ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




8 de abril de 2009

Selene. Capítulo XLVII.

CAPÍTULO XLVII: LOS REMEDIOS DE LA ABUELA SON LOS MEJORES.

El camino hacia la casa de Hades no era algo fácil de hacer, todo estaba lleno de fragmentos de cuerpos humanos en semidescomposición, asesinos y estafadores caminaban a sus anchas por las calles, corrían escondiéndose de su sentencia, algún que otro puritano extremista y miles de señores de buenas maneras, gritaban mientras sufrían los tormentos del simple hecho de haber ido a parar al infierno. Todo lo hicieron según unas doctrinas, gritaban sus mentes atormentadas por todo lo que estaban viviendo, si es que así se podía llamar. Mientras tanto, Edimión, sufría grandes dolores musculares, Selene intentaba calmarlo, sabía que todo era parte de la transformación y su cuerpo luchaba por transformarse en su forma inicial, aquel cuerpo acostumbrado a las comodidades de la vida moderno no era lo más conveniente en su nuevo mundo. Por ello, grandes músculos luchaban por abrirse paso entre una fibras ya inservibles para ellos, la sangre corría por sus venas a una velocidad extrema y su cerebro aprovechaba para dar miles de vueltas sobre todo. Sentía celos cuando volvía a recordar los amantes de su amada, la rabia lo atormentaba cuando notaba como Víctor, su gran rival, le arrebataba a esa diosa primigenia una y otra vez, sin conseguir cambiar los resultados, vida tras vida. Ahora necesitaba descansar, poner en orden todo aquello y dejar que su cuerpo se transformara poco a poco, en un robusto y gran pastor, amante de la serenidad y devoto de una prole ya inexistente. Sin embargo, no podía, tenía que luchar entre las visiones pasadas y la real, no debía confundir nada en ningún momento, podría volverse loco, entonces Selene volvería a fallar en su intento por tenerlo eternamente.

Entre tanto Yu y la abuela de Fepico, discutían sobre cuál era la mejor ruta, el nieto se mantenía al margen, riendo entre las riñas de las dos mujeres y fumando algún que otro cigarrillo de aliño casero. No podía creer que fuera nieto de Caronte, tampoco la situación en la que se encontraban era digna de una biografía seria, pero siempre le atrajo ese mundo. Ahora lo sabía, eran sus raíces y aunque su madre no lo hubiera concebido en las entrañas de esa tierra, procedía de allí. Un mundo nuevo se abría ante él, sin embargo, ahora no sabía muy bien cuál podría ser su destino. Siempre creyó que acabaría sus días con una botella de licor, tumbado, casi sin sentido, en aquel suelo lleno de suciedad y decadencia, que él mismo había creado en el centro de la ciudad. El fin de sus días lo tenía reservado como un privilegio de Luci, su fiel compañera férrea que ahora lo acompañaba bien sujeta de su mano.

- ¿Estás bien? – le dice Selene a Luis cuando este para afligido por el dolor. – Ten, esto te calmará – ella coloca su mano suavemente sobre la espalda de Luis antes de arañarle brutalmente la piel.

- ¡Qué forma más rara de calmar a alguien! – expresa Fepico al cual se le van a salir los ojos de las órbitas.

- Gracias – le dice Luis aliviado tras notar como su carne se expande.

- Está mutando – le responde Yu a Fepico seriamente. – Forma parte de su vuelta a nuestro mundo - se acerca al sorprendido. – Sino alivia la tensión de su piel puede sufrir más dolor de que ahora sufre mientras su carne se desgarra sola – se acerca a Luis para ayudarle a incorporarse junto a Selene. – Es el precio a pagar – acaba diciendo mientras ambas hacen fuerza par elevarlo sobre sus pies.

- Una cataplasma de guindilla te ayudaría con ese dolor – le dice la abuela a Luis.

Este no sabe que contestar de forma que no pareciera grosero, lo cierto es que puede que le ayude, pero no está dispuesto a sufrir un picor directo en su sangre, a causa de las divagaciones de una vieja loca.

Tras unos pocos pasos, necesita descansar. Están a pocos pasos de la ciudad inicial, la primera de tantas que bordean la guarida de Hades, pero no pueden seguir, las posadas que pueden encontrarse por el camino son demasiado sospechosas y saben que tendrán que correr bastante. Las alas de Yu, idénticas a las de un ángel, no serán bien recibidas en un lugar lleno de malas intenciones como ese. La verdad está en el centro del infierno y han de pasarlo rápido, bordeando las urbes y levantando las mínimas sospechas. Algo difícil para tres dioses, una no muerta que se condenó a ella misma al infierno y a su nieto, el más normal de todos allí abajo.
Luis ya no puede más, siente que está a punto de morir, su corazón se acelera más de lo normal y el pecho se mueve con cada latido, sus brazos se hinchan y suda descomunalmente. Intenta calmar a Selene en su estado, sin embargo lo único que puede gritar es que desea un cuchillo. A lo que su novia no quiere acceder.

