ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




3 de noviembre de 2008

PARA ESTAR CÓMODO, PARA DORMIR Y PARA JUGAR

De camisón a pijama.


No se cómo los hacíamos antes, pero hasta el siglo XVI, no existía una prenda apropiada para dormir. Hasta entonces, el mismo cuerpo desnudo, el sayo o la ropa interior era lo que se utilizaba.

Una vez adentrados en el año 1500, apareció la camisa de dormir o camisón, prenda de terciopelo o lana, forrada, larga hasta los pies, de mangas largas y abrochada en la parte frontal. Una cosa muy importante, era una prenda completamente unisex, que después dicen. Bueno, todos conocemos por miles de películas, donde se representan personajes de la época, el aparecer de los personajes en plena noche con esta especie de camisa larga y ancha. Por supuesto, estaba adornada con bordados, encajes, pieles, cintas, hechos de diferentes materiales, incluso de piel; por supuesto, esto solo podían permitírselo los señoritos y señoritas de la época (en un principio, hasta tener un camisón era un auténtico lujo.)

Pero la cosa no se quedó ahí, por supuesto nosotras teníamos que distinguirnos de una prenda tan sumamente insulsa y deforme, tras la cual, nuestro marido o amante, tenía que intuir que, bajo tanta tela opaca, había un cuerpo ardiente de deseo. Por lo que los escotes comenzaron a bajar, las mangas a reducirse, según su estación, sus formas se hicieron más suntuosas y apareció la seda en escena y, por supuesto, ¡como no! Su fantástica e inseparable amigo el negligée o bata, que significa desatendido.

Esta última, era una prenda a modo de abrigo abrochado por delante, que se colocaba a los pies de la cama y se utilizaba al salir de la misma. Aunque hasta después de la Segunda Guerra Mundial no tomó una cierta fama erótica, ni este ni su amigo el camisón. Comenzándose a comercializar como ropa íntima. Pero seguro que ciertas mentes calenturientas y perversas hacían sus placeres dentro de sus alcobas antes de tomar su rumbo al estrellato. Muchas féminas sabían coser y los retales de tela, encajes y ciertos otros utensilios de uso cotidiano, podían servir para confeccionar una bonita arma de seducción nocturna.

Por suerte o por desgracia (depende de quien lo mire), estos han pasado de inspirarse en los ropajes pomposos y exuberantes de la época, para ser como una especie de artilugio ligero, bonito, sedoso, fácil de transportar y muy cómodo para dormir. Aunque por muy largo que fuera, como me dijo una vez una amiga, no importa como te pongas el camisón o como sea de largo, siempre acaba de bufanda (cada uno que piense lo que desee, yo tengo mi propia visión y es muy muy buena.)

Por supuesto ellos tampoco se iban a quedar cortos, querían estar también guapos en la cama. Por lo que en el mismo siglo XV, en que la camisa de dormir se volvió mujer, nació su hermano bisexual, el pijama. Su parte superior se acortó, hasta el punto de llegar sólo hasta la cintura, y se unió a unos pantalones traídos desde Persia; éstos se parecían a los bombachos que lucían las mujeres en los arenes, tuvieron un gran éxito. Una camisa y un pantalón siempre han hecho una pareja perfecta.

Su nombre viene de la palabra persa pae o prenda para la pierna y jama o ropa. De ahí salió su bonito y sensual nombre, pijama (eso también depende de quien lo diga y en qué circunstancias se pronuncia.) Desde aquella época ha cambiado mucho su estilo, forma, color, tejido, adornos y miles de cosas más. Personas como Hugh Hefner, aquel multimillonario, creador de la revista y dueño de la mansión play boy. Ha hecho del uso de esta prenda un arte.



Cómodo, informal, para andar por casa y….

