ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




21 de diciembre de 2009

COSTUMBRES Y TRADICIONES.

Faltan pocos días.

Por fortuna o por desgracia, según quien lo mire, faltan pocos días para la navidad, el solsticio de invierno, las vacaciones de invierno y demás celebraciones que acontecen en la misma fecha. Ahora todos nos reunimos como siempre hacemos, nos reímos juntos, nos acordamos porqué odiamos esto y aquello y, tras la fecha, descansamos con un buen dolor de barriga, fruto de una gran ingesta de comida (parece que no comemos en todo el año.)

Aunque, como siempre, la vida no está exenta de aquellas personas, parecidas a aves de rapiña con unas grandes orejas, sin propósito de escuchar nada (sólo les sirven de adorno) y una gran boca que fomenta el echo de pronunciar cosas que ni siquiera piensan.

Entonces es cuando me da por mirar a mi alrededor, veo un montón de luces horteras que sólo sirven para gastar luz, algunas telas que conmemoran el nacimiento de alguien a quien adoran ciertas religiones, unido la mezcla de varias culturas como el árbol, la costumbre el muérdago o la llegada de un señor regordete, vestido de rojo, con el pelo blanco y cara de bonachón. Todo ello fruto de la importación de otras costumbres y no sólo de la tele o de americanismos.
Todos tenemos nuestras propias costumbres.

Bueno, pues volviendo al tema que envuelve el aire, y del que nadie se acuerda el resto del año, todo el mundo tiene ciertas tradiciones que cumple por estas fechas, y yo, por supuesto, no iba a ser menos. Una vez al año, pienso cada vez que lo hago, aunque ciertamente lo haga más veces, por lo que mejor sería decir que la última hasta que un número cambie en una fecha imaginaria y supuesta. Son cosas de las que no me muero si no las hago, pero que me gusta hacerlas siempre, así por ejemplo, ver la típica película que mucha gente ve, de aquel gran Henry Selec, que no de Tim Burtom, pesadilla antes de navidad o comerme unos huevos fritos con jamón para desayunar el último día del año, son algunas de las cosas que me gusta hacer. Sin embargo tengo más, algunas de ellas pueden ser curiosas como el coser todo aquello que tiene un agujero en mi ropa, recordar todo lo que me ha acontecido este año (normal pensaréis, pero ciertamente miro lo malo, lo que tengo que cambiar y elijo aquello que dejé para otro año) y, entre toda mi filmoteca, algo que me encanta hacer, por supuesto el ver otra película, la princesa prometida y leerme de nuevo el libro.

No se si este año dará tiempo a ello (he descifrado esas páginas unas cinco veces, por lo menos, desde que me lo regalaron.) Aunque, en cuanto a ambas cosas, cada vez que mis ojos vuelven a ver aquella fantástica producción o aquellas maravillosas frases escritas, mis ojos no pueden evitar llorar, por un amor añorado y encontrado, por todo lo que me hizo soñar de pequeña, por aquellos años malgastados y aquellos días encontrados, por todo lo que me hace sentir, lloro como una descosida a moco tendido. Un mundo nuevo de sentimientos se abre ante mi cuando la recuerdo, al volver a rememorar a Badercap y Wesly en su búsqueda por la felicidad. Y después de terminar, llega una gran calma, un montón de pañuelos de papel mojados de lágrimas y sonadas de nariz, unido a una completa alegría por ver que fue la única película con la que he llorado en mi vida, con la que sigo derramando lágrimas y que me causa las mismas sensaciones que el primer día. Para algunos puede sonar cursi, para otros bonito, para mí sólo es una parte interior que aflora y me hace pensar.

Buenos propósitos.

Otras de las cosas que surgen son los buenos propósitos, el pensar que puedes ser mejor, dejar de fumar, mejorar el estado físico, cambiar de vida… Queda muy bonito cuando lo dices o lo piensas pero… ¿Cuántos los cumplen? Puedo aseguraros que un 99%, hasta para eso somos hipócritas. Pides por personas que no te importan, porque mejore tu vida, aunque no te esfuerces lo más mínimo porque esto suceda, porque… porque…. Lo cierto es que todo se convierte en una sarta de mentiras.

Pues bien, como todos los años, yo tengo mis propias propuestas, que todo vaya igual de bien como me ha ido en estos últimos cinco años, que pueda divertirme cada vez que quiera, continuar con las ganas de vivir y que lo acontecido en estos meses sea para toda la vida o, por lo menos, que sea feliz mientras dure. Parece mucho ¿verdad? Lo cierto es que si te esfuerzas no se pide tanto, tampoco son imposibles, aunque simplemente se basa el verle el lado positivo a las cosas.

Lo cierto es que todos los días son buenos para hacer buenos propósitos, aunque nunca se ve el día indicado para ponerse a régimen, eso es cierto. Únicamente quiero que todo siga igual de bien ya que, como los que me leen asiduamente sabéis, no le pido a nadie porque me parece de idiotas decir cosas al aire que no tiene oídos, aunque todas las creencias son respetables y yo aquí digo lo que me da la gana.

Para todos aquellos, ateos, agnósticos y creyentes (no voy a seguir porque se va a parecer a cierto anuncio de bebidas), que paséis unas buenas fiestas. Para los que las tengan ¡claro!, y para el que no, que se pasen lo más rápido posible y sin muchos estragos.

1 comentario:

sangreybesos dijo...

Yo lo único que digo es: ¡¡¡Benditas vacaciones!!!

Bueno, eso y: ¡¡No vuelvo a ver La Princesa Prometida contigo!! Es broma, soy fan de "Inigo" Montoya...