de ver.

- Es una receta que me traje de Ámsterdam. – Responde con una medio sonrisa. – Veo que ha funcionado, verás como en poco tiempo se tranquiliza.

- Eso sino se tira por el balcón antes. – Dice Selene.

Un rato más tarde pegan a la puerta, son el resto de amigas. Ya han terminado las clases y van a darle apoyo a su amiga. Cuando llegan ven como Lucía está cantando a todo pulmón, con la manta del sofá puesta sobre los hombros y riendo, como una descosida.

- Selene, ¿Qué pasa aquí? – Dicen todas a la vez.

- Uno de los remedios de Yu, que la ha puesto a pegar botes.

- Ave maría cuando serás mía, si me quisieras…… - Sigue cantando y haciendo la coreografía. – Este pastel es una bomba, tienes que darme la receta. – Se dirige al cuarto de Selene y se cae dormida, de repente, en el sofá.

- Estará así hasta mañana. – Dice Yu, explicándoles a todas. – Por la mañana todo le parecerá mejor.

- Bueno, espero que os hayáis traído los pijamas, porque va a ser una noche larga. – Selene coge el resto de platos y va colocando, pequeños trozos de pastel, en cada uno de ellos. - ¿Os apetece probar el pastel? – Le ofrece un pedazo a Tina, que lo coge con una sonrisa.

- Sino puedes con el enemigo únete a él. – Añade Virginia, cogiendo una cucharilla.

- Sería de mala educación no aceptarlo. – Expresa Rebeca cogiendo el plato.

- Sólo un poquito. – Dice Inma, con la boca chica.

- Un poco de diversión no le viene mal a nadie. – Dice Selene, metiéndose el primer trozo en la boca.

- Un momento que voy a hacer un té de hierbas aromáticas, que traje de mi país. Para bajar el pastel. – La compañera de Selene, vuelve a la cocina, para calentar el agua.

- ¿No se despertará? – Pregunta Rebeca, cerrando la puerta del dormitorio.

- Con lo que ha comido tiene para toda la noche, y si lo hace le damos más. – Dice Inma. – Igual que nosotras. – Y todas comienzan a reírse.

2 comentarios:

sangreybesos dijo...

La marihuana no cura los males de amor... sólo los anestesia.

Silderia dijo...

Pero ella necesitaba una para poder pasar un buen rato, el mal de amor se cura con el tiempo o con otro novio