ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




12 de julio de 2010

LLAMADITA, EMBOSCADA Y…. TIMBRE DE PUESTA.

Llamadita matutina, primera historia.

Lunes, 9:30 de la mañana.

Esta mañana no me amodorro en el sofá como de costumbre, el día se presenta cálido y con mucho cansancio y dolorida, me dirijo hacia la habitación para ir a la compra semanal antes de hacer cualquier otra cosa dentro de la casa.

-Ring, ring, ring,… - suena el puto teléfono y yo con un solo zapato puesto.

Lo cojo, no me queda otra, podría ser mi madre o mi abuela para ver qué vamos a hacer esta mañana.

- Hola, buenos días – me dice una voz al otro lado del auricular -. Le llamo para comunicarle que ha ganado una termitatic tardorus 8300 ¿Sabe lo que es?

- Si, un robot de cocina inútil.

- ¿Podría decirme su nombre para saber a quién dirigirme?

- ¡Ole tus cojones! – le digo al escuchar esto -. He ganado un concurso, al que no me he presentado y quieres que te diga cómo me llamo – respondo ante lo que acabo de escuchar -. Eso no te lo crees ni tú.

- Bueno – se cree que me va a ganar -. A lo mejor me lo facilita si le digo que el lote está valorado en 3000 euros y lo único que usted tiene que hacer es….

- Pagar los costes de envío que no ascienden a más de unos…. – le interrumpo la retahíla que acaba de soltarme -. Cien o doscientos euros en total ya que yo saldré ganando con todo ello – respiro un momento mientras mi tensión unida a la mala leche, provocada por nefasta noche de dolores musculares aumenta -. Pero si lo he ganado, sin presentarme, cosa que hay que tener presente ante todo, ¿por qué demonios tengo que pagar algo que no quiero? – continuo diciendo -. Escucha, como te llames…

- Silvia – me responde mosqueada.

- Inténtalo con otro primo y deja de gastar saliva – entonces le cuelgo y salgo a la calle.


Emboscada callejera, segunda historia.



Y continuaba el día, aunque realmente no había hecho más que empezar, mis dolores musculares aumentaban por momentos, pero aguantaba estoicamente, junto con mi mal humor, hasta que acabara de realizar las compras.

Tras unos minutos insoportables salgo a la calle, directa a la farmacia para comprar un calmante y volver a casa lo más rápidamente posible.

Al salir de la farmacia, un grupo de trajeados me cogen por sorpresa, van vestido todos iguales y saludan con buenas formas. A pesar de mis intentos por hacerme la tonta con los cascos del mp3, no resulta y me siguen hasta el portal.

Mis nervios se ponen a cien y coloco las llaves de la casa entre los dedos de mis manos a modo de pinchos, como un puño americano improvisado.

- O me dejáis en paz o me lio a ostias con todo el mundo – les digo dándome la vuelta mientras dan un paso atrás.

- Señora… - dice uno de ellos -. Venimos a traerle un mensaje divino.

- No me interesa – le respondo sin bajar la guardia con mi puño colocado en los riñones, listo para soltarse.

- Pero es que Dios ama a todo el mundo – me dice otro -. Venimos a darle su mensaje.

- Pues que me lo mande por email que hoy no estoy para mensajes divinos – respondo -. Como des un paso más no respondo – le digo a uno de ellos que intenta acercarse.

- Queríamos darle información sobre nuestra consagración y darle un folleto informativo sobre nosotros.

- Estupendo – le digo -. Te lo puedes ahorrar o echarlo a reciclar.

En ese momento se abre la puerta de mi portal y entro mirando al exterior.

- El primero que me siga sale con un hueso roto – me dirijo a ellos sacando sólo la cabeza -. Que sepáis que no es una broma.

- Vaya con Dios Señora – dice uno de ellos -. Esperemos que el mesías le perdone por este acto.

- Dios no se – respondo -. Pero Satán estaría orgulloso de vosotros –hablo en voz alta mientras se cierra la puerta -. ¡Ir a darle la tabarra a otro y que no os vea por aquí!

Parecía una vieja cascarrabias, pero es que no estaba de humor para aguantar a nadie, es más nunca lo hago, pero es que no tenían que haberme seguido.

Tocan a la puerta, tercera y última.


Por fin llegué a casa, muerta por el cansancio y los dolores, llena de de mal humor y harta de la mañana, a penas eran las once del día cuando estoy poniendo en su sitio todo lo adquirido en el supermercado.

Entonces ocurre.

- Ding, dong,…. – la puñetera puerta que no tendría que sonar nunca.

Y es que no hay dos sin tres. Miro al otro lado y veo como dos personas hablan con mi vecina de enfrente pidiéndole una factura de teléfono.

- ¡Otra vez! – pienso hablando en voz alta -. Hoy no me da la gana de abrir a nadie.