Podemos decir muchas cosas de ellos (a mi por supuesto me encanta tanto el pijama como el camisón.) Nos protegen del frío si nos destapamos, son muy cómodos para andar por casa y es una prenda que está al alcance de todos los bolsillos. Cierto es que el que quiera caviar va a tener que pagarlo, pero muchas veces merece la pena.

Mirad, hace unas semanas estuvimos en casa de unos amigos de sangreybesos, una pareja fantástica. Estuvimos cenando comida mexicana, traída tras su viaje a esas maravillosas tierras, después pasamos al salón a comer dulces y tomar tequila y coronitas (unas cuantas más de las que ya habían tomado en la cena.) Bueno pues ella me dijo que la ropa interior cara era la que más te duraba. Y os voy a contar porqué, la respuesta es muy simple. Según me comentaba, ella decía que con simplemente sacarla de la caja, colocándola delante de ti (da igual si en el lugar donde corresponde o si la elevas, el caso es que se vea bien) el trabajo ya está hecho. La reacción no se deja esperar, por supuesto no te da tiempo a ponértelo y, por consiguiente, siempre está nuevo. Me hizo mucha gracia aquel comentario y, si te paras a pensar un poco, es cierto (aunque eso depende de la imaginación de tu hombre y de lo dispuesto que esté en ese momento, pero ellos siempre están preparados para la acción.)

Hay miles de tipos de pijamas y camisones, por supuesto, y como es costumbre en mi, os voy a dar ciertas clasificaciones propias al respecto (como ya sabéis las normales son demasiado aburridas e insulsas. A veces para saber a qué se refieren tienes que hacer un máster):

- Camisón de la abuela: aquel trozo de tela largo, hasta los pies, completamente opaco y con forma de tubo, ancho hasta la saciedad y que si te levantas de noche con él, completamente a oscuras puedes dar un buen susto a alguien (los hay con mangas y sin ellas, pero eso depende si estamos en verano o invierno)

- Camisón de mamá: aquel que es un poco más transparente, consta de algunos encajes, pero sigue siendo largo. A pesar de ser bonito, un poco más ajustado, mantener algunas formas y dejar algo a la imaginación, sigue siendo una prenda para dormir y poco más.

- El rumboso: son aquellos semitransparentes, con la espalda al aire o con unos escotes de vértigo en ausencia de éstos también llevan rajas desde el suelo, porque seguimos con los largos, hasta el lugar donde la pierna pierde su hombre. Es de formas atrayentes y puede dar mucho juego.

- Los vestiditos (como yo los llamo): son una especie de camisones de tul transparente, raso, seda, encaje semitransparente y, sobre todo, como requisito imprescindible, siempre queda, por lo menos, por encima de la rodilla. De éstos puedes encontrar formas variopintas y muy diferentes: divertidas, atrevidas, sexys, atrayentes,… Poseen un corte que respeta la forma de la mujer y no deja ocultar nada, por supuesto siempre dejando aquel leve espacio a la imaginación. Todos poseen tirantas o mangas a la sisa.


- El Sexy Girl: son aquellos que de tela tienen poco y, como dije en el post sobre las bragas, su precio es inversamente proporcional a la tela que ha utilizado para crearlo. Formas imposibles vestirán tu cuerpo provocando una reacción inmediata en cuanto tu amante te lo vea puesto.

Por supuesto, todos ellos se pueden combinar con túnicas, batas y capas de diversas formas, siempre acorde con lo que a ti te guste, unos abren más que otros las puertas al morbo, los juegos eróticos y ciertos tipos de diversión. Pero cada uno es como es.

El antimorbo también está servido.

Por supuesto, dentro de tanto pijama y camisón sexy (algunas dicen que no son cómodos, yo reniego de esas palabras y la que lo dice es porque no los ha usado) está su antónimo. Al igual que mi anterior clasificación, con el denominado camisón de la abuela, está el pijama "no me toques, que hoy no es mi día."

