ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




9 de octubre de 2011

PENSAMIENOS DE LA MAÑANA Y DE LA TARDE.

Pensamiento 1: son las 8 de la mañana y ya suena el móvil de una compañía telefónica para venderme algo. Pues va muy mal, lo único que va a escuchar es el tictac de la tostadora.

Pensamiento 2: sólo ha pasado una hora y ya me han encontrado en el fijo de la casa para intentar que me cambie de compañía de teléfono. Creo que no ha entendido la indirecta cuando le he dicho que no estaba interesada y que gastar saliva sólo le va a provocar una sed terrible.

Pensamiento 3: las 10:30 de la mañana, minuto, el perro del vecino va a ser sacado por un abuelete que lo llama desde la esquina, a 5 metros antes de llegar a la casa y… El maldito teléfono. Hoy están inspirados (pienso en voz alta. Hasta ahí todo normal en mi)

Estupendo, acabo de ganar un concurso al que no me he presentado y del que la señorita o estafadora, depende si es contratada  o no, no sabe ni cómo me puso mi madre al nacer. Acabo colgando sin decir nada. ¡Qué mal educada soy! Pero ella tampoco es que estuviera muy informada del tema.

Pensamiento 4: las 12:30, voy a echar una partida del nuevo videojuego, a ver cómo va. ¡Es una flipada! Los gráficos son fantásticos y… me he dado cuenta de que necesito un joypad para jugar en condiciones. ¡Da igual! Pero… ¡Qué cojones! El puto teléfono que, por inercia, cojo sin mirar el número mientras pauso la partida. Contesto sin ganas, por lo tanto, el de la otra línea dice su discurso aprendido de memoria, el cual ni me acuerdo de él ni me interesa. Lo único que saqué en claro era que me quería vender algo, aunque para eso no hay que ser un lumbreras.

Estoy en mitad de un deescampado con un hacha en la mano y rodeada de zombies – le contesto cuando consigo encontrar el pause y la sangre brota a borbotones en mi pantalla del ordenador. ¡Le he cortado la cabeza de una tajada! ¡Qué guai! -. Como me maten por tu culpa voy a buscarte. No hubo respuesta, solo el piiiii de la línea.

Pensamiento 5: cuatro de la tarde, por fin estoy amodorrada en el sofá cuando suena el teléfono con alguien al otro lado diciéndome que cambie de banco o algo por el estilo, no lo se muy bien. El león estaba cazando a la gacela de Thompson y, si, lo había visto una y mil veces, pero esta vez me interesaba más ver si se la comían o no, y eso que la historia siempre acaba igual.

No me interesa, le digo sin dejarla terminar y cuelgo.

Solución: o quito el teléfono fijo o pongo yo una compañía que se llame: yo doy el coñazo por usted, y los llamo a ellos para hacerles lo mismo. Total,  ¿me van a denunciar por publicidad agresiva? Si yo no vendo nada.

2 comentarios:

HMJ dijo...

Yo he optado por poner el volumen muuuuy del teléfono muy bajito y, si no esta en la agenda del móvil, la llamada perdida, ni la respondo (bendicion de teléfonos digitales...)

Silderia dijo...

Creo que podría hacer eso, me parece que mi teléfono tiene esa opción.
Lo miraré y la llevaré a la práctica.

Un beso.