ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




30 de noviembre de 2009

Selene. Capítulo LXII.

CAPÍTULO LXII: GERARDO GERAR.

Con los ojos entrecerrados y las manos bien dispuestas a desenvainar la espada, una de sus manos la asía fuertemente. Pronto se oyó algo, un leve crujir de madera acompañada por el ruido oxidado de algo invisible.

Yu, muy segura de sus sentidos anexos a la vista, se disponía a atacar al más mínimo indicio de que alguien se acercaba, sin embargo, nada ocurrió. Un ruido, nada más que indicara peligro alguno.

- En mi bar están prohibidas las armas blancas muchacha – dice un hombre tocándole en hombro por la espalda.

La reacción de la chica no se hace esperar, se agacha rápidamente y con la punta de aquel acero templado apunta justo a la mandíbula inferior de aquel que ha osado acercarse.

- Si insiste puedo dejártela un ratito – le responde quieto como una estatua.

- ¿Quién eres? – le dice apretando levemente el mango hacia arriba -. No me gustan las sorpresas. Podías haber muerto en un pestañeo ¿Sabes? – le dice mirando un poco más atentamente -. Odio que me sorprendan de esta manera.

- Vale – dice aquel hombre -. Lo he entendido. Y ahora… Si eres tan amable… ¿Podrías quitarme esto del cuello? Soy un poco alérgico a toda cosa cortante que se acerca a mi.

- Aún no has contestado a la pregunta.

- Soy Gerardo, el dueño del bar.

- Querrás decir el antro.

- Me ha costado mucho dejarlo a mi gusto – le replica -. ¿A que es una maravilla?

- Para beber garrafón – enfunda la espada y se levanta -. Ven… Te presentaré a alguien… Seguro que harás buenas migas con él.

- ¿Es como tú?

- No.

- Entonces te acompaño.

En pocos segundos se encuentran delante del resto de componentes del grupo.

- Mirar lo que he encontrado ahí dentro – dice Yu empujando al dueño del hombro -. Otra lagartija.

- Sin insultar.

- No te ha insultado – le dice Fepico tomando una copa -. ¡Créeme! Viniendo de ella es todo un cumplido.

- ¿Seguro? – le responde tocándose el lugar donde la espada ha besado su piel.

- Mantienes la cabeza en sus sitio y te ha presentado a nosotros – dice Fepico encendiendo un cigarrillo -. Le has caído bien… Es lo más que puedes esperar.

- Oye – le dice oliendo el humo del cigarro -. Eso es….

- Si exactamente – responde Fepico dando una calada profunda.

- ¿De dónde?

- Mis fuentes son muy extensas chico – le dice sonriendo -. No preguntes. Aunque tampoco te voy a dar – da un sorbo a su copa -. Es muy cara y cuesta un ojo de la cara.

- No exageres – le dice Luis -. Tú no tienes muchos medios para conseguir algo así de caro.

- No he dicho que sea caro – le responde Fepico -. He dicho que cuesta un ojo de la cara – le da otro sorbo a su copa -. Y estoy harto de rebanar cabezas para conseguir sus ojos… ¡Ummmm! El garrafón es excelente – se dirige a Gerardo -. ¿Cuánto te pagan por esta mierda? Me gustaría comercializarla en mi pub.

- 7 euros por copa.

- ¿Qué? – dice Fepico espurreando la bebida.

- Pufff – se escucha justo en la nuca de Fepico que baja la cabeza violentamente por el impacto -. Te he dicho que se traga antes de hablar – le dice la abuela -. ¡Mira lo que pasa! Una copa de buen garrafón, hoy día ya no lo encuentras de esta forma.

- ¡Pero si es una mierda! – dice Luis.

- Pero de las mejores que he probado – le contesta Fepico -. Apuesto que el máximo de alcohol que lleva es un 20%.

- Diez – le responde Gerardo -. El resto es receta secreta.

- ¡Anda! ¡Cómo la mía! – dice Fepico dando un sorbo -. Sólo que a mi no me sale con esta falta de sabor – da otro sorbo corto intentando sacar algo del brebaje -. Y lo mejor es que le pagan a 7 euros la copa… ¡Menudo robo!

- ¿Habéis terminado ya con esta conversación de besugos? – dice Selene harta de escuchar.

- Esta es otra simpática.

- Esta simpática tiene mejor carácter que esa otra – señala a Yu -. Pero más mala leche.

- Eso si es verdad – le responde Fepico -. ¿Cómo te llamas?

- Soy Gerardo, el dueño de este lugar – responde mostrando con las manos el sitio -. Mis amigos me llaman Gerar.

- Me quedo con Gerardo – responde Yu.

- Bueno – Gerar se rasca el cogote -. Os invito a una copa. ¡Pedid lo que queráis!

- Para mi una botella de agua – responde Yu -. Cerrada, si puede ser.

Tras un par de horas de charla con Fepico, Luis y la abuela, el hombre se destensa un poco.
Selene y Yu se alejan hacia una de las barras de madera, colocada en una columna, observando el ambiente entre tanto. Lo cierto es que les interesa muy poco la conversación sobre rectas secretas, bebidas adulteradas y demás cosas referentes a un bar de mala muerte.

A lo lejos, se fijan en un individuo, no se ha dado cuenta de que lo vigilan, pero su mirada se dirige hacia el resto de sus compañeros. Se golpea la palma de su mano con el puño de su hermana y mira con ojos golosos a los nuevos visitantes. Parece que quiere conocerlos, aunque, de momento, se mantiene lejos de los mismos.

Un sinfín de cuerpos borrachos, entran y salen de aquel bar de mala muerte, pero de las sombras de ojos amarillentos nada. Parece que han errado en su búsqueda tan deseada, aunque no les viene mal, esa noche podrán relajarse algo, sin bajar la guardia, por supuesto, pero dejando que la música invada sus oídos y sus cuerpos se muevan al son de la guitarra eléctrica y la batería.

2 comentarios:

sangreybesos dijo...

Lo sospechaba... no hay ni un bar decente en el Infierno...

Silderia dijo...

En la tierra tampoco, por lo menos que yo conozca, solo restaurantes caros con poca comida.