ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




23 de abril de 2008

Piercing. Capítulo V.

CUARTO DÍA: “EN EL TRABAJO”


Hoy es martes pero, la fiesta del lunes ha hecho que comience este día la semana laboral para la mayoría de las personas.

Susana, como todos los días, se incorpora al trabajo bien temprano, aún le molesta un poco el pendiente, por lo que le resulta muy difícil sentarse con normalidad y, mucho menos, mantener una postura normal en su asiento.

Nada más llegar al trabajo saluda a los compañeros por los que pasa a su lado, y al intentar sentarse en su silla, se levanta de un salto antes de que su trasero toque la base de la misma, Susana vuelve a intentar sentarse, esta vez más pausada y tranquila hasta que lo consigue. Por supuesto, la cotilla de la oficina se ha dado cuenta y tarda muy poco tiempo en acercarse a Susana para preguntarle:

- Susana – le dice la cotilla.

- Qué quieres, Ana – le dice Susana con cara de pocos amigos y bastante desgana.

- ¿Té pasa algo?, es que te veo mala cara y he notado que te cuesta un poco moverte – le dice con falso interés.

- No, simplemente que me duelen un poco las piernas – le contesta Susana, a ver si se la quita de en medio de una vez por todas, aunque eso parece imposible.

- ¿Y eso? – le sigue intentando sonsacar.

Susana la mira el ordenador mientras piensa.

“Ahora qué le digo a esta imbécil para quitármela de encima, aunque eso, claro está es una odisea, a lo mejor le digo que he hecho un ejercicio brusco, nó, mejor le digo que tengo una infección, aunque si me digo la verdad, me gusta más lo primero y más sabiendo que esta no se echa un novio ni a tiros”

- Es que ayer hice un ejercicio brusco y tengo unas cuantas agujetas – le contesta tras pensar esto.

- Pues ten cuidado, creo que no deberías ir al gimnasio hasta que no te pongas bien del todo – le contesta con retintín.

“Y para colmo me lo dice en forma de burla y con recochineo, a esta la espabilo yo” piensa Susana antes de contestar.

- No si no ha sido del gimnasio mona, ha sido del coche – le contesta con ironía y un poco de recochineo.

- Bueno, pues espero que te haya aprovechado el coche, en ese caso – dice mientras que se da la vuelta – yo buscaría otros lugares más cómodos, en ese caso, como por ejemplo una casa.

- Algunos tenemos novio y coche, no casa y un consolador escondido en el cajón de la mesilla de noche, nena – le contesta mientras observa como se va.

“A ti te iba a decir lo que me pasa, cotilla, para que se lo cuentes a toda la oficina, arpía”, estos pensamientos son interrumpidos por Imna, que le comenta:

- Qué le has hecho a “doña sabelotodo” que está tan mosqueada – le contesta Inma muy contenta.

- Nada, solo que las verdades duelen – le dice Susana.

- ¿Qué era lo que quería? – le dice su amiga.

- Saber lo que me pasaba pero, no tengo ganas de decírselo – le dice mientras está mirando unos papeles.

- Y qué es lo que te pasa – le dice Inma – Vamos, si no es mucho preguntar.

- Solo es una infección en la vagina pero, nadie tiene porqué enterarse y si se lo digo a esta lenguetona todos van a ir diciendo que tengo el chocho malo y no tengo ganas. Así que le he dicho que tenía agujetas y no precisamente del gimnasio – le dice Susana.

- Se habrá puesto como una loca – le dice Imna con voz alegre.

- No lo sabes tú bien – le contesta Susana mirándola con cara de complicidad.

3 comentarios:

sangreybesos dijo...

Hablando de verdades dolorosas: Nadie llama a nadie "doña sabelotodo" en esta era.

Silderia dijo...

Eso es lo que tu te crees

sangreybesos dijo...

Desde que terminé el instituto, es que no me entero cómo hablan los jóvenes de hoy día...