ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




11 de noviembre de 2009

COMPETENCIA DESLEAL.


Una de las tantas mañanas que estoy sola en casa suena el móvil, no miro el número de teléfono antes de cogerlo. ¿Para qué? Seguramente sería Sangreybesos para decirme cualquier cosa, desde te quiero mucho hasta se me han olvidado los calzoncillos sucios debajo de la cama.
Bueno el caso es que cojo el teléfono y la conversación que se inicia es la siguiente:


- Hola buenos días le atiende Maricarmen, le llamamos desde Chorrascart. ¿Es usted la dueña del teléfono móvil 6 algo y lo que sigue?

- Si – le respondo -. ¿Cómo no te ibas a llamar Mª del algo? Todas os llamáis igual. Otra pregunta, ¿respiráis mientras decís eso o hacéis cursos para ver quién aguanta más la respiración diciendo el discurso? – pienso para mis adentros.

- ¿Podría decirme su nombre? Es para saber a quién me dirijo.

- Llámame X – le respondo poniendo cara de guasa (aclaración, lo de X es literal, no es que haya ocultado mi nombre verdadero.)

- X no es ningún nombre señora – me dice mecánicamente.

- Ya – le respondo -. Pero no te voy a decir a quién pertenece este número de teléfono.

- Bueno – dice de mala gana -. Señora X tenemos una oferta para usted – comienza de nuevo a dejar de respirar -. Si se pasa a nuestra compañía podrá conservar su número de teléfono y a demás le ofrecemos la tarifa plana en la que pagará la mitad de lo que paga compañía actual y un teléfono móvil de última generación – para a respirar, creía que aguantaban más pero por lo visto no -. Este móvil es de la marca Nakima con cámara de fotos, vídeo, blue tooth, reconocimiento de voz, HD, MD, USB, IMB, GHN… - ella seguía hablando pero yo dejé literalmente de escucharla -. Bueno señora X, ¿qué piensa de nuestra oferta?

- Que yo el móvil sólo lo uso para llamar y colgar, lo de la cámara es una pollada y que la mitad de las cosas no las voy a usar – le digo sinceramente.

- Pero a demás tiene conexión a internet y messenger – me añade en un intento por convencerme -. A demás le reducimos su tarifa habitual a la mitad. ¿Cuánto paga usted mensualmente por su móvil?

- Nada – le respondo -. Por lo tanto me tendrían que pagar ustedes a mí.

- Disculpe la pregunta – me dice descaradamente -. ¿Para qué utiliza usted el móvil?

- Lo uso de vibrador.


No hubo respuesta, simplemente colgó. Desde luego no era la primera vez que me llamaban, había intentado persuadirles de miles de formas, pero me había resultado imposible. Sus intentos de contactar conmigo terminaban en un – os voy a denunciar a la oficina del consumidor, no llaméis más - el día que me pillaba de malas – no insistas, deja de gastar saliva – el que me pillaba neutra o, en el mejor de los casos, a mi mirando el móvil sonar mientras decía – está intentando comunicarse.


Esto tampoco hará efecto mucho tiempo, pero por lo menos me lo he pasado de muerte con la experiencia, a parte de ello, estaba sola en casa, tirada en el suelo revolviéndome en carcajadas al pensar la cara de la tal Mari algo. Aunque sé que venden aplicaciones para móviles que son vibradores sexuales. Tampoco iba muy descaminada con el asunto.

A ver qué me invento para la próxima vez.

3 comentarios:

Edu dijo...

Tajante respuesta. La telefonias invaden nuestra intimidad, yo por respecto al trabajador/a, no los mando a tomar por....aun asi, ya a veces suelo colgarles directamente.
Un Saludo

sangreybesos dijo...

Y digo yo, ¿de dónde sacan las compañías telefónicas los números de teléfono de los usuarios de la competencia? ¿No existe ningún artículo en toda la Ley de Protección de Datos que nos ampare?
Y aún más importante, ¿yo cuándo he dejado unos calzoncillos debajo de la cama? ¿Estaba borracho? ¿No sabía dónde ponerlos? ¿Conoceremos algún día la verdad?

Silderia dijo...

Edu: los que están al otro lado de la línea sólo hacen su trabajo para un jefe sin escrúpulos que quiere más dinero, y ellos sólo reciben cuatro duros, no me gusta responder pero a veces es mejor que hacer ciertas cosas.

Un Abrazo.

Cariño: no se dónde están tus calzoncillos y en qué circunstancias los acabaron debajo de la cama, por si acaso no miraré allí.