ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




14 de diciembre de 2009

Selene. Capítulo LXIII.

CAPÍTULO LXIII: DE VUELTA A LA REALIDAD.

Tras horas de conversación entre Gerar, Luis, Fepico y su amada abuela, Selene y Yu, estaban ya un poco cansadas, por lo que decidieron que era de cortar la fiesta.

- Nos vamos – dijo Selene agarrándose al brazo de su novio.

- ¿¡Tan pronto!? – le responde este.

- Son las ocho de la mañana – le responde -. Es pronto según se mire, si vas a ir a trabajar vas bien tarde, si es para ir a comprar, todavía es pronto pero, si no has dormido en todo el día anterior, es que es demasiado tarde – le dice Selene un poco mal humorada -. Así que… ¡Vénga! Dile adiós a tu amiguito y vámonos al hotel.

- ¿Un hotel? – dice Gerar -. ¡Aquí!…. ¡Imposible!

- ¿Cómo? – dice Selene parpadeando rápidamente -. Hay uno a pocas calles de aquí, es donde hemos dejado las cosas.

- Lo dudo mucho chiquita – le responde con aire superior.

- A la próxima te arranco la entrepierna de una sola vez y te hago comer tu propia polla – le dice la diosa molesta.

- Eres de armas tomar… ¿verdad? – se eleva más Gerar.

La respuesta de Selene no se hace esperar, se eleva grácilmente en el aire apartando toscamente a Luis.

- Te acabas de meter en un buen lio – le dice Yu apartándose -. Está mosqueada – le dice sonriendo mientras oculta su vista tras un flequillo azabache.

- No creo que lo de chiquita haya sido para tanto – dice Fepico apartándose del camino.

- ¡Tienes muy mal genio jovencita! – le dice la abuela mirando al techo y moviendo el dedo índice de forma acusadora. Sin embargo, por si las moscas, va haciendo una retirada estratégica bajo la primera mesa que encuentra.

- La verdad es que no sería para tanto si a Selene no le afectara el sueño al humor y lleva muchas horas sin descansar – mira a Fepico y a la abuela riéndose -. Muchas horas… más de la que puede aguantar, está cansada, con muchas ganas de dormir y Gerardo no le cae muy bien, así que rezar lo que sepáis – sonríe entresacando la catana -. No se os escuchará, pero todo consuelo será poco.

A pocos metros, Luis se ha metido detrás de la barra, la gente parece no inmutarse por lo que está sucediendo y, sin embargo, el estruendo es terrible. Está irritada, igual que un bebé cuando no se le permite hacer lo que le place en un momento. Quiere su caramelo, su descanso, su cama, y lo quiere ahora. Una diosa no espera nunca, lo que desea lo coge, y eso Selene lo sabe muy bien, podía haber aguantado un poco más, pero no quería, podía haber pasado de aquel hombre brabucón, pero tampoco le apetecía hacerlo. Los diminutivos estaban prohibidos fuera de su círculo más íntimo y él no pertenecía a ninguno.

Su fuerzas salían de entre el agotamiento sufrido, sus ansias, provocadas por la ira, eran demasiado fuertes para dejar correr alto tan simple como una gota de agua en el mar. En otras circunstancias, quizás hubiera mantenido parte de su calma, sin embargo, aquel brabucón, venido o permanente, en alguna parte de un infierno desconocido, había agotado su última baza, una simple palabra de disculpa, un silencio o el simple hecho de cambiar el tema, le hubieran salvado el pellejo. Aunque, Selene sólo daba una oportunidad y esta había sido agotada en un abrir y cerrar de ojos.

- ¿Dónde estamos? – dijo una vos doble, aguda y ronca a la vez, seguidos de una mirada fría y penetrante -. No voy a preguntarlo más.

- En el infierno.

- Eso ya lo sé – dice la ninfa transformada en demonio -. Ahora dime lo que quiero.

- En una dimensión paralela creada por Hades – hace un gesto en su cara -. Aquí es donde vienen aquellos que han cometido todos los pecados juntos.

- Bien – dice en un soplo de aire -. Y el hotel.

- No sé de qué me hablas – sus pantalones se mancharon de un líquido instantáneamente.

