ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




15 de octubre de 2008

UNA HISTORIA DE LOS SECRETOS PERDIDOS EN NUESTRO SIGLO.

Coquetos desde siempre.

Es que no podemos negarlo, desde los inicios del hombre o por lo menos desde que se reconoce como tal, hemos usado este accesorio al que le hemos dado, incluso, ciertos significados morbosos.

Los antiguos egipcios lo portaban, los vanidosos griegos igual y los romanos no iban a ser menos, la única diferencia de los dos primeros pueblos con el tercero es que, éstos últimos lo utilizaron como símbolo de status y poder. Su uso estaba restringido a las clases nobles y, poco a poco, ya casi en la decadencia del imperio, se permitió su uso global en toda la población.

De metacrilato, resina, madera, metales nobles, simple hojalata (una vez me quisieron vender uno que puestamente estaba hecho con pelo de elefante),… los materiales que se utilizan para elaborarlos son muy diversos, incluso sus dibujos y formas van desde las más simples hasta llegar a tomar dimensiones y relieves completamente grotescos.

Pero no penséis que su historia acaba a aquí, por supuesto tiene una extensa familia de primos lejanos, dando lugar a aquellos adornos, también de diversos materiales, que se utilizan para adornar diferentes zonas del cuerpo. Efectivamente, los pendientes, pero estos se han convertido en primos muy lejanos; a todo esto, podríamos afirmar que su hermano pequeño es el arete, un simple anillo abierto permite atravesar partes del cuerpo y adornarlo en consecuencia. El más famoso y antiguo de todos, el que se colocaba en el pezón, utilizado principalmente para realzar los pezones pequeños y para sujetar las túnicas de la antigüedad (ahora ya conocemos su secreto.) Técnica utilizada por hombres y mujeres, fue quedando en desuso; dejaron de sujetarse las túnicas de esa forma pero el piercing siguió vigente, por supuesto daba un gran morbo en los avatares íntimos.

Un secreto se oculta junto a ellos.

El afán del secretismo y el morbo por la pertenecía secreta y reconocible, sólo por los miembros de la misma, fue una de las principales funciones. Un sello colocado como incrustación, servía como firma inequívoca de un documento o daba autenticidad al mismo. Y, por supuesto, el que más me gusta de todos y que se ha demonizado, junto a la imagen femenina, el anillo con “cámara oculta”. En esta cámara puedes meter desde una foto, ungüentos mágicos o veneno (uso preferido del cine y los relatos de intriga, terror, etc.) Lo cierto es que era una forma muy cómoda de transportarlo y fácil de ocultar para ambos sexos, ya que hablamos de una época en la que el hombre era aún más pomposo y extravagante que las propias mujeres (para que veáis que ni los metrosexuales son cosa de ahora.)


Por supuesto los románticos le dieron su propio significado. Colocando un aro en el dedo anular, que posee, según ellos, una relación directa con el corazón y los sentimientos, significa una señal de compromiso y unión eternas. Si lo colocas en el dedo de la mano izquierda señala que esa persona está comprometida (no se porqué, todo anillo que se coloca ahí tiene el nombre de alianza o anillo de compromiso); en cambio, si está colocado en la mano derecha, justamente en el cuarto dedo, comenzando por el pulgar, significa que te has unido espiritualmente y eternamente a una persona en el sagrado compromiso del matrimonio, o en el caso de la iglesia, sería en sacramento. Pero volviendo al tema, otros significados más ocultos es el uso de los mismos como talismanes o amuletos de la suerte. Depende, por supuesto del significado que cada uno quiera darle.

Ahora por simple vanidad.

En pleno siglo XXI es normal que todo el mundo tena y utilice anillos. Por supuesto están las sortijas, los sellos, las alianzas, los raros, los pijos, los recargados, los estrambóticos, los normalitos,… Y así como denominaciones quieras ponerles. También se utilizan en los dedos de los pies, sobre todo en verano (digo sobre todo porque puede que a alguien le mole que se le enganche con el calcetín, o llevarlo siempre como muestra de algo. Como no se puede afirmar nada hoy día.)

Las mujeres somos las principales consumidoras de este producto, aunque ciertas tribus urbanas y subculturas también los lucen. Este provocará que, si se adata a tu forma y lardo, haga que tus manos parezcan más bonitas finas y cuidadas. En ellos puede esconderse una figura que atraiga su mirada hacia él, entonces dirige tu mano a la pierna, la cara, el escote, da igual dónde la lleves, te seguirá como si estuviera hipnotizado. Es obvio que, el efecto será mayor con una estupenda manicura, más o menos llamativa, eso no importa mucho, por cierto, el caso es que sea bonita.
Como dije en un post anterior, mueve las manos como si de la cola de un pavo real se tratase. Ese círculo adornado sólo es un ojo más del plumaje, el cual, ayuda bastante a captar su atención. Únelo a una estupenda sonrisa, unos ojos penetrantes, pero a la vez tímidos, y, nunca se te olvide, una interesante conversación (lo de guapa y tonta tiene que perderse de una vez por todas.)

