ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




20 de julio de 2009

TENDENCIAS 2009 - LOS ESPERPENTOS ARRASAN.

Siempre fuimos coquetos.

Desde que el hombre es conocido como tal, incluso de mucho antes, hemos sido coquetos. No hemos podido negarlo nunca. Cientos de accesorios y técnicas, permanentes o perecederas, de adornar nuestro cuerpo, han ido surgiendo, despareciendo y manteniéndose vigentes, a lo largo de los siglos.

Técnicas artesanales como la joyería, de la cual se hacía uso de cualquier tipo de elemento para formar un collar, pulsera, pendiente, etc. Forman parte de una larga tradición de artesanos. Otras, son muchos más ancestrales, como son el tatuaje y el piercing (como se conoce ahora, de siempre lo he conocido como hacerse un pendiente. O como le decía a mi ATS, taladrarme el cuerpo.) Cierto es que esto no nos ha venido de sorpresa a ninguno de nosotros.

Tradiciones antiguas como el que las mujeres fueran perforadas en ambos lóbulos de la oreja, siguen aún dentro de nuestra cultura, así como el maquillaje facial o el uso de ciertos accesorios como postizos, pelucas o tintes. Algunos, más modernos, han pasado como algo que se ha incrustado en nuestra memoria, como si hubieran nacido a la misma vez. El cuidado y tinte de las uñas, por ejemplo. Muchas de ellas, simplemente ya son más viejas que el mismo mundo.

Pero como ya he dicho muchas veces, nunca inventamos nada nuevo. El uso de utilizar aros atravesando nuestra piel, en zonas no socialmente correctas, el hacer un dibujo permanente en nuestra piel o usar un calzado alzado para aparentar, parece que año tras año vuelven a resurgir como una nueva tendencia.

Es que es moda.

Por lo visto hay muchas cabezas huecas en este mundo, y el incauto que se atreva a decir algo de esto es que tiene el cerebro, cuanto menos, vacío de cualquier noción de un tipo de vida universal, con algo que se estila en todas partes del mundo. Sea cual sea (no me importa que esas personas campen por la selva en taparrabos, también lo usan.)

Ya os he confirmado (y el que no se lo crea que busque información) que NADA y repito, nada, es de este siglo, mucho menos del anterior; que, como bien sabéis, las mujeres nos apropiamos de muchos de los ingenios de un hombre coqueto (ahora una tendencia a la metrosexualidad), afanoso por parecer algo distinto y, sobre todo, del gran ímpetu de los proletarios y ostentosos por no parecerse a la plebe, entre otras cosas.

Ahora volvamos a este siglo, siguen apareciendo nuevas tendencias, modas, si queréis verlo así. Lo cierto es que no es algo que me haya apasionado mucho nunca, pero los esperpentos siguen ahí. Son demasiado para ignorarlos y que mis ojos pasen de largo cuando me cruzo con ellos. Es casi imposible no verlos, miras a un lado y, evitando ciertos pensamientos sobre cómo va, diriges tu cabeza hacia el lado contrario. En contra de tropezar con algo que me motive para bien, vislumbro otro individuo exactamente igual, lo único que cambian son las caras, porque hasta los colores se repiten.

Voy a aclarar las cosas.
Y es que antes de empezar a despotricar contra todo bicho que me rodea, quisiera romper una lanza a favor de todo aquel que ha mantenido su moda, su forma de vestir y su estilo, desde siempre, que lo hace porque le gusta (no ya porque simplemente le pegue lo que lleva puesto o no.)

La típica frase “es que está de moda”, se ha vuelto, desde hace ya muchos años (tantos que se ha vuelto una frase hecha), como una disculpa a ese andrajo que se han colocado para taparse el cuerpo. Una pregunta ¿por eso te lo pones? Creía que era por otros motivos, pero…. Si eres feliz. ¡A delante! El único que va sufrir es tu bolsillo no el mío.

- Este año me lo compro porque está de moda – me dice alguien. – Después lo guardo en el armario y cuando vuelva a llevarse lo sacaré. (Acababan de aclararme en ese momento que único que le gustaba de aquel trapo era que ese año todos lo tenían. ¿Para qué quieres una camiseta ocupando sitio esperando a ver la luz años a…)

- ¡Cómpratelo! - me dijeron una vez. – Está de moda este año. (Esa fue la única razón por la que no me gasté un euro en aquellos pantalones.)

Algunos seguimos fieles a nuestra moda de antaño.

Me acuerdo cuando tenía la edad de trece años, por aquel entonces, los pantalones de pinza no se llevaban para las jovencitas, tampoco las camisetas sin decoración alguna. La moda de llevar la cara lavada y sin peinar, estaba causando furor en aquellos momentos, cuando alguien osó decirme.
- Vistes como una vieja (lo malo es que su forma de vestir no tenía a qué asemejarla.)

Entonces me di cuenta del problema, era que lo tenía ella no yo. El no llevar zapatos bajos, arreglarme, pintarme o vestirme de forma diferente al resto de zombis de mi edad, me había llevado al punto de que me catalogaran como rara, pero el decirme que vestía como una vieja. Eso fue demasiado. Nuevamente la boca y mis pensamientos afilados llevaron la conversación a un punto no deseable para muchos oído.

La misma escena se repite en mi entorno una y otra vez, cada vez menos, pero se hace. Frases como:

- Ya no se llevan los zapatos tan altos.

- Yo no tengo culpa que andes como un pato cuando te colocas tú unos zapatos como estos – me acerqué a ella para mirarla fijamente. – Aunque tampoco tus pies son nada del otro mundo como para que los luzcas así – señalé mis pies (los míos no es que sean fantásticos, pero estoy orgullosa de ellos.

- Los pantalones de campana pasaron a la historia hacer cinco años – se atrevió a decir la siguiente.

- Exactamente en los setenta, pero si eso para ti son cinco años… Adelante – le hice un gesto con la mano de menos precio.

- Esos ojos que te pintas son muy exagerados – continuábamos con las listas del grupo.

- ¿Y los tuyos? – me quedé mirándola. – Son demasiado caídos, un poco redondos y saltones, con un poco de lápiz de ojos te quedarían hasta bonitos – hice una pausa. – No, ¡espera! Ya se es que tú está en contra de todo lo que significa arreglarse.

- ¡Y esas uñas! – continuó la siguiente, parecía que no se cansaban de buscarme un punto débil.

- ¿Qué les pasa? – me miré mis uñas. – Son largas, decoradas, bonitas, a la manicura francesa, perfectas. – le cojo su mano. - ¡Ah! Es verdad, ¡qué tonta soy! Es que esta año se lleva el me como la uña hasta que la mitad de la lleva del dedo me sobresalga haciendo parecer que tengo dedos de extraterrestre. Se me olvidaba.

- Esos escotes son muy grandes.

- ¿Cuánto pagaste tú por ponerte esos melones, guapa? - me volví subiendo el tono de voz ya un poco furiosa. – Los míos no traen un número de serie incrustado.

- De negro no, Silderia. Lo gótico ya no se lleva.

- No intentaba ocultar mis tendencias – me dirijo a ella. – Aunque parece que tú si.

- Y ese pelo tan negro – fue lo último que detonó la bomba cuando alegue mis quejas hacia ellas.
- Y tú tan rubia, por lo visto se lleva mucho lo de ser tonta por efecto del tinte – me acerqué a ella. – Yo que tú cambiaba de marca.

Son algunas de las gilipolleces más frecuentes que he escuchado, pero todas juntas en un mismo día, como me pasó hace unos meses, fueron demasiado para mis oídos. La retahíla se llevó a cabo por envalentonamiento de las presentes. Ansiosas por darme una opinión que no había pedido.

El resultado de todo ello, acabaron todas tachándome de antipática y los denominativos hacia mi persona no fueron agradables en sus mentes, mientras que, en las los ojos de algunas de ellas, algunas lágrima comenzaron a recorrer sus mejilla. ¿Por qué lo hice? No es que disfrute haciendo esto, ellas me dieron el permiso. Si mirabas al fondo, todas, buscando un individualismo, se habían vuelto clones uniformados sin más cosas en las que entretenerse que buscar a todo aquel que no siguiera las directrices impuestas por comercios de moda.

He vestido como me ha gustado siempre, jamás he seguido una moda. Si te gusta ir a la última, a delante, no hay ningún problema. Pero no critiques al resto por no hacer lo mismo.

5 comentarios:

Edu dijo...

Moda o estilo, es una exteriorizacion del ser. Algunos le tienen mediatizado, otros simplemente alienados, en relacion al vestir.
Un Saludo.

sangreybesos dijo...

Ay, cuánto tenemos que sufrir por culpa del sumarial juicio de las fashion victims... ¡Polainas forever!

¿Te acuerdas que el otro día vimos "El Amanecer de los Muertos"? La versión original es de 1979... Zombis en el centro comercial... Qué película tan profética, la hostia...

Silderia dijo...

Edu: tienes razon, pero algunos no han encontrado ni su ser ni su personalidad. Otros solo son cabezas huecas.

Besos

Cariño: eso si que fue bueno, todos los muertos vivientes al centro comercial. Lo cierto es que ya hemos visto tantas películas que ni me acuerdo cuando la vimos.

Phoebe dijo...

Mmm. No podías haberte explicado mejor. Aunque tengo muchas cosas que decir sobre el tema, no me explayaré mucho.No vale la pena perder el tiempo escuchando idioteces. Sólo me queda la euforia egoísta de saber que como mínimo, no parezco otra oveja más del rebaño llevando la misma lana que las otras.
Y es lo más ser una oveja negra y llevar la lana que a ti te guste.

un beso, y me alegro de sangreybesos y tú lo estéis pasando genial este verano! eso es lo único que se debería hacer en verano.

Silderia dijo...

Eso es verdad, los borregos después quieren ser otra cosa y jamás lo consiguen.

Por desgracia el verano se está acabando para nosotros, pronto volveremos de vacaciones, pero me esperan muchas cosas nuevas

Un abrazo