ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




13 de junio de 2008

LAS NIÑAS YA NO QUIEREN SER PRINCESAS.

Una vez leí en un cuento de los comic de la saga de Sadman, uno de los siete eternos, que relataba la historia de una princesa que era la más bella porque se mirabas todas las noches en un espejo mágico, tenía un pelo brillante y sedoso debido a que todas las noches lo cepillaba 100 veces con un peine especial, pero su mayor virtud radicaba en que jamás había dicho una mala palabra o fue desagradable con nadie. Esto era porque un rubí en forma de lágrima y colocado en su lengua aumentaba de peso para que no dijera improperios. El cuento no acabó bien para ella, pero eso no importa.

A lo largo de nuestra vida a todas las mujeres se has ha educado para ser como esa princesa, sumisa, sin derecho a réplica y que fueran bellas como muñecas de porcelana. Diosas rebajadas a la humillación terrenal de los trabajos múltiples y forzados para toda su existencia.

Como en todos los cuentos, a nadie le importaba realmente lo que una señorita bien educada pudiera desear, tuvimos que chillar mucho para ello y muchas fueron negadas por las viejas almas conservadoras que no dudaron un instante en eliminarlas al instante. Volvieron a doblegarlas.

Por ese y otros muchos motivos decidí iniciar una guerra contra lo políticamente correcto, en silencio, ya que nadie tiene por qué manipular mi esencia. Así que forjé un carácter de hierro y acero mezclado con mucha astucia y hacerme especialista en el arte del teatro.

- Un carácter de hierro y acero forjado baja las llamas de la libertad y el poder de la expresión de un ser individual que vive y sueña como los demás.

- Astucia para moverte en un mundo en el que la hipocresía y las banalidades son lo más común.

- Especialista en el arte del teatro con el motivo de poder pasar desapercibida cuando venga a cuento, mutar como un camaleón. A veces es mejor hacerse la tonta, que pasar por lista.

Y me volví poco a poco una mujer del siglo XXI. Visto tacones altos, medias de cristal, uñas de porcelana, ropa de encaje,… y cualquier otro adorno que pueda mejorar mi aspecto físico haciéndome sentir guapa, una mujer acorde con mis ideales. Puede que mi descripción os haya hecho creer que manipulo a la gente, soy débil y que me escondo bajo una apariencia superficial. Nada está más lejos de la realidad.

Puedo parecer banal, sólo hay que mirarme, tengo cuidado hasta el último pelo de mi anatomía, pero porque me apasiona la estética, nada más; ya que no hay nada más ridículo que llegar a creerte que la mayor desgracia que te ha podido acontecer es que tu media se haya roto o que tu uña se resquebraje dejando las extensiones de queratina que ¡tanto trabajo te ha constado llegar a tener! Esas cosas pueden subsanarse, por lo que no vale la pena enfadarse por una tontería que puede tener un simple arreglo. Aunque no hemos de negar que te mejoran sensiblemente.

Otro cosa que también veo como algo irrisorio es el hecho de parecer débil como una flor o buscar a un príncipe azul de cuento. Pues soy una flor si, pero con grandes espinas afiladas, un tallo muy fuerte pero flexible como el de un junco y unas raíces bien afianzadas en la tierra.

"Ya que un enérgico viento puede tirar un viejo roble pero el junco simplemente se dobla y lo deja pasar."

Mis pétalos son grandes coloridos y muy brillantes, los he conseguido fuerza de trabajo y esfuerzo, por ello cuando llueve no me estropeo ni me chamusco cuando el los rayos del sol me tocan con fuerza. Soy una pequeña rosa de campo curtida bajo el viento y el peligro de los insectos, no me han gustado nunca los invernaderos y, aunque he tenido mis ayuditas, he conseguido crecer en dirección al sol.

Y respecto al príncipe azul, ¿no recordáis que muchos fueron ranas? ¿a cuántas besarás antes de encontrarlo? A pocos ya que con la frase lo aguanto porque lo quiero, está a la orden den día en la punta de muchos labios que esputan palabras que ni siquiera sienten, sino que les enseñaron a conformarse con lo primero que pasara. Personas unidas sin nada en común, sólo porque una atracción física les unió una vez y decidieron seguir hacia a delante, ¿algunas de ellas ha sido feliz alguna vez? Y no me refiero a los contados momentos de simpatía o afinidad, es el ver que todos los defectos de tu pareja son virtudes para ti, que te desea con todas sus fuerzas y que en ningún remoto momento has dudado de él.
Los castillos de mármol son muy fríos y sus habitáculos poco acogedores, pasillos interminables te separan de tu querido enamorado, un patán que un día te sedujo con bonitas palabras y que ahora ni siquiera se preocupa por ti.
¿Cuántas veces te ha llevado a cenar a un restaurante bonito? ¿te he dicho te quiero con las palabras del corazón? O ¿te ha preguntado cómo estás interesándose por ti?

Una noche llena de lágrimas reprimidas, mientras me peinaba mirándome al espejo lo rompí en mil pedazos con aquel artefacto de madera. Sólo me quedaban unas pocas de pasadas para completar la centena cuando la tristeza se transformó en ira. Me vislumbré en uno de los pedazos de cristal pulido y abrí mi boca, en ella encontré una lágrima pequeña de color rojo, entonces la escupí. Ni siquiera la limpié cuando la guardé en una bolsita negra al fondo de un cajón, quizás algún día pueda volver a recordar en cual estaba.


Entonces alcé la voz con todas mis fuerzas, levanté mi cabeza y mi corazón comenzó a latir como si fuera la primera vez. Era diferente, como si una crisálida que hiberna durante todo un invierno y se rompe para que el sol de la primavera sonroje sus mejillas y dore su piel. Noté como mis alas habían crecido y volé muy alto para que las garras de los insectos no me las arrancaran, condenándome a quedarme en tierra, igual que les pasó a ellos.


Ahora puedo parecer mala, agresiva, con mal carácter, atrevida, descarada,... y miles de adjetivos más que lo cierto es que me resbalan. Mi boca habla y mi pelo brilla por sí mismo; en cuanto a la belleza, me gusta más cultivar la interna.


Asi soy yo, una mujer y punto.

1 comentario:

sangreybesos dijo...

Yo, que me valgo menos de la alquimia poética a la hora de escribir, lo resumiría con un "¡Ahí, con dos cojones!"

Te quiero, princesa.