ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




8 de diciembre de 2010

ODIO.

¿Qué se dice de él?

El odio, ¿sentimiento o actitud? Por desgracia requiera poco esfuerzo para que sea duradero y permanezca el tiempo.

Dicen que es irracional y que se manifiesta con o sin motivo aparente, aunque se de otros sentimiento que pueden hacer lo mismo. La diferencia radica en varias cosas, esta actitud, es autodestructiva y puede que sea una de las peores.

Necesario en pequeñas cantidades, al igual que el resto de sus hermanos y, en ningún momento desechable, puede causar comportamientos completamente irracionales y nublar la mente de formas inesperadas cuando se le deja dominar.

Los motivos por los que se manifiestas pueden ser múltiples o no existir ninguno en concreto, el haberte volcado de una forma excesiva en una persona y que esta te defraudara, despecharte o pasar de un sentimiento a otro de una forma radical porque te hayan abierto los ojos y no seas capaz de asimilar la realidad colindante, son algunas de las formas más normales en las que se puede manifestar.

Toda acción tiene sus consecuencias.

Pero si estás equilibrado (por decirlo de alguna manera) pasa y eres capaz de racionalizar las cosas dejando a la persona que tienes en punto de mira, en una situación indiferente respecto a tu vida o perdonando y dejando que todo vuelva a su cauce. Por desgracia o por fortuna, la psicología humana no es tan fácil, y el daño hecho no se soluciona tan fácilmente, sino que la otra persona, que puede o no entender el porqué de todo aquello, deje de estar contigo como lo estuvo antes y te aparte para siempre mostrando tu error de por vida. Por desgracia nada será como antes.

De pronto, los pequeños detalles te nublan la vista, te vuelves muy exigente con las personas e hipócrita porque todo está mal a tu alrededor menos tú, que eres la única persona que sabe lo mal que está todo y, por ello, todos se vuelven en contra de ti. Pero no haces nada, la doble moral se instaura en ti de una forma descontrolada, odias a los que están a tu alrededor pero no entiendes porqué te han dejado sola o solo, no puedes vislumbrar porqué ya no te llaman y sin embargo, despotricas a sus espaldas como nadie inventándote la mayor parte de las cosas o sacando a relucir detalles que no tienen nada que ver con lo ocurrido. Te autodestruyes de la forma más ridícula que se puede ver.

Y… un día, te ves sin nadie a tu alrededor, has echado a todo el mundo de tu lado, ya que ese sentimiento que empezó hacia una sola persona, se ha extendido buscando culpables de tu situación. Tus antiguos amigos ya no quieren saber nada de ti, porque su paciencia respecto a tu situación se ha agotado, ¿por qué? Porque usaste a todos, por tus malos modos con ellos, porque pensaste que te debían algo cuando no era así, porque acudiste a ellos como último resquicio de tu locura y ya no pueden más. El motivo, no quisiste entrar en razón, y poco a poco fueron pasando a tu lista de enemigos dignos de tirar abajo. Tu unión se ha roto, aquellos que quisiste tener como aliados se han vuelto en tu contra, pero la unión, según tu pensamiento lógico, no hace la fuerza. Tu victoria será aplastante a favor de un mundo donde tienes toda la razón de lo que está pasando y traerás la luz sobre los demás que no desearon ayudarte.

Tenías derecho a tratarlos así, no te entendías, estabas mal y en caliente se dicen muchas cosas, al igual que se hacen. Ellos no poseían la luz en sus mentes para hacerte lo mismo.

La ley del embudo se instaura en tu ser sin saberlo, como una premisa que nadie tiene derecho a rebatir.

Siente.

Este sentimiento, por desgracia no me es ajeno. Ciertamente no me enfado con mucha facilidad, puede que coja alguna rabieta o diga las cosas sin pelos en la lengua, pero llenar mi mente de esa ira que tarda en irse y rumia en mi cerebro por más tiempo que de un par de horas, han sido pocas veces.

Vivo en un estado de esperármelo todo de todo el mundo, de que nadie es tremendamente bueno ni malo, de no fiarme más que de mi sombra en una totalidad plena y, aún así, las luces pueden confundir su forma.

Intento llevar una vida tranquila, acorde con mis pensamientos y mi propia filosofía de vida, sin alteraciones innecesarias y relacionándome con aquellos a los que quiero, personas a las que ayudo sin esperar nada, siendo amiga de mis amigos y haciendo aquellos sacrificios que encuentro necesarios, no por sentirme mejor, sino que irremediablemente han de hacerse. Ya que, aunque sea pequeño, como un simple compromiso, el realizar algo puede costarte la vida en comparación con otros actos.

Lo hago para evitar muchas cosas, y entre ellos, uno de mis mayores defectos, soy vengativa y jamás perdono ni olvido. Por supuesto, para que yo llegue a este límite, han de hacerme mucho daño, demasiado o provocar mi ira que se vuelve incontrolable y muy definida. Como compensación a ello, cuando tomo una decisión ha sido muy pensada y reflexionada, observo durante mucho tiempo (a veces pasan años hasta llegar a una conclusión, otras sólo unos días), busco pruebas que me demuestren que no estoy tomando esto a la ligera o es una invención de mi mente y si decido que para mi has muerto, es el final de todo lo que quisiste.

He odiado a las personas, como todo hijo de vecino, pero este ha pasado a un punto de ignorancia completa en poco tiempo. Tras unos días analizando el porqué de todo, decido, y simplemente digo una frase que, desde mi punto de vista puedo expresar: en mi casa no entra. Parece que no es tan grave la afirmación que he hecho, pero si no dejo que pases el umbral de mi santuario es porque no voy a hacer nada para remediarlo.

Estás muerto, y para mí, los muertos sólo resucitan en las películas. Soy orgullosa, no pido perdón a menos que vea que ciertamente realizado algo malo y me cuesta horrores, dejo que todos vivan su vida y, a cambio, espero que no se metan en la mía. Puedo decir que en mi cementerio particular hay muy pocos muertos (puedo contarlos con los dedos de una sola mano), sin embargo, en el limbo de mi mente hay algunas más. No suman muchas, pero es un paso intermedio entre enterrarte y quedarte en ese lugar donde lo pasado ya no existe y lo que sienta respecto a ese ser humano se ha ido. Ellos se vuelven como las miles de personas con las que me cruzo diariamente por la calle, solo son cuerpos que andan.

Nunca dejes que nada ciegue tu vista, yo lo intento evitando enfadarme. Pero si te llega, evita que te nuble la vista más de lo necesario y piensa, cuando todos son malos menos tú, cuando todos se equivocan y tú eres el poseedor y poseedora de la razón, estando el resto en la oscuridad de la ignorancia, algo está pasando y el problema viene de ti.

8 comentarios:

sangreybesos dijo...

Decía Descartes que no había en el mundo nada más equitativamente repartido que la razón: todo el mundo cree tener suficiente...

Silderia dijo...

La razon es algo que a todo el mundo le sobra y de lo que los demás carecen, sobre todo cuando se quiere estar en posesión de la verdad que nadie tiene y de la que todos saben.

Anónimo dijo...

El odio es tendencia..

Silderia dijo...

La tendencia es algo que no me gusta, sea cual sea. Aunque las locuras que se hacen por odio son muy parecidas a las que se hacen por amor.

Besos, Silderia

Phoebe dijo...

Quizá la cuestión sea cuánto tiempo seamos capaces de convivir con ese odio.Personalmente, no me considero una persona con demasiada tendencia a coger manías a la gente u odiarla, aunque es verdad que eso sucede. A veces, me gustaría hacerlo. Tengo muy mala memoria para recordar lo mal que alguien se ha portado conmigo. Me gusta eso del lugar donde lo pasado no existe y los sentimientos se han ido. Quizá sea un buen modo de vida.

Respecto al post anterior, sólo querría decir que hemos cogido muchas malas manías y el lujo domina gran parte de las vidas de mucha gente y me gustaría poder recuperar esos buenos hábitos de los que hablas, a pesar de que sea ya imposible.

Un abrazo,

Silderia dijo...

El odio no es algo muy familiar en mi, pero si el recordar lo que ha pasado y porqué, ni perdono ni olvido, ese es uno de mis defectos, pero odiar a alguien es otorgarle demasiada importancia, para mi gusto.

Las buenas costumbres nunca se pierden y pueden aprenderse fácilmente.

Nos vemos guapa, a ver si te leo un poquito más.

Besos

TaLi dijo...

Me topé con tu entrada buscando en google la palabra odio... y es que es precisamente el sentimiento o actitud que me está agobiando en estos instantes.

Leer tu entrada me ha hecho reflexionar... el problema es que creo que este odio en particular, esta ira, (que se traduce en odio hacia la persona que constantemente me la genera) creo yo está justificada, no sé como más reaccionar o sentirme respecto a las acciones de aquel a quien odio...

Bueno, en realidad reconozco otra emoción... me siento indenfensa.

Me ha gustado mucho tu entrada
felicidades

Silderia dijo...

Hola otoño, si dices que tu odio es sólo hacia una persona y es porque te siente sindefensa es porque tu mente ha generado un mecanismo de defensa y ha generado una aleta hacia esa persona en concreto para que te alejes de ella y te sientas mejor.
Identifica porqué te sientes indefensa, porqué ese odio tan grande, qué es lo que te moles e intenta solucionarlo, lo malo es que te hagan daño sabiéndolo o se generalice de forma descontrolada.

gracias por la felicitación, me pasaré por tus blogs para leerlos más detenidamente. Un beso, Silderia