- Ding, dong,… - vuelve a sonar mi timbre y yo pongo "Mago de oz a toda leche" en mi minicadena.

Quería que supieran que estaba en casa pero que no me salía del alma abrir la puerta. Se van, parece que se han dado por aludidos. ¡Qué gilipollas fui!

La música continúa alta, me encanta escucharla a toda leche, sobre todo si la de arriba se pasea con sus tacones puestos a las 6:00 de la mañana y la escucho en casa.

Casi con buen humor, me cambio de ropa y me dedico a mis quehaceres diarios acompañada de unas voces casi perfectas, en ese momento. “La posada de los muertos”, es mi canción favorita.

Estoy a punto de poner una lavadora al son de alza tu cerveza cuando vuelvo a escuchar el timbre. Me acerco a la puerta -¡otra vez esos pesados! – digo para que me escuchen.

- Señora… - titubea un poco -. ¿Podría abrir la puerta? – y lo acompasa de algunos toques a la madera que separa el pasillo de mi habitáculo.

Me voy hacia la cocina, tengo muchas cosas que hacer para gilipolleces y hoy no tengo ganas de guasa. Así que paso del tema antes de volver a escuchar un persistente golpeteo contra la puerta blindada.

Cojo un bote de insecticida y me dirijo hacia la puerta.

- Somos el teléfono – dice el chico que acompaña a la mujer del otro lado de la puerta -. ¿Puede abrir? Queremos saber si tiene aplicado a la factura el descuento de zona – dice intentando elevar la voz sobre la música que no me da gana bajar.

- No me interesa pagar menos – les grito mientras las chica persiste en golpear la puerta insistentemente (parece que le gusta hacerse polvo los nudillos).

- Señora – continúa el hombre -. No sea así… ¡Venga!... ¡Que ayer ganamos el mundial!

- ¿Alguna tontería más para que abra? – respondo a puerta cerrada -. Es para dedicarme a otra cosa más interesante… Como alimentar iguanas - no sé por qué dije eso pero salió así.

- ¡Abra o no nos vamos!

- Como queráis…. Ahí se está muy fresquito.

Dos minutos después siguen ahí, son como las cucarachas que insisten en vivir en mi casa. Así que la idea era clara, insectos, intentando entrar en mi casa, un bote de cucal en la mano, bombilla en mi cabeza. Coloco el bote de spray en la ranura de la puerta y empiezo a echarlo.

Tres segundos, eso fue lo que tardaron en irse. Por lo menos el día no ha acabado tan mal.

En conclusión, es un mal día, todavía puede acabar peor. Sin embargo, por muy vulnerable que me encuentre, no es día para aceptar regalos que haya que pagar, procedentes de un concurso en el que no he participado, hacerme religiosa o cambiar de compañía de teléfono.

Podría habérmelo tomado mejor, calmar mis nervios o disfrutar de algunos momentos surrealistas. A pesar de todo las técnicas insistentes de venta, unido a la desesperación por captar clientes, mediante técnicas de venta agresiva, han hecho que todos tengan unas maneras, no menos que desagradables y olvidando los buenos modos.

Puede que funcione con otras personas, pero lo único que hace falta es que se me pongan chulos para demostrarles, que apulsos y cabezonería pocos me ganan.

5 comentarios:

Silderia dijo...

Lo peor de todo es que volverán, lo malo es que no se con qué humor me pillará en ese momento.
Aunque podría haber sido peor.

sangreybesos dijo...

La verdad es que entiendo a la del termomatrix y los de las facturas, pero, joder, lo de ser comercial del Señor no está pagado... me han dicho que las comisiones en el Paraíso son una mierda...

Silderia dijo...

A lo mejor, lo cierto es que les faltó un pelo para ver el infierno.

creo que las comisiones se dan con la frase que dios te lo pague o algo así y el otro tiene más deudas con ellas que pa qué te cuento.

Jonessy James dijo...

pero que día de mala leche!

no, no, hiciste bien en deshacerte de toda esa gente, y dentro de todo ocn elegancia y sentido del tácto.

yo tengo la desgraciada debilidad de apreciar el sentido del deber y la salvación de los religiosos... así que les dejo hablar, trato de no revelar mi condición religiosa para no aquietar ningún espíritu, y luego les digo cuanto vlaoro su labor, y corto el teléfono.
es una cortesía inútil, lo sé, pero es lo más que mi pereza me permite hacer.

en fin, espero que la proxima vez no tengas tanta mala suerte

saludos

jonessy

Silderia dijo...

Lo que yo espero que la próxima vez me pille con ganas de guasa, porque me divierto de lo lindo haciéndo preguntas que se que no saben responder y cosas por el estilo. Lo malo es que me pilló de mal humor, éso es todo y las coincidencias fueron demasiadas como para tomarme todo a buenas.

Saludos Silderia