ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




16 de enero de 2009

EL CAMINO DE LA PASIÓN SE UNE POR PUNTOS INCONEXOS.

Los defectos se vuelven virtudes.

Y es que es uno de los mejores lemas que puedes tener en tu vida, cuando algo de tu anatomía no te gusta, con un poco de imaginación e ingenio, puedes conseguir que se vuelva algo deseable y atractivo para todo el que lo ve. El secreto, buscar algo que lo resalte o taparlo de alguna forma llamativa. Así si encontramos algo, una cicatriz, una uña, una mancha en la piel, etc, podemos hacer siempre algo para disimularlo. Lo malo de todo esto es, que si intentas que sea invisible, el parche se notará más de lo normal y todos se darán cuenta de tu secreto a ocultar (eso no lo hagas jamás.)

Cierto es que algunas cicatrices o marcas de expresión, debido a múltiples factores o acontecimientos sucedidos en tu vida, marcan tu piel de por vida, pero por ello no tienes que avergonzarte nunca, unos de ellos son tu signo de identidad y no puedes ignorar que están ahí, pero otros puedes embellecerlos. ¡Esa es la palabra! Nunca ocultes algo que te hace ser tu o humano o, a la contra, como he comenzado a decir, puedes taparlos con algo mejor. Esto último lo sabían muy bien en la época victoriana, aquellos años de pomposidad, estética barroca, desenfrenada y moralismos falsos, estaba llena de hipocresía y misterios. Entre ellos, el uso de postizos, pero no voy a hablar de aquellas pelucas tan grandes, infectadas de pulgas y que denotaban un estatus social, todo lo contrario, voy a hablaros de algo mucho más pequeño, milimétrico podría decir yo. Y es que en lo pequeño anda el buen gusto y la seducción.

Olvidémonos por un momento de aquellas caras blanquecinas, casi enfermizas, de los trajes tan adornados y de los incómodos y pesados adornos y centrémonos en otras cosas. Pintados con un lápiz de ojos o de tela negra, se utilizaron de múltiples formas, entre ellos las preferidas eran las estrellas, el círculo y los corazones. Las damas y los caballeros se los colocaban cuando iban a fiestas y, un pequeño tarro escondido en el bolso a modo de repuestos, podía cambiar la disposición de los mismos al antojo de su dueña o dueño. ¿Que cómo nació esto? Muy fácil, para tapar las marcas que la viruela, enfermedad muy popularizada en aquel siglo, hasta que salió la vacuna, dejaba marcas en la cara de todo el que la sufría. Sin embargo, la eliminación de este virus no erradicó una moda que había creado ya una cultura a su alrededor.

Un misterio que se oculta tras una marca.

Como miles de símbolos que nos cruzamos día tras día, el lunar significaba algo, una frase, un gesto, una posición social o un estado funcional del cuerpo. Todo un lenguaje icónico a la vista de todo el que lo supiera o lo quisiera leer. Como ya os he comentado con él se tapaban aquellos agujeros tan “antiestéticos” (según de quien lo mire), que producía la enfermedad y poco a poco llegó a formarse un lenguaje tan complejo y exótico como el del abanico. ¿Uno desbancó al otro? Ni lo penséis por un momento, llegaron a complementarse entre ellos ya que no podías decir a qué hora veías a tu enamorado con los lunares pintados, que podían llegar a sumar hasta 7 como mínimo en una mimas persona. Pero de los abanicos ya os hablé hace tiempo (post vientos del norte y del sur.)

Todos recordamos las películas de la época donde algún galante o dama muestra en sus blancas facciones una marca negra, esta resalta su tez mortecina y su perfección y cómo los jóvenes y las doncellas, los miran con ojos golosos. Bueno, pues todo esto dependía de dónde se llevara el lunar:

- Al lado del ojo: pasional, aunque también significaba que era un o una asesina, aunque creo que nadie quería decir que se había cargado a alguien de esta forma, lo cierto es que hay gente para todo y en esa época también.

- En el pecho: generosa o generoso, aunque parece ser que este estaba reservado para las señoritas con grandes escotes, a un hombre era difícil que se les viera debido a que con esos cuellos, la corbata o pañuelo y los chalecos, sería difícil distinguirlo.

- Al lado del bermellón (parte rosada del labio): besucón o besucona, divertido, pasional y todo lo que se pueda ocurrir cuando ves a alguien que lo tiene (¿No te entran ganas de borrárselo a lametones)

- Barbilla: coqueto o coqueta, cuidado de la estética y resalta muy bien las barbillas varoniles, escondiendo a la ver algún que otro grano, a la vez resalta la redondez de la cara en las damiselas dándoles un aire aún más desvalido del que pretendían dar.

