ELABORAR UNA IDENTIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE SÓLO EJERCEN AQUELLOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE ELEGIR Y QUE LUEGO MANTIENEN EL ESFUERZO DE PENSAR.




29 de octubre de 2008

CARIÑO,…¿ AHORA QUIÉN LLEVA LOS PANTALONES?

Su nombre es santo.

Esta frase exactamente no, pero lo de santo pantalón, alguna vez más de uno lo habrá dicho al ver pasar a una chica con pantalones ajustados. Y es que su nombre deriva de un hombre santo, San Pantaleón, médico y mártir del siglo IV, patrón de Venecia.

Hace cuatro mil años los nómadas utilizaban pantalones bombachos atados a la cintura. Pero seguía siendo algo exclusivamente para los hombres. Lo cierto es que algunos se lucieron utilizándolo, todos recordamos la imagen del varón en el siglo XVII con aquellos pantalones en forma de globo, hasta la cintura, unas medias blancas por debajo y aquellos bonitos zapatos de alzas con lazos. ¡Super! Aunque también hemos tenido otras modas para echarles de comer a parte.

Lo cierto es que, como todo lo que ha utilizado el hombre que nos gustaba, nos lo quedamos. Estábamos hartas de aquellas faldas pomposas, largas, rellenas de enaguas y que deformaban el cuerpo. ¿Qué hicimos entonces? La cortamos, ajustamos y le quitamos peso. Pues con esto pasó casi lo mismo. Cierto es que no nos adueñamos de ellos por estilo, moda o cualquier otra cosa que podamos pensar, fue la necesidad de trabajar en los campos y la llegada de la Segunda Guerra Mundial la que nos proporcionó tal oportunidad. Debido a la falta de hombres, pero si a la gran cantidad de uniformes masculinos, las mujeres desempeñaron trabajos, antes propios sólo para el sexo contrario y, en consecuencia, comenzaron a portarlos. (¡Vaya! Éramos igual de útiles que un hombre y se tuvieron que dar cuenta cuando estaban en la guerra.)

Después de la masacre y con los maridos, novios, amantes, hijos y cualquier otra persona en casa, que pudiera corresponder a que tuviera algo colgante entre las piernas. Nosotras volvimos a nuestro trabajo como amas de casa, siendo unas buenas y dedicadas esposas; habíamos sido liberadas de un peso, ya que el trabajo fuera de casa se añadía a las labores del hogar, pero ahora había que aguantar a los maridos enfermos, la que menos, o soportar la ausencia perpetua de algún hombre en la familia. La normalidad nunca llegó a aquellas casas. Y entre las cosas, que no eran muy comunes, el pantalón entró en la vida de todas las féminas. Mucho más cómodo para trabajar, fue adquirido como una prenda de uso diario y cotidiano.

Prenda imprescindible para la mujer en los años 60.

Y es que la revolución femenina tuvo un símbolo muy importante, a parte de la quema de sujetadores, se puso pantalones. Hartas de ser menospreciadas, decidieron que ahora los llevarían ellas.

Por supuesto el modelo más común de todos, los vaqueros o jeans, fueron creados en 1935. Un exceso de tela para toldos, provocó, en un joven empresario de 23 años, una gran idea. Esta consistía en que los trabajadores deberían utilizar pantalones más fuertes para su tarea diaria y lo hizo, fueron los primero Levis. Años después sacó una forma exclusiva para la mujer y esta comenzó a utilizarlos.

Por supuesto, como no, ciertas religiones, grupos católicos y miles de puritanas (de esas que se tocan con la luz apagada porque les da vergüenza de su propio cuerpo) salieron a la defensa del uso de la falda y la demonización del pantalón. La pollera muy larga, enseñar el tobillo es de descaradas, recordarlo (¡no vayáis a escandalizar a los niños! – pero esa anécdota la contaré otro día.)

Esto lo he encontrado en un libro cristiano de publicación libre, por internet; aclaro, no me lo estoy inventando. Sólo voy a citar esta parte:

(Deuteronomio,22:5) que dice “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer;” aunque este texto no toca la cuestión en sí, sobre el pantalón en la mujer Cristiana, sino mas bien condena que el hombre sea afeminado y la mujer lesbiana, esto sí es cosa de pecado.

Como veis, toca dos temas de un tiro, el derecho de una persona, independientemente de su condición sexual, a unirse a otra persona y adquirir los mismos derechos que todo el mundo, y el no uso de ropa, considerada masculina, para la mujer.
Esta no se ha informado que la falda y la túnica eran unisex (todavía alucino con ciertas cosas e interpretaciones que le damos a las escrituras, todavía hacemos caso a las campanas que suenan de algún lugar indeterminada.) Pero...¡dejémoslo a parte!

Por supuesto su forma inicial, su condición para el trabajo y algunas cosas más, nosotras las transformamos en algo más. Un elemento muy útil que lo mismo sirve para ir por casa que para vestir elegantemente
- Pantalón alto bajo de cintura: aquel que se ajusta a la cadera deja ver unas bonitas curvas y, si se lleva de tu talla, puede quedar muy sexy.

- Pantalón alto de choco: aquel en el que te tienes que afeitar bastante apurada, y no precisamente las piernas, para que no se vea nada. Su cremallera consta de no más de unos tres o cuatro centímetros (lo he medido) y su cintura no deja nada a la imaginación. Con el se utiliza el tanga de cuello alto o adornado con pedrería (eso sí, por lo menos que se vea algo bonito.)

- Pantalón alto de cintura: aquel que va por encima del ombligo y que hace un cuerpo estupendo. Ya lo dejó notar Jamie Lee Curtis en Halloween, aquella maravillosa película que no se ha salvado de su remake.

