ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




6 de octubre de 2008

Selene. Capítulo XXIX.

CAPÍTULO XXIX: TODO ESTÁ EN LOS LIBROS.

Mientras Selene y Yu, se internaban por aquellos pasillos infinitos, Luis decidió tomar otra dirección. Lo cierto es que nada de ese lugar tenía un orden que él pudiera descifrar, los libros no estaban ordenado por fechas, orden alfabético, números, nombres, hechos históricos,… todo era un auténtico caos en la biblioteca de la eterna sabiduría.

Intentó coger el primer libro que se puso a la altura de su mano, éstos desaparecían cuando su mano intentaba rozar sus cantos. Luis no podía entenderlo - ¡Una biblioteca dónde no puedo leer! Esto es cada vez más raro – pensaba para sus adentros. ¿Cómo iba ayudar a las chicas si no podía buscar información?

- ¿Buscas algo? – le dice una voz a sus espaldas.

Al darse la vuelta, Luis ve a una persona de a penas un metro y medio de estatura. Sus manos son grandes y su cuerpo descompensado. Tiene unas gafas de pasta, el pelo corto y viste con unos vaqueros y una camisa.

- Si, estoy intentando coger un libro – responde Luis mientras otro volumen, de la interminable biblioteca, se esfuma entre sus manos.

- ¿Sabes cuál es la duda que quieres resolver? – le dice el bibliotecario que medía ahora cerca de dos metros de estatura.

- Estoy buscando una criatura, pero con este desorden me parece que tardaré siglos - le dice mirando al fondo, mientras observa a Selene mirando una sobre una mesa -. Sino contamos con el tiempo que voy a tardar en descubrir, ¿cómo se coge un libro?

- ¿Cuál es el orden que tú deseas que tenga? – le pregunta el bibliotecario convertido en una pequeña hada de alas alargadas y volando sobre su oreja derecha. - ¿Qué respuesta es la que estás buscando? – Luis comienza a mirar hacia las paredes infinitas -. Esta biblioteca es única, ella te dará el orden que tú vayas buscando, no hay clasificaciones porque todo está relacionado y porque cada uno divide las cosas según su punto de vista. Este lugar tiene contentos a todos, lee el corazón y la mente de sus visitantes y les muestra las respuestas a lo que desean, bajo el orden infinito de su mismo ser – la voz se había convertido en una pequeña espiral estática que desaparecía poco a poco. - ¿Cuál es tu duda? Piensa para que ella te dé la respuesta.

En ese momento Yu y Selene aparecieron ante su vista. No pudo evitarlo, comenzó a pensar en las dos, provocando que una montaña de libros lo enterrara bajo un temblor de papel. Cuando consiguió deshacerse de ese montón de saberes infinitos, vio como las dos lo miraban riéndose.

- Por fin has conseguido averiguar ¿cómo funciona la biblioteca? – le dice Yu -. Lo raro es que te han caído muy pocos libros -. Selene ayuda a Luis a incorporarse - . Sería una pregunta pequeña.

- ¿Has encontrado algo? – le pregunta Luis a Selene.

- Aún no, pero tengo que seguir buscando – se rasca la nariz -. No se por qué, pero me da que no es la última vez que lo vamos a ver – mira a su novio -. Seguiré buscando – le da un beso rápido y desparece de nuevo.

Luis no puede hacer otra cosa que asentir con los hombros, ahora sabe que puede ayudarla más bien poco. Él ni siquiera ha visto a la criatura, sólo unos dientes y unos ojos amarillos, incluso ha escuchado su voz, le parecía muy familiar, pero no sabía porqué. La escena del bar se hace cada vez más latente en su cabeza, está absorto en sus pensamientos intentando desmigar lo sucedido en el Pub Put días atrás, si consiguiera visualizarlo.