Todos conocemos esos atuendos para la casa de tela gorda, adornada con diversos dibujos y que normalmente nos colocamos, para estar calentitas (eso puede ser verdad, pero yo no lo veo así, pero si te gusta como digo muchas veces: a los demás que les den) Normalmente lo unimos a una bata de guatiné de color indefinido (eso depende de tu gusto.) Aunque cuando tu hombre tiene ganas, eso le da igual. Te va a coger por banda y hará múltiples intentos hasta que lo consiga, o se canse (depende de tu aguante o si de verdad ese día lo que tienes son ganas de hacerte de rogar.)

Una noche de sorpresa.

Cierto es que miles de corredurías nocturnas, cuentan miles de romances bajo la luz de la luna. Pero esta prenda, llena de morbo y sensualidad, capaces de despertar los placeres más ocultos de una persona. Permaneció ausente de nuestra colección de objetos imprescindibles para el deseo desde hace muy poco. A pesar de todo supimos sacarle partido desde primera hora.

Imagina por un momento, una noche sensual. Tras la puerta de tu dormitorio, donde él te espera impaciente, aparece una pierna vestida con unos bonitos tacones de aguja, unas medias de rejilla o de seda, y, entre tanta expectación, parte de tu negligée, deja también que se le vislumbre en la escena. Unas manos esculpidas siguen con su danza sensual y, por fin, sin previo aviso, tu cabeza, maquillada de la mejor forma que sepas, unos labios rojos y carnosos, unos ojos atrayentes, el pelo recién peinado,…

Aparece todo tu cuerpo bajo una bata semitransparente, llega hasta el suelo, sus mangas son largas y campana. Bajo él un bonito camisón del mismo color y tela, pero corto, tanto que deja entrever tu tanga y las tiras de sujeción del liguero. Unas tirantas finas y sueltas permiten que, sólo con rozarlas toda esa coraza caiga al suelo.

Nota: lo que hagas con ello, si quieres poner música atrayente, deleitarlo con un baile, salir como una femme fatal o si decides poner algo más de picante es sólo para vosotros. El morbo está servido, yo solo pongo una idea.

Algo si es seguro de todo esto. La diversión en pareja está garantizada y aquel conjunto que compraste con su dinero, pasará a ser el mejor regalo que le has hecho. Recuerda, una tarta no parece la misma cuando le pones una guinda; es más divertida.

6 comentarios:

sangreybesos dijo...

La verdad es que con el camisón de la abuela y unos rulos de complemento, ejem, es un poco difícil ponerse en situación (es broma, ya sabes que me encanta)

Ah, y gracias por ofrecernos la visión de Hugh Hefner en pijama; ya me puedo morir tranquilo o algo.

Silderia dijo...

sabes que tengo una gran colección de pijamas y que solo dos son de franela, regalo de navidad que te hacen cuando no se quieren gastar mucho dinero y no quieren romperse la cabeza en qué te van a regalar

Phoebe dijo...

madre mía... ¡si para gustos los colores!
Por lo demás, no tengo nada que opinar ni rebatir. O dan juego o pura indiferencia. Ahí es cuando hay que elegir.

un beso!

Silderia dijo...

Eso depende de las ganas que tengas de juerga esa noche. O con quién te toque compartir la habitación, que todo puede ser en esta vida.
Me alegro de volver a tenerte por aqui.

Melvin de Gats dijo...

Jugar es siempre divertido... pijamas, ropa (tanto intima como de vestir) comida o corsés(me encantan los corsés... personalmente creo que toda mujer debería tener uno), todo vale, solo hay que echarle ganas.

PD: y tu no das solo una idea... tu tienes ganas de poner mala a la gente XD

Silderia dijo...

lo del corsé lo he puesto en post anteriores, por supuesto son elegantes, sexys, divertidos, pero eso depende de quien o cóm se lleve puesto.
A todo esto, doy algunas ideas para gente con poca imaginación, por lo que veo tu tienes mucha, por lo tanto solo te queda poner algunas variedades o quedarte con la base.