- Pantalón de pitillo: famoso en alguna que otra década que no me gustaría recordar por su ostentosidad.

- Pantalón de campana, que no de pie de elefante, que es mucho más ancho.

- Falda pantalón: aquel que es un gran híbrido y un símbolo de elegancia, si se sabe llevar.

- Pantalón corto: existe el casto, el mira fijamente que cuando ando que puedes ver mis glúteos y el puti girl, ese ya enseña todo, para que os lo imaginéis, son unos culotte vaquero.

Para ellos.

No podemos negar que un hombre, con unos bonitos pantalones, bien vestido y arreglado. No levanta la mirada de las mujeres que se cruzan en su camino, a lo mejor no ha hecho falta que se atavíe demasiado, sólo con haberse puesto aquellos vaqueros, esa camisa o camiseta y se haya peinado, es bastante. No podemos negar que muchas de nosotras no hemos mirado el culo de ningún hombre guapo al arreglar el espejo retrovisor del coche, cuando andaba delante nuestra, al levantarse para ir al servicio en un bar,… Las ocasiones son múltiples y nosotras no somos precisamente frígidas, por mucha fama que tengamos de ellos. Lo que ocurre es, simplemente, que somos más discretas, cuando nos interesa, claro.

La sociedad aún causa estragos en nosotras, en ese sentido sobre todo, no podemos expresarnos tal y como nos gustaría. En un hombre no pasa nada, porque se da por descontado que son sátiros de nacimiento, pero nosotras, portadoras de un honor (hoy día que me digan una que lo tenga, yo conozco a alguna que otra, pero son rayas en el agua) hemos de ahogar nuestros impulsos animales. Pues os digo una cosa, alguno que otro debería sentirse como un trozo de carne de vez en cuando, a mucho macho se le quitaría tanta hombría.

Ahora nosotras.

Esta es una forma de realzar las curvas naturales de una mujer, un bonito culotte, tanta, braga de la abuela,… ¡da igual! (¿te gusta a ti? Pues entonces es genial, al resto del mundo, que le den.) Unos bonitos movimientos, unas caderas llamativas, un culo apretado en un vaquero, que deja el espacio justo a la imaginación. ¿Qué más puedes pedir? Incluso se llevan rotos, puedes reciclarlos (mis bolsos vaqueros son famosos, y exclusivos) ¡Son fantásticos!

Tanto si te colocas una camisa, un corpiño, unos tacones, unos tenis, las zapatillas de andar por casa,… Pegan con todo, ¡bendito pantalón! Los de vestir, también son atrayentes, elegantes, bonitos, no tienen porqué ser discreto (para nada en absoluto) y realzan tu figura. Por lo tanto el vaquero gana por goleada. De ti depende el uso que le des y como quieras combinarlo.

Chicos, esto también va por vosotros, un vaquero no es sólo una prenda de vestir, puede ser muy poderosa. A delante, enseña lo que puedes hacer con un trozo de tela, sólo échale imaginación y ganas. Sólo tienes que ser tú. ¡Vívelo!, no dejes que te ahoguen, deja que lo hagan tus pantalones.

5 comentarios:

Unknown dijo...

(¿te gusta a ti? Pues entonces es genial, al resto del mundo, que le den.)
Me recuerda a una máxima que me enseñó mi tío, hace muchos años, y que desgraciadamente hay que poner en práctica demasiadas veces en esta vida si no quieres que te hundan: "Tu a la tuya y, los demás, que se jodan", me dijo. No se me ha olvidado ^^

Por otra parte, nunca me han gustado los vaqueros, y menos los ajustados o los desteñidos o rotos. En estos últimos años, parece que en lo de ir a la moda se está convirtiendo, entre los hombres, en sinónimo de mariconería. De verdad, ver a tíos hechos y derechos por la calle, portando unos vaqueros ajustados rotos por las rodillas, un polo rosa marcapectorales y de dos tallas inferior a la suya, el pelo engominado y unas gafas de sol de esas de cristales tamaño posavasos... me hace pensar seriamente en si un colgajo basta para diferenciar a un hombre de una mujer.

Bueno no me enrollo más. Muy buen post, me ha gustado xD. A ver si un día de estos te pillo con lo de Selene, que pareces Dumas sacando capítulos a diario xD

Un saludo

sangreybesos dijo...

¿Y qué me dices del pantalón de chandal, atuendo imprescindible cuando bajas a comprar varitas de merluza? Qué porte, qué elegancia...

Silderia dijo...

sobre todo esos que son bajos de cintura y en el culo ponen sexy woman. cuando te los pones con esos taconcitos negros y vas pintada, son una monería. De verdad que me había olvidado de ellos. Pero no te preocupes, que pronto haré un post sobre la elegancia y te lo dedicaré amor.

Mario: En cuestión de hombres unos vaqueros ajustados con una camiseta dos tallas menor, son una horterada. Sería mejor ponerse ropas de su talla, atraen más a las mujeres, cierto. Yo me refería a otro tipo de Dandi.

Solo puta: bienvenida a mi blog, me pasaré por el tuyo.

Melvin de Gats dijo...

Sin duda el pantalón (o cualquier prenda) bien llevada y que no muestre más de lo necesario (para mi, es realmente importante dejar una pizca interesante a la imaginación... que luego dicen que no se entrena) es un regalo para la vista.
Desgraciadamente abunda bastante la gente que "no se debe mirar al espejo antes de salir de casa"... pero como bien dices, eso es otro tema.

Samantha M. dijo...

¿Alguien sabe decirme cómo podría encontrar los pantalones de la penúltima imagen?