- ¿Seguro? - acerca sus manos a la garganta del interrogado.

- Es una casa de acogía para adaptación – dice tragando saliva -. La creó Perséfone para adaptar a las nuevas vivitas.

- Estupendo – dice retirándose -. ¿Cómo volvemos a la tierra?

- Nadie ha vuelto del infierno.

- ¡Iluso! – se escucha desde una mesa doblada en el suelo.

- E… eee….eres un demonio – dice justificándose de nuevo -. Deberías saberlo.

- Creo que no – le responde aquella diosa transformada -. Haz memoria.

- Por allí.

- Veo que no te cuesta trabajo contestar – mira a la mesa caída -. ¡Yu, inspecciona la trampilla!
La pobre hermana aurora se acerca a la misma, de un solo movimiento rompe el candado y mira en su interior. Se asombra al ver lo que hay al otro lado, pero decide callar.

- ¡Está limpia! – dice agitando la mano y mirando a Selene – ¡Lleva directamente a la tierra!

- Está bien – dice Selene - ¡Entrar que ahora voy yo!

Luis fue el último en entrar, con tres cuartas partes de su cuerpo en el otro mundo, echó una última mirada a Selene, como si fuera la última vez que la viera. Agachó la cabeza e introdujo la cabeza, ayudado por la mano que le quedaba libre.

- ¡Joder! – se escuchó decir.

- Ahora te toca a ti.

- Ya te he dicho lo que querías – dice Gerar temblando -. Ya puedo irme ¿no?

- Yo no te dije eso.

La mano se Selene se coloca en los genitales de aquel desafortunado, eleva la cabeza y sonríe desafiante. Aquellos dedos, en el tiempo que dura un pestañeo, arranca los genitales de aquel desafortunado.

Dolorido y casi en estado de shock, cae el suelo de rodillas gritando y mirando al cielo.

- ¡Zorraaaaa! – grita efusivamente -. Me has matado.

- ¿Cómo se puede matar a un no nato? – le dice ella -. No iba ha hacerlo pero tú lo has pedido.
Quita los trozos de tela roída y mojada en orina de aquel trozo de carne muerta, todavía tiene parte de los escrotos colgando de su base. Apunta con el prepucio hacia la garganta e introduce lentamente el miembro viril hasta su garganta. La sangre mana a chorros de entre sus piernas, el hedor del carmesí líquido y la orina pasada, impregnan la nariz del impresentable.

Aquella femenina mano, fuerza la entrada de la carne hasta que ya casi no quedan restos de la misma, entonces, cierra su mandíbula hasta que se la rompe en dos pedazos, seguido por su cráneo. Los sesos se desperdigan por todo el suelo y él, sigue vivo, en la postura inicial, de rodillas, con la boca partida, la nariz hundida y los labios estirados como una serpiente cuando descuadra la mandíbula para tragarse a su presa. No habla, simplemente llora de angustia y dolor.

- Ahora me voy – vuelve poco a poco a su ser -. Espero que te haya sentado bien el aperitivo – sonríe y sale por la trampilla de la pared-. ¡Pero esto!

- A que sí chiquilla – le dice Fepico -. Es un placer volver a casa después de tanto tiempo fuera.

5 comentarios:

Edu dijo...

Bueno, creo que todos nosotros, algunas veces en el dia, volvemos del infierno.
Un Saludo

Silderia dijo...

Dímelo a mi, que algunas veces me parece que todavía no he salido de él. Aunque la tranquilidad de mi casa y la vuelta a un nuevo día, me hacen volver a mi paraiso particular.

Besos

Druida de noche dijo...

El tema no es volver sino entrar al infierno. Porque volver del infierno es hasta placentero pero entrar, entrar es otra cosa..

besos
druida

Silderia dijo...

lo que pasa que estos han entrado ya y están hartos de ver lo que hay, así que han decidido volver a la tierra, de todas formas, les espera la eternidad en esos parajes.

No se como se estará, pero creo que calentito por lo menos.

Besos

sangreybesos dijo...

¿Un lugar para los que han cometido todos los pecados juntos? Qué buenas juergas deben correrse allí, oye...