- ¡Fepico! – implora Luis. – Dame el cuchillo o la navaja – extiende una mano temblorosa. – Por favor……¡Aaaahhhh! – su cara se descompone a cada segundo que pasa. – Necesito salir de este cuerpo.

- No puedes hacerte eso a ti mismo – le dice Selene angustiada.

- ¿Acabas de rajarle toda la piel de la espalda y le dices que no puede rajarse así mismo? – e increpa Yu. - ¡Deja que acabe él solo con su mutación!

- ¿Y si se hace daño? – le replica su amiga.

- Más del que le has podido hacer tu – señala la sangre de la espalda de Edimión. – Lo dudo – Luis grita cada vez más fuerte. – Fepico, ¡dale el maldito cuchillo! y acabemos con esto.

- Hijo – se dirige a Luis la abuela. - ¡Toma esto! – se acerca a él con un cuenco sacado de quien sabe dónde. – Te aliviará el dolor – Luis la mira desconfiado. - ¡Hazme caso! Es dulce.
Viendo las opciones existentes, aquel maltrecho intento de dios griego se toma el elixir de un solo trago. Su garganta seca, hace que nuez se mueva compulsivamente, no deja ni un solo rastro de aquel brebaje dentro del cuento. Este se rompe contra el suelo cuando una mano lacia y semiinconsciente, deja de sujetarlo fuertemente.

- ¿Qué has hecho vieja loca? – le grita Selene.

- Ya no le duele nada – responde poniéndose bien las gafas y sonriendo. – Ahora duerme como un angelito.

- Estupendo – dice Yu muy seria. - ¡Cómo no teníamos prisa! Ahora tenemos un bello durmiente entre nosotros.

- Serán solo unos días – le responde la abuela. – Cuando despierte se sentirá mejor.

- ¡Seguro! – continúa atacándola Yu. – Habrá acabado la transformación – dice mirándolo. – Mientras podríamos montarnos una bonita cabaña para pasar unos días de descanso ¿no crees? – mira muy enfadad a la abuela. – Este es un lugar fantástico para pasar unas vacaciones entre gritos, asesinos, cleptómanos, demonios, criaturas devoradoras, plantas quemadas, ríos de sangre… ¡Un lugar estupendo para descansar!

- No seas tan optimista – le dice Selene. – Podemos llevarlo con nosotros.

- ¿Se te ocurre alguna forma? – dice Fepico temiendo lo peor entre Yu y su abuela.

- Si, pero tendremos que arriesgarnos un poco – confiesa Selene. – Tendré que transformarme, hacer algo de magia y habrá que volar hacia el centro del hades sin mirar atrás ni abajo.

- ¡Eso es una locura jovencita! – añade la abuela acusándola con el dedo.

- ¿Se te ocurre algo mejor? – le dice Yu. - ¿Dormirnos a todos quizá? No… ¡Espera!... – se vuelve hacia ella bajando la cabeza hasta la altura de sus ojos. – ¿Que tal si vamos cargando con Edimión al interior de la ciudad, dejamos que nos descuarticen y violen?

- No me gusta tu actitud jovencita – amenaza la abuela.

- ¿Se te ocurre algo mejor? ABUELA – le dice Fepico.

- Si – responde. – A pocos metros de aquí hay una cabaña donde Hares vas a pasar algunos días de vez en cuando – señala la ruta. – Es su lugar de descanso.

No hay otra opción, tienen que dejar que pase el tiempo hasta que Luis despierte de su trance. Entre palabras y discusiones, su aura mágica ha creado una cúpula blanquecina a su alrededor, vuelve a ser una crisálida en la que poco a poco, alejado de toda realidad y mundo existente, sus músculos y huesos toman una forma diferente. Todos esperan que esté bien, sobre todo Selene, nunca había llegado tan lejos en sus objetivos y no sabe con exactitud qué puede salir de aquel capullo. Cierto es que espera que Edimión salga completamente restaurado de él, eso incluye poderes y recuerdos.

Entre tanto, inician el camino. Una burbuja de agua fresca, sacada de una de las cantimploras, ayuda a transportar aquella masa semiinforme con nombre y alma propias.

A lo lejos, una casa casi derruida y con aspecto tétrico espera a sus nuevos invitados.

4 comentarios:

Edu dijo...

Tienes destreza en extender parrafos y mantener historias en ellos. Narras muy ameno.
Un Saludo.

Silderia dijo...

Muchas gracias, lo intento que sea así, aunque muchas veces no lo consiga tal y como yo quiero, pero dicen que la práctica hace al maestro.

Un saludo a ti también.

sangreybesos dijo...

Me gusta lo de la mutación... ¿no había otra más dolorosa?

¿Y un cataplasma de guindilla? ¿Dónde se crió esa mujer? ¿En Texas?

Me encanta el rumbo que está tomando la historia.

Bezos.

Silderia dijo...

A ver si te gusta lo siguiente.