Cierto es que es sólo un simple complemento, pero da mucho de qué hablar cuando pones en marcha un lenguaje no verbal. Ahora conocéis el inicio, consecuencia y uso de un abalorio que nos ha acompañado desde los inicios, gracias a él nació la técnica del perforado y quién sabe qué cosas más. Lo cierto es que sea como se este, que te guste mucho. Nunca lo olvides los complementos son algo tan importante como la ropa que luzcas, un simple cambio en ellos, puede hacer un traje diferente.

Señales de personalidad

Nunca podemos olvidar, como todo lo que hacemos en esta vida, que esto también indica un rango de personalidad. Viendo simplemente el tipo de anillo que puede llevar una persona, los materiales, la marca a la que pertenece o el simple nombre de la tienda donde lo adquirió; en ellos podemos buscar un gran individualismo buscando modelos no vistos, podemos gastarnos grandes cantidades de dinero o fabricarlos nosotros mismos. El caso es que nunca sean iguales a los de otra persona, pero eso es muy difícil.

Calaveras, águilas, hadas, dragones, garras (anillo que puede coger desde la punta del dedo hasta taparlo casi por completo), lisos, labrados, en plata, oro o bisutería. Todos buscamos los mimo, la individualización de la persona. Ese tanto buscar y querernos hacer únicos, es lo que nos hace a todos iguales, en cierta medida. Al cabo del tiempo te das cuenta que muchas de las facetas, gustos y dibujos que buscabas, los tiene la mayoría de la población o por lo menos del grupo con el que te juntas. Recuerda una cosa muy importante, la exclusividad no es que tu anillo sea igual que el de otro, que lo hayas comprado en el quinto pepino o que te haya costado más caro que el resto. Simplemente eso es lo que te hace igual a los demás. El ser diferente es el ser capaz de encontrarte con una mujer que lleve lo mismo que tú y decir: A mi me queda mejor o notar la diferencia en el estilo, la naturalidad con que eres capaz de llevarlo y si pega realmente contigo. Lo sencillo es lo más personal que puedes llegar a tener, no lo pierdas y menos buscando cosas que sabes que un fabricante ha hecho a miles. El morbo y la magia oculta de los anillos los llevas tú, no un trozo de algo preparada para encajar en un dedo.

Por ejemplo yo misma llevo una alianza, me la regaló sangreybesos con su primer sueldo cuando empezamos a salir, es de oro blanco y se que hay miles como ellas. La verdad es que no me importa, brilla más que ninguna, por lo menos para mí. Una alianza. ¡Qué típico! ¿Verdad? Pensareis la gran mayoría, pero si la llevo, a mi me gustan mucho los anillos, tengo una gran colección y jamás me la he quitado desde aquel día, por supuesto me la he cambiado de mano, la llevo en la derecha, en vez de en la izquierda, pero eso es indiferente.

Cuando fuimos a comprarla la no sabíamos que poner dentro de ella, una frase bonita que describiera todo lo que sentíamos los dos en un anillo casi de talla infantil. Eso era imposible. Quizás muchos puedan hacerlo, pero él me dijo que no podía poner en una frase todo lo que me quería y, ese interior de una alianza de oro blanco sin grabar, es lo que la hace única. Sé que esas letras no escritas significan más que si las hubiera hecho legibles. ¿Para qué? La chica todavía está esperando que la llevemos con la frase perfecta, pero la mejor es la que nunca se ha puesto y siempre me ha dicho sólo con una simple mirada. Muchas veces el individualismo no está en lo que se ve, sino en lo que pasa desapercibido.

4 comentarios:

sangreybesos dijo...

A día de hoy aún no se me ha ocurrido nada qué grabar en la alianza. Entre el diámetro tan pequeño que tiene y lo aficionado que soy a las parrafadas...

Silderia dijo...

Te quedó más bonito lo de no puedo poner todo lo que te quiero en un frase, amor.

Phoebe dijo...

Me encantan. Son una de mis obsesiones. Tendría miles de anillos distintos, cada uno especial por su peculiaridad.

Me gustan mucho tus "trabajos de investigación" (no se si sería esta la palabra apropiada), pero son muy interesantes. Reconozco que jamás podría hacer algo así.

un beso!

Silderia dijo...

Algo de investigación tienen, me gustan estas pequeñas cosas que utilizamos para andar por casa, como se dice. Sabemos muchas cosas e inventos, pero los de nuestra vida cotidiana ni siquiera nos lo preguntamos.