ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




29 de noviembre de 2010

REFORMAS.

¿No os pasa que hay algo que no os convence de vuestra casa hasta que un día te hartas y lo cambias? Pues bien, eso es lo que me ha pasado a mi, me he puesto a hacer reformas en el hogar que sangreybesos y yo compartimos. Eso sí, gastando el mínimo dinero posible y fomentando la creatividad.
Lo primero que hice fue que no me gustaba el color de las paredes de la casa, así que compré pintura blanca y quitar esos colores con los que venía de serie cuando la adquirimos. Después, no me gustaban esas mamparas de baratillo que teníamos y decidí cambiarlas, por ello, cogí un poco de tela, algo de alambre e hice las mías propias.

Pero la cosa no queda ahí, el antiguo sofá con más de 10 años de antigüedad, con la tela desintegrada y sus muelles saltando, también ha sido sustituido por uno nuevo (creo que ha sido el mayor gasto de la casa, durante su transformación.) Las puertas, una mano de pintura ya que el color ya no pega con el nuevo loock. Las cortinas, han pasado de ser claritas y simplonas, a tener un tono rojo sangre con flores doradas con los cojines del comedor del mismo color y algunos adornos negros.

Y es que ya no podía más, cuando entraba por la puerta lo reconocía como nuestra casa, las flores secas puestas en botellas de perfumes antiguos, cuadros pintados por mí, posters de películas que nos encantan a los dos, pero…. Faltaba algo, mi toque, nuestro toque, el unir los gustos de ambos y formar un hogar, sacar algunos libros más hacia el exterior de la casa, aquellas botellas de alcohol tan bonitas y que no sólo sirven para contener ese sabroso líquido, secar algunas flores más para dejar todos los rincones del hogar decorados con ese toque que tanto me gusta, dejar la cachimba a la vista de todos (que decora fantásticamente cuando no se usa) y demás artilugios que más de uno tomaría como la decoración típica de un cuarto o un piso de estudiante y a que a mi tanto me gustan.

Y es que si no tengo armonía en mi vista, no puedo descansar tranquilamente dentro de esas cuatro paredes que llamo hogar. Puede que los cuadros que he pintado no sean considerados arte, pero a mi me encantan y a sangreybesos también, que las mamparas de las lámparas no tengan un acabado profesional y tampoco los cojines o las cortinas, pero las he hecho yo, o que mis rosas estén un poco dobladas porque no las he secado bien. Sin embargo ha sido fruto de un trabajo al que le he dedicado muchas horas, más de las que nadie pueda imaginar, he puesto mucho cariño en su fabricación y, sobre todo, he disfrutado mucho fomentando mi imaginación, maquinando cómo hacer esto o aquello y viéndolo terminado.

Siempre se puede mejorar, eso lo sé, aunque yo puedo garantizar que es 100% hecho a mano, con materiales de buena calidad y al que no le guste, que haga uno mejor y me lo enseñe. También he reciclado, telas antiguas que estaban destinadas a acabar en un vertedero, botellas de cristal que agotaron sus esencias de perfume y demás objetos, son algo que puede tener una vida más larga dentro mi casa. Aquí todo tiene un uso diferente para el que fue concebido.

El motivo, no es simplemente ahorrarme un duro, ya que eso es lo menos importante, es hacerlo yo mismo. El yo también puedo hacerlo, el entretenerme, porque hay algo mejor que pararse a ver la tele todo el santo día o compara objetos que no terminan de gustarnos para un fin determinado.

Ya casi he terminado con esto, algunos hilos y puntadas harán los menesteres de esta costurera ocasional para dar por finiquitada esta jornada, aunque ya estoy mirando el mueble del salón que no me pega y me pregunto si un mueble lacado podría pintarse, cuánto me costaría comprar las tablas para hacer uno como me dice mi imaginación que debe ser o cuánto me costaría comprarme uno.

Ciertamente el cuarto también necesita alguna que otra funda o puntada y las telas que tengo almacenadas se me van a pasar por el tiempo, aunque me hacen falta algunos cuadros para la casa de ciertos colores definidos y tengo algún que otro tablero fino para poder llevar a cabo lo que estoy pensando. Veo que todavía me queda mucho y que nunca terminaré, ahora mismo estoy ocupada con una habitación, pero pronto me pasaré a la próxima y todo quedará…. Bien, hasta la siguiente batida.