- Hoyuelos de la cara: dignificaba que eras una persona juguetona, aunque ¡cuidado! Si por el contrario, lo colocabas en la mejilla, dabas a entender que eras una persona galante (hasta aquí todo bien,) pero y si te digo que podían confundirte con un gigoló, eso ya no parece tan divertido ¿verdad? (aunque todo depende del punto con que se mire, claro está.

- Mentón: mencionaba que estabas intranquila, ¿por qué? Os vigilaban, el marido o la mujer de la interesada o interesado estaba al loro con lo que estaba ocurriendo, miles de cosas.

- En la nariz: eres un descarado o una descarada.

- En la frente: majestuoso o majestuosa, digno de cualquier burla.

- Ojo, si estaba colocado en la mejilla de una mujer, podía delatar su estado: en la derecha estaba casada y en la izquierda prometida, aunque eso no era problema para muchos antes y ahora menos. Pero como era una pintura o postizo, podías elegir no ponértelo.

La moda fue tan popular que se le ponía incluso a los cadáveres y tomó un nombre en francés, la mouche (traducción al español la mosca.)

Hoy día los seguimos utilizando.
Cierto es que casi nadie está contento con lo que tiene, algunos intentan disimular sus lunares o pecas con maquillaje, utilizando un antiojeras verde antes de ponerse la base de maquillaje y, otros, los pintan con lápiz de ojos negro para tapar una verruga o porque simplemente les gusta colocárselo.

Miles de modas los han ocultado en el círculo de la historia y los han vuelto a resaltar como algo nuevo, pegatinas, pequeñas perlas que se pegan para decorar la cara. Existen muchas supersticiones a su alrededor, como que contar los lunares trae mala suerte, dicen que son hereditarios (lo cierto es que yo tengo dos conjuntos de lunares que son idénticos a los que porta mi familia materna, “las trillizas”, y otros iguales a los que llevan casi la totalidad de miembros por parte paterna, “los gemelos”, ¿casualidad? No, está visto y comprobado, son marcas que he heredado genéticamente.)

Un mito muy extendido entre la juventud es que el que tiene muchos lunares folla muy bien, tonterías, como otras tantas que se dicen, lo que influye son otras cosas más importantes (ya me entendéis,) eso es como lo de los calvos, aunque hay una explicación para ellos, en la que ahora no vamos a entrar al caso.
Por una vez las matemáticas son divertidas.

Seguro que no te has parado nunca a pensar en ello, en la escuela te enseñaron a unir puntos, contar, y realizar diferentes ecuaciones con los números. Yo te propongo un juego, que seguro que se te ha olvidado cómo se hace, es muy fácil, suma, divide, nunca restes, multiplica, haz el recorrido más largo o más corto y dibuja una línea imaginaria que una los puntos. Lo has cogido ¿verdad?, de todas formas yo te lo explico.

Suma todos los lunares de tu pareja, con las manos, la lengua, los ojos,… Multiplícalo por el número de veces que te vas a equivocar, divide los diversos caminos que llevan a sus puntos de placer, no restes posibilidades (pueden ser infinitas) y realiza el camino escogido tomando los atajos y puntos que desees. Si lo unes a una iluminación casi defectuosa, una música que incita a perder la concentración en lo que estás haciendo y un lápiz que no deja marcas en la piel, puedes suspender en matemáticas, pero volverte un experto en un mapa único y que lleva a muchos destinos distintos.

Puedes introducirles paradas, recorridos circulares, accidentes donde se pierdan los dedos, buscar tesoros en las montañas y…. todo lo que se te ocurra y que os guste a ambos puede volver un juego en algo estupendo. Por primera vez, aquella asignatura que te fastidiaba tanto suspender, no va a ser problema, se volverá divertida y puede que necesites muchas clases para jamás aprobarla. ¿A que ya no te preocupa sacar malas notas en ecuaciones que podría aprobar un niño de primaria?

4 comentarios:

Unknown dijo...

A veces tus posts me resultan muy descorcentantes :S

Por cierto, no me he resistido, y he impreso el dibujito de unir los puntos, y yo creyendo que iba a salir un monigote normal y corriente... y va y sale una especie de combinacion entre Goku, el rey leon y un tótem tribal de las islas del pacifico. ¿De donde has sacado esa cosa? xD

Un saludo

PD: Yo tengo una peca en medio de la mejilla izquierda, ¿significa algo? xD

Silderia dijo...

Puede, yo sólo puedo decirtelo si es pintada o postiza, natural se lo dejo a otras personas más puestas en el campo. Yo sólo propongo un juego matemático.

En cuanto a los dibujos, todos son de internet, te aseguro que me costó mucho encontrar el que unía el dibujo perfecto. Cuando unas los puntos de tu pareja, seguro que te sale algo más desconcertante

sangreybesos dijo...

El juego tiene un rollo surrealista que mola un taco! Como en aquella peli de Greenaway donde escriben un libro en la piel de una mujer, pero en versión párvulos.

Silderia dijo...

Puede, pero la práctica te aseguro que no es de párbulos