Hoy en la mañana, yo estaba soñando, cuando un inmundo ruido, procedente de otro planeta, me despertó. Abrí los ojos y, pude ver a aquella criatura con dos grandes chichones y una antena que iba de un lado a otro sin parar. También pude observar, su gran cara redonda con dos antenas que no se movían a penas y una, un tanto nerviosa, que no paraba de dar vueltas.
Me levanté de un salto y me abalancé sobre él, como una estampida cuando ve un depredador que se los va a comer uno por uno, sin dejar ni siquiera sus blancos huesos. Lo primero que hice fue tirarle la almohada y, una vez en el suelo, empecé a pisotearlo sin compasión. Me gustaba oír como, poco a poco, su grito se iba apagando y como u pequeña antena saltaba por los aires.
Cuando terminó la cacería, quité mis pies y vi un montón de tuercas y tornillos sin olvidar los muelles. ¡Hummmmmm!......... el sabor de la victoria sobre la máquina. Era mucho mejor que cualquier cosa. Pero, ¡hay! ¿Por qué lo hice? A la mañana siguiente me levanté tarde, y no pude ir al trabajo. Ahora me lamento pero, qué gusto me dio no ver a ese ser tan ruidoso encima de mi mesilla de noche.
Ahora he tenido que comprarme otro. Pero, como me vuelva loco, y de eso estoy seguro. Le pegaré una buena patada hasta el cubo de la basura y me daré el gustazo de levantarme, otra vez tarde, un día de diario. ¡Maldito despertador¡
Me levanté de un salto y me abalancé sobre él, como una estampida cuando ve un depredador que se los va a comer uno por uno, sin dejar ni siquiera sus blancos huesos. Lo primero que hice fue tirarle la almohada y, una vez en el suelo, empecé a pisotearlo sin compasión. Me gustaba oír como, poco a poco, su grito se iba apagando y como u pequeña antena saltaba por los aires.
Cuando terminó la cacería, quité mis pies y vi un montón de tuercas y tornillos sin olvidar los muelles. ¡Hummmmmm!......... el sabor de la victoria sobre la máquina. Era mucho mejor que cualquier cosa. Pero, ¡hay! ¿Por qué lo hice? A la mañana siguiente me levanté tarde, y no pude ir al trabajo. Ahora me lamento pero, qué gusto me dio no ver a ese ser tan ruidoso encima de mi mesilla de noche.
Ahora he tenido que comprarme otro. Pero, como me vuelva loco, y de eso estoy seguro. Le pegaré una buena patada hasta el cubo de la basura y me daré el gustazo de levantarme, otra vez tarde, un día de diario. ¡Maldito despertador¡
3 comentarios:
Lo que me recuerda que tenemos que comprar un despertador; estoy harto de lanzar el móvil contra el armario...
Jejejeje. Solo deberiamos despertar con un beso.
Un Abrazo
Cariño: no te preocupes, he acolchado la pared del armario para que el móvil no sufra daños.
Edu: bonita forma de despertar, pero sólo puede cumplirse los fines de semana, el resto de los días nos supeditamos a horarios tempraneros para llegar al trabajo.
Besos
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