ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




24 de noviembre de 2009

Selene. Capítulo LXI.

CAPÍTULO LXI: UN DESCANSO NUNCA VIENE MAL.

Desde el otro lado de la calle, Selene, junto a sus compañeros, observan como se desarrolla la escena. El manicomio se encuentra entre llamas, vigilado por largas serpientes que derraman lágrimas con fuerza hacia ellas. Aquellos grandes hombres luchan por mantener a las víboras sedientas de calor entre sus manos, mientras algunas personas salen corriendo de entre las llamas. Gritan cosas completamente incoherentes, ¿el qué? Importa más bien poco, lo cierto es que ya han conseguido lo que buscaban, el gran libro de recetas diabólicas de la abuela de Fepico, la cual, tras una larga travesía, decide acompañarlos un poco más, antes de descender a los infiernos donde había instaurado su graciosa casita de ganchillo.

- ¡Bueno! – dice Fepico dándole una calada a unos de cigarrillos especiales -. ¡Vamos! O... ¿Preferís quedaros a ver el espectáculo un poco más?

- No lo se – dice Selene -. Creo que me apetece descansar un poco de todo este viaje antes de partir hacia donde esté Victor.

- Me apunto – dice Endimión -. Un poco de risas, algo de sueño y una buena comida nos sentaría bien antes de partir.

- Por una vez estoy de acuerdo con todo el mundo – añade Yu.

- Me parece bien – contesta la abuela -. Pero… ¿Dónde demonios nos encontramos?

- Una cosa es segura – la mira Selene -. Estamos en la tierra, un lugar donde todo es posible, en plena gran ciudad de alguna parte del mundo y donde seguramente…. – mira hacia los lados -. Habrá un hotel donde descansar, algunas tiendas donde poder cambiar esta ropa vieja y algún antro para comer mala comida y beber algo.

- Apoyo la idea de mi niña – la acerca a él cogiéndola por la cintura y dándole un bonito beso en la mejilla.

La decisión fue unánime, todos partieron hacia el hotel más cercano a la zona. Una vez allí, otra vez sin reparar en gastos y sin necesidad de soltar un solo céntimo, como se acostumbraba cuando se iba junto a aquella diosa, se asearon y bajaron al lugar más recóndito que pudiera ofrecerles el entramado de calles. Un lugar oscuro y perdido en las mentes de todos los jóvenes y viejos que por allí vivían, el lugar que jamás se nombra y que todo el mundo conoce. Un lugar donde una pequeña puerta, evitaba las miradas de todos los que osaban intentar encontrarla, se postraba como una curiosidad para la mente incitando al morbo interno del subconsciente. ¿Se atreverían a entrar en aquel lugar los más valientes? Poco tardaron en descubrirlo cuando un hombre, más ancho que alto, sacó a otro, tres veces más grande que él, por la fuerza obligándolo a comerse toda la roña que había en el asfalto.

- Ese es de los míos – dice Fepico tomando su cigarrillo entre dos dedos y señalando con la misma mano.

- Parece un buen lugar para pasar la noche – dice Yu sonriendo -. Por lo menos tendremos entretenimiento del bueno.

- No sé… - dice la abuela -. Parece que está lleno de pelandruscas.

- No veo ninguna puta en la puerta – dice Luis.

- ¡Putas no! – le corrige la abuela -. Mujeres que no son de fiar.

- Estupendo – dice Yu -. Acaba de aclararnos todo en un momento.

- Hija – se dirige a ella la abuela -. Una cosa puedo asegurarte en todos los años que llevo viviendo en el infierno… No hay una sola puta en él.

- Se las quedará Hades para su uso personal – dice dirigiéndose a Selene.

- ¿Entramos? – dice Luis.

- ¡Qué remedio! – se encoge Yu de hombros -. Fepico ha entrado hace un rato mientras hablábamos sobre mujeres de vida alegre y malas mujeres.

Ni un portero, tan solo una bisagra amenazante al abrir aquella vieja y castigada puerta. En su parte central estaba cubierta de celo. El suelo, sucio y pegajoso, agarraba las suelas de los zapatos a cada paso, parecía que deseaba evitar que los extraños se internaran dentro de aquel lugar.
- Suelo mugriento, barra hecha polvo, escenario roído y sin uso desde hace siglos, barra de estríper sin estríper, un montón de borrachos… Para que luego digan que hay cosas diferentes cuando sales de casa… ¡Esto es lo mismo que el pub Put!

- Y me costó mucho hacer de ese lugar un sitio tan acogedor chico – le responde Fepico que aparece con una copa.

- Chicos… - dice la abuela –. Creo que se acabaron nuestras vacaciones.

La anciana señala a lo lejos, su dedo rechoncho y huesudo marca el lugar, a lo lejos, en una pared iluminada, una mano negra se ve perfectamente marcada, no pertenece a nadie y, sin embargo, se comporta como una sombra. Más arriba, unos ojos penetrantes miran hacia el interior de algún lugar para luego desparecer con el resto de su cuerpo.

- Creo que vamos a investigar un poquito – dice Yu a media sonrisa y tocando su catana escondida tras una manga ancha.

Los pasos del alba son sigilosos, lentos y muy coordinados, se asoma cuidadosamente hasta que ve el final de aquel lugar, al otro lado, nada aparentemente. Un simple sigilo y el ruido anexo de la música.

Nota como algo chirría delante de cara, pero la penetrante oscuridad no deja notar lo que es. Sus manos, ahora seguras toman aquella empuñadura milenaria listas para soltar la furia de un colmillo dormido, el sudor frío de su espalda, hace que sus vellos de ericen. El silencio puede cortarse en el aire y el viento se ha parado frente a ella. Algo se acerca muy rápidamente.

4 comentarios:

Edu dijo...

Descansar no viene mal, la verdad, pero emprender aventuras tampoco.
Un Saludo

Silderia dijo...

Lo malo es que esto personajes necesitan un descanso después de haber bajado a los infiernos y volver a subir.

UN Abrazo

sangreybesos dijo...

Estoy con Edu. ¡Viva la aventura! ¡Los seriales son montañas rusas! De camino, te diré que los capítulos de Selene se me hacen cada vez más cortos...

Silderia dijo...

Pues te dire que son todos igual de largo, por lo menss en la extensión que utilizo antes de insertarlos dentro de blogger.