ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




9 de febrero de 2009

ESTO DA MAS JUEGO DE LO QUE PARECÍA EN UN PRINCIPIO.

Un complemento unisex.

Y es que el conocimiento de su uso data desde la edad de Bronce, en aquella época podía estar hecho de fragmentos de piel de animales, cuerdas o cualquier otra cosa resistente que le diera la vuelta a la cintura. Cualquiera puede hacerse uno en pis pas, sólo hay que tener un poco de imaginación y ver en ciertas cosas lo que el resto de personas no ve: el típico pañuelo largo que nos rodea la cintura o sólo la cadera, queda muy sugerente cuando sales a la calle y, si, se utiliza a modo de cinturón.

No podemos olvidar que ha estado muy ligado a la moda, que ciertas tribus urbanas, se caracterizan por usar uno u otro tipo de estas preciosas serpientes, fabricadas con diversos materiales, colores y formas, algunos de sus acabos son muy clásicos y otros tremendamente llamativos, siendo sus terminados dignos de estar en la vitrina de cualquier coleccionista. ¿Qué quieres destacar con ellos? La dureza, el talento, prefieres ocultarlo porque sólo posee un uso funcional, mostrar una elegancia… Lo cierto es que no podemos negar que ciertos vestidos, conjuntos, trajes, etc, cambian completamente su imagen cuando portas uno de estos fieles amigos que esperan pacientemente dentro de un cajón o colgados de la puerta de tu armario a que los elijas a ellos para lucirlos ese día.

Sin embargo, no nos confundamos, tiene muy poco tiempo de vida dentro de su uso normal y cotidiano, ciertas a apariciones le han dado un indudable protagonismo a lo largo de la historia, pero no fue hasta principios del siglo XIX cuando este elemento estético-funcional pasó a ser algo común en todos los armarios, hasta entonces se asociaba a los militares y, los hombres del pueblo, bueno, mejor dicho, los señoritos que utilizaban pantalones altos de talle para estilizar su figura, parecer más alto y diferenciarse de la plebe, ¡cómo no! Hacían de este un uso estético (después comenzaron a utilizarlos pode debajo de las camisas, ¡vaya a ser que los confundan!)

Afortunadamente ahora hay de todos los gustos y colores, es fácil de encontrar y está al alcance de todos los bolsillos, eso si, el que quiera algo mejor que se gaste las perras, porque por existir, los fabrican de todos los precios e intentarán sacarnos el mayor dinero posible.

Como siempre, hay para todos.

Como he nombrado al principio, puedes hacer que cualquier cosa, que se adapte a ciertas características de longitud, dureza y estabilidad o agarre, se convierta en una de estas prendas. Pero voy a hablar un poco de todos ellos.

- La cuerda: primer recurso por excelencia, el predilecto del “macho ibérico” (fenómeno mutante aún en existencia, no en peligro de extinción), el agarrao, el que no tiene otra cosa a mano, el que piensa que le queda bien y sale a la calle con eso (¡Ole tus huevos!), el del cateto de pueblo o el de los nazarenos (que no os confundan, es un cordón de cortina para agarrarse la túnica y disimular que les queda larga. No preguntéis porqué lo se)

- La tira de cuero: esta parte tiene muchas posibilidades; está el ancho, utilizado para tapar la hucha o el tanga de los pantalones altos de chocho, el tipo corpiño, utilizado para aprisionarte los pulmones, hacerte una figura más esbelta y que parezcas más delgada (nota: no hace milagros), el fino, utilizado por los hombres para agarrarse los pantalones, el del chino de la esquina (vulgarmente dicho), que sirve para dos veces, son de colores chillones y algunos son bonitos (pa gustos los colores) y el invertido, que se abrocha a la espalda (yo tengo un par de ellos)

- Los formados por hilo: a esto me refiero, como he comentado antes, a los pañuelos, bien pueden ser los largos y rectangulares (esos mismos que nos ponemos en el cuello en invierno) o los que doblamos para hacer forma de pico, pueden pasarse por los enganches destinados para el cinturón del pantalón o ponerse por fuera, estilo árabe, para aumentar la sensación de movimiento de las caderas (tiene un buen efecto, creerme.) Otro estilo son los de ganchillo o croché, un arte milenario que muy pocas jóvenes saben realizar, pero siempre está la abuela, la madre, la tía o la tienda de la esquina para poder lucirlos, la ventaja que te lo haga un familiar es que sabes que sólo es el tuyo y te has gastado menos de un cuarto del dinero.

- Los de metal y pedrería que dan un toque de distinción y elegancia, cambiando un poco el estilo y la perspectiva de la ropa que portamos en esos instantes (los hay en el todo a un euro de la esquina, entre otros comercios, pero ¡son tan monos)

En cuanto a las hebillas, también las hay para todos los gustos: las clásicas, las agresivas, aquellas que dan vértigo, las simbólicas, las que utilizas para dar publicidad gratuita llevando un logo porque te gusta (que cada uno piense lo que quiera), las graciosas, antiguas y, la horterada por excelencia, las que llevan neones, letras o carteles donde se expresa a letra 205 y luces que podrían dejar ciego a cualquiera, lo sexy, macho, salida/o y caliente que estás. Vamos, que lo único que no dices lo insinúas, en otras palabras: estoy desesperada/o, tengo que pillar a toda cosas y soy el puto amo, aunque no tenga ni media guantada (un consejo, guárdala y no la saques jamás del fondo del armario; eso no es mal gusto, es que simplemente naciste sin él.)

No apto para cardíacos.
Primero para ella.

Para este juego de seducción sólo necesitas un pareo grande, que cubra el cuerpo entero, y un cinturón, eso lo dejo a tu elección pero los de metal son los ideales. Ahora vístete con el pareo, sólo con él, sin ropa interior, ya la ha visto mucho ahora muéstrale la cobertura; ponte el cinturón y hazte un lazo en la tela de forma que se caiga descubriendo tus pechos y parándose en la cintura.


Te doy más pistas, de noche o de día, una luz tenue, música relajante (aunque la velada va a ser muy muy movidita y…. Baila, muévete y descúbrete dejando que él quite lo único que le separa de tu fuente de placer. Otra opción es ponerte el pareo como una falda y el cinturón de adorno, dejando un sitio donde él pueda agarrarse cuando hagáis esas posturas tan excitantes (cada uno tiene las suya o las suyas…)

Vosotros, quitaros el cinturón con fuerza, como si fuese un bicho, golpear el suelo, desnudarlas y colocárselo en la cintura, hacer que tenga un agarre más o que vosotros lo tengáis, acariciar su piel con él suavemente, pasando por todos los entresijos de su cuerpo, besarla tras su punta y disfrutar de una noche llena de lujuria, cuero, metal y, porqué no, de sexo del bueno, duro o blando, eso es lo mismo, pero disfrutar de lo que hagáis.

2 comentarios:

sangreybesos dijo...

Pues yo sigo insistiendo que la cuerda atada a los pantalones tiene su sex-appeal rural. ¡Neolandismo forever!

Silderia dijo...

Por supuesto, todo es estilo, dependiendo del punto por donde se mire