Y es que la casa cambia, igual que lo hago yo, mis hobbies se notan en ella y puede que sea más o menos elegante, pero es nuestra, pueden notarse nuestras aficiones cuando entras por la puerta. Que te gusta, me alegro; que no, mala suerte, a los que vivimos en ella nos encanta.

6 comentarios:

Albert Not Found dijo...

Me gusta ese idealismo tuyo! Nada mejor que hacerlo tú, sin duda una creación tuya és la que más te represeanta.

Silderia dijo...

Nadie sabe mejor lo que estoy buscando que mi propia cabeza y todavía no han inventado nada que lo consiga sacar, así que me lo hago yo. Es una satisfacción grande ver que lo has conseguido, aunque haya otros que lo hagan mejor.

Besos, Silderia

Edu dijo...

Las casas son extensiones de los corazones, un@ las decora como pondria el interior de su alma.
Un Beso y bella lampara

Silderia dijo...

Gracias por lo de la lámpara, me costó mucho trabajo hacerla, pero creo que mereció la pena.

Me alegra verte por aquí, aunque veo que estás muy ocupado.

Besos, Silderia

Phoebe dijo...

Me gusta que alguien decida redecorar su casa a su manera. Que no vaya a Ikea y compre la lámpara "Ironhonsën" que está iluminando ya a muchas casas más. Ya sin añadir, como tú has comentado, la satisfacción que provoca el trabajo bien hecho, porque no importa si las rosas han quedado torcidas, sino si a ti te gusta la manera natural en la que se han torcido. Siempre quise ser capaz de hacer esas cosas pero se han convertido en unas de mis tareas incabables y pendientes.

Por otro lado, tu post de las manías... bueno, es curioso porque últimamente me he preguntado algo parecido. Es una simple reflexión: la cantidad de gente que hace cosas porque sí, es decir, a su manera. La gente es muy suya, quiero decir, y nadie abre una botella de agua de la misma manera. Es fascinante descubrir eso, pero a la vez es uno de los motivos por el que se provocan las discusiones que la gente suele tener. Y me pregunto, ¿Qué más dará cómo prefieras comer la comida, si más caliente o más fría, por ejemplo? Claro está que a veces, esas pequeñas manías pueden volverse en contra de uno mismo.

Y no puedo dejar de comentar el post de "no quiero crecer". Me ha transmitido una melancolía buena, de esas esperanzas de futuro que siempre, pese a todo, se mantienen en nosotros. También me ha hecho recordar mi infancia. Yo, en parte, era bastante diferente a eso. Quería crecer, crecer y hacerme mayor y dejar ese pequeño mundo desde donde no podía ver las cosas en toda su totalidad. No me importó dejar atrás las hadas y los gnomos, ni siquiera los juguetes, y entonces, de pronto, un día, me di cuenta de que mi infancia se había ido. Sin más, como si no la hubiera tenido. Y lo que más mal me sentó, fue que no me sentí mal, paradójicamente. Y tus palabras me han hecho recordar, eso sí, la parte buena de cuando era pequeña, lo que yo misma adoraba los cuentos de hadas, de los cuales, espero no haberme olvidado ni olvidar nunca. Porque, como no sé quién dijo, lo que somos ahora es el niño que una vez fuimos, y cuando dejemos de imaginar, habrá acabado todo.

Siento haberme extendido tanto en el comentario, pero ya de perdidos al río; el suspiro de mi voz siempre suele alargarse inútilmente bastante más de lo necesario.
Un abrazo,

Silderia dijo...

Guapa, tu nunca te extiendes demasiado, al contrario, me encanta verme por aqui y miro si has actualizado tu blog cada poco.

Las manias, todos las tenemos, las reformas, puedo considerarlo como una manía propia. si no estoy a gusto lo cambio,y si no encuentro lo que quiero lo hago.

Normalmente nunca lo encuentro.

Besos, guapa, me alegro verte.