No hizo falta mucho más, ahí estaba de pie, en mitad de una gran montaña de libros milenarios de hojas amarillentas y tapas de cuero, adornadas con letras de múltiples colores y estilos. Un libro apareció directamente en su mano, iba sobre la historia de Víctor, comenzó a leer, entonces descubrió que a finales del siglo XIX creó una criatura a base de magia. Los requisitos principales eran un cuerpo humano, aún vivo, y que muchos deseos de venganza o alguna desviación psíquica con tendencias psicóticas. Por lo visto su primer experimento fue un éxito y consiguió asolar el caos con su primer benjamín, luego llegaron más, pero tenían un fallo. Tras unos días, su dominador perdía el control y salían a la luz, eso no le interesaba al pretendiente repeinado de su novia, por lo visto había conseguido dominarla o, por lo menos, había encontrado una forma para que le sirviera. Pero ¿qué alma desvalida había servido para ello? Quizás sería una historia muy reciente para la gran biblioteca del saber o no era de gran relevancia. Estuvo pensando durante varios minutos cuando de nuevo sucedió algo, una cara tallada en una pata de una de las mesas le habló.

- Eh, oye – Luis miraba hacia todos los sitios -. No aquí abajo – seguía susurrando la pata, cuando la encontró -. Si no obtienes respuestas de la biblioteca es porque tú sólo tienes la respuesta.

- Pero si ella las tiene, ¿por qué no me las da? – se agacha Luis -. ¿Por qué hablas tan bajito?

- Esto es una biblioteca, ¡aprendiz! – responde la pata -. Si la respuesta está dentro de ti y la puedes deducir pensando no te la dará. En parte del saber está el pensar y si no piensas, nunca sabrás – dicho esto se volvió maciza.

Lo entendía, en cierta medida. Aunque todavía tenía mucho que aprender del mundo mágico. Había conseguido ya la información que buscaba y Selene, en la otra punta de una gran sala, junto a Yu, casi se tiraba de los pelos cuando los libros que requería no le contaban absolutamente nada sobre lo que deseaba saber.

Luis le mostró el libro, con las páginas donde ponía todo aquello, sólo les quedaba una pregunta por resolver ¿quién era aquella alma perdida elegida por Víctor? El tiempo resolvería aquella respuesta.

- ¿Pone algo de cómo vencerlo? – pregunta Selene cansada.

- Si lo pone, todavía no he llegado a esa parte – le responde su novio.

- Víctor y sus tonterías – dice Yu. – Nunca se ha podido estar quieto. ¿Tú sabias algo de esto Selene?

- No, lo cierto es que jamás he visto ninguna de sus criaturas – le responde su amiga.

- No las has visto o crees no haberlas visto – le responde Luis.

- Cierto – añade Yu -. Aquí pone que ha hecho varias, por lo que no las hemos visto o las hemos tomado como simples humanos desviados – ojea el libro un poco más -. Lo raro es que a ti no te hubiera contado nada.

- A mí nunca me contó nada – le dice Selene -. Me he llevado muchos siglos viviendo en la otra punta del mundo para que me dejara en paz, aunque siempre me encontraba.

- A ti y a él – dice señalando a Luis.

- A ver, un momento - dice intentando calmarse así mismo -. ¿Qué pasa aquí? ¿Cuánto tiempo lleva intentando jodernos la vida este tío?

- Siempre, recuerda que vosotros también os reencarnáis – dice Selene.

- Lo malo es que ella siempre te encuentra entre todos los mortales – abre el libro por páginas anteriores y le muestra imágenes -. No me preguntes porqué pero lo lleva haciendo desde los albores de los tiempos, desde tu primer nombre – le muestra otro libro en el que aparece la historia de Selene -. Desde tu primer nombre conocido.

- ¡Cómo! – dice Luis.

Ahora un gran libro, de tapas de madera, viejo y roído por las esquinas volaba a varios metros, por encima de sus cabezas, directo al centro de la mesa donde se encontraban discutiendo los tres. Ahora no importaba quién era la criatura, dónde estaba Víctor ahora o cuales eran sus intenciones. Luis quería saber ¿quién era él? Por supuesto la respuesta estaba en los libros.

5 comentarios:

sangreybesos dijo...

Un amor a través de los siglos... tiene mucho de mitología egipcia ¿no?

Silderia dijo...

Y de muchas más

Phoebe dijo...

Uf, voy muy perdida en esta historia...ya me hice un lio, pero bueno, poco a poco. Por cierto, ¿Es tuya? Quiero decir si la escribes tú, claro. Siento preguntarlo, pero tengo mucha curiosidad :)

Silderia dijo...

Si la historia es mia, todo lo que hay en este blog lo escribo yo.

Herodes Antipas dijo...

Tú lo has dicho: las respuestas se hallan en los libros. Fantástica historia. Me gustaría arribar alguna vez a una biblioteca cómo la tuya... UN besazo...