ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




26 de noviembre de 2017

SOY LO QUE SOY.

Hola de nuevo.

Sé que llevo mucho tiempo sin aparecer por aquí, de vez en cuando alguna que otra entrada, un picoteo que me evadía de la realidad, al igual que mis cuadros. Un cuento, un relato corto, alguna anécdota diaria, pero nada más. Parece que he abandonado mi blog, ese lugar que creé hace ya muchos años con el fin de contar aquello que me quemaba por dentro.

Si señores y señoras, cerré mi laboratorio, que es esto, mi blog, un lugar perdido en la red donde puedo expresar lo que pienso, siento y quiero decir, aquello que me ahoga las entrañas y con lo que estoy o no de acuerdo. Una de mis grandes criaturas donde sólo estaba yo y mis pensamientos y, por supuesto, todo aquel que estuviera dispuesto a leerlo o no.

No he pasado una buena racha estos últimos cuatro años, a excepción del quinto (¡ese ha sido estupendo!) Sin embargo, me faltaba algo, el expresarme mediante las palabras.

Cortar con todo.

Uno de los motivos por los que apenas he pasado por este rinconcito, una importante parte de mi mundo imaginario, ha sido una lucha a muerte conmigo misma, con mis propios sentimientos y el tener que enfrentarme a dos pérdidas muy importantes para mí. La primera fue cuando una de las personas más importantes de mi vida cayó enferma (la edad no perdona a nadie) y la segunda, una luz que me encontré por el camino, una hermosa estrella con cuatro patas que me mantenía a flote mientras mi mundo se caía abajo (todavía no soy capaz de escribir sobre ellas sin que se me salten las lágrimas.) A penas un año de diferencia hay entre que las dos se me fueron.

Bueno, pues bien, durante esos cuatro años desde la enfermedad de una de las personas más importantes de mi vida y de que se apagara la luz que evitó que yo me cayera, he pasado un pequeño infierno personal. Por decirlo de una forma suave, me di cuenta que la sangre no es más espesa que el agua, en cambio, parece que se agria con el vino mal conservado, nunca sabes si la botella que estás abriendo se parece más a un licor de dioses o a un vinagre barato. La decisión que tomé no fue difícil después de todo lo que pasé, en absoluto, lo peor de todo fue la lucha porque esa cortina de humo, ese velo o máscara (cada uno que le ponga el nombre que quiera,) no volviera a ponerse en mi camino.

Siempre lo he dicho, la lucha contra ti misma es lo más difícil de todo, volver a coger un rumbo nuevo y asimilar todo lo que ha pasado. Mientras la tormenta está en marcha, no te das cuenta, siempre es después de todo cuando realmente vislumbras los destrozos que han acontecido.

Soy como soy.

Tras un año perdida, casi sin saber qué iba a pasar, un cambio de aires y dejar a un lado todo aquello que no me convenía. Encontré algo, una luz, un pequeño grupo de “raritos” o como en el argot normal de hoy día, un grupo de “frikis”, donde pude ver que había más gente igual que yo, o por lo menos parecida. Hasta entonces creía que sólo contaba con sangreybesos (él siempre sabe cómo sacarme una sonrisa.) En ese lugar onírico, por decirlo de alguna forma, encontré apoyo, amigos y gente con la que compartir aficiones (eso nunca me había pasado fuera de las cuatro paredes a las que llamo hogar), vi que había gente con la que hablar de libros que nos fueran las últimas novedades de la librería, personas con cierta cultura con la que discutir ciertos temas y, sobre todo, muchas ganas de compartir mundos, conocimientos, escritos, pinturas, etc. Entonces mis cuadros salieron a la luz, alguien me orientó y por fin conseguí exponer mis obras, aquellos bichos raros que mi mente hace que vea dentro de un mundo imaginario, (ese que todos nos creamos de niños y que yo he conservado hasta hoy), y me esforcé. De pronto, no me hacía falta que nadie me dijera que valía para tal o pascual, volví a recobrar la fe en mí misma y a continuar con mi trabajo.

Por supuesto, nunca me olvidé de este rincón, pero mis dedos no tenían ganas de contar nada. Tenía mucha rabia contenida y, no es bueno escribir con sentimientos de ira en tu interior, a veces puedes decir lo que no debes o cosas que simplemente son pasajeras en esos momentos. A pesar de todo, sigo siendo una loba herida, ya no duele tanto, lo cierto que las cicatrices sólo me molestan de vez en cuando, como los días nublados o cuando cambia el tiempo, ciertos recuerdos todavía hacen que se me salten las lágrimas y otros parecen lejanos, como en un sueño, casi sin detalle alguno.

Entonces fue cuando lo entendí de nuevo, no tengo porqué librar una lucha eterna contra el mundo por seguir siendo yo, algunas batallas, a veces hace falta algo de teatro, fingir que no has escuchado algo o simplemente que te resbale un comentario (¡será que me estoy haciendo mayor!) Todavía no entiendo cómo puede haber gente que se aburre tanto como para sentirse mejor intentando echar abajo la autoestima de los demás o intentando crearte un complejo de inferioridad, cuando son ellos los que se sienten inferiores sin que ni siquiera los mires. Ahora dejo que ellos mismos se peleen contra una pared, ¡tengo cosas más importantes a las que dedicarme!

Conclusiones.

Tras todos estos años en los que mis dedos no me han respondido, y mi cabeza andaba perdida en otras cosas más terrenales y batallas internas de reconstrucción, he decidido volver a un mundo tan grande como puede ser el universo, a este grano de arena donde me siento bien haciendo esto. Es una forma de escape, lo sé, sin embargo es peor liarse a tortas con el primero que pasa, agriarte el carácter, dejarte llevar por una depresión o acabar viendo programas basura en la televisión dejando simplemente que el tiempo pase hasta que me una a mis estrellas perdidas.

Por ello, prefiero seguir pintando mis monstruos y paisajes extraños, intentar hacer algo con ellos, escribir en este pequeño universo perdido, leer libros que me llevan a ver nuevos mundos y, de vez en cuando, entrar en la puñetera realidad para poder ganarme el sustento y poder seguir con mis planes. No puedo garantizar que haga el mismo trabajo que antaño, pero sí que me pasaré más a menudo por aquí para poder colgar mis cosas, sea lo que sea, soltar una queja, mi visión del mundo, un cuento que sólo se verá por éstos lares… Lo que me dé la gana, para eso es mi rincón del mundo. Mientras vuelvo, las heridas seguirán curándose, espero que fluyan más cuentos, anécdotas e historias y, por supuesto, que mis criaturas sigan pintándose con estas manos casi inútiles, digan lo que digan los demás, lo único de lo que estoy segura es que a mí me gustan, me hacen sentir bien y que mi mente se mantiene cuerda de esta forma.


¡Hasta la próxima!

No